Uruguay: familias sirias refugiadas en el país reclaman viajar al Líbano
Las cinco familias sirias que ingresaron a Uruguay en octubre de 2014, en el marco de un programa para refugiados sirios impulsado por el gobierno de José Mujica, comenzaron una protesta en la mañana de ayer en la Plaza Independencia y reclaman que el gobierno les permita volver al Líbano.
Maher Aldees, jefe de una de las familias, aseguró a El Observador que el gobierno los engañó con «palabras muy lindas», que no es la vida que les prometieron, «vivir en el Líbano era mejor que acá», aseguró. «No tengo problema con la gente de Uruguay y con el país, tengo problema con el gobierno que nos mintió», asegura Mahed.
Al dialogar con la embajada uruguaya en el Líbano, antes de ingresar al programa de refugiados uruguayo, prometieron «cosas que no eran». Según indicó Maher, les aseguraron que en Uruguay encontrarían trabajo, con sueldos de US$ 1500, que podrían vivir tranquilos, pero al ingresar al país encontraron otra realidad: «No tengo casa, no tengo trabajo», sostuvo.
«No queremos Brasil, no queremos Estados Unidos, queremos Líbano», aseguró Maher. «Al Líbano no le tengo miedo», agregó. Las cinco familias sirias tienen intenciones de volver al Líbano, pero no tienen dinero para pagar los pasajes y tampoco un pasaporte que les permita viajar. La familia Aldees logró viajar a Turquía el mes pasado con pasajes que les costaron US$ 11.400, pero resultó retenida en la zona de tránsito del aeropuerto de Estambul, donde permanecieron por 26 días hasta que el gobierno coordinó el viaje de vuelta.
Según explicó Maher a El Observador, a través de Ali Jalil Ahmad que ofició como traductor, en Uruguay les dieron una identidad de viaje que no les servía para ingresar al país y por esa razón los retuvieron en Turquía.
La religión es una barrera para alguien del islam porque «culturalmente son mundos distintos», aseguró un uruguayo que decidió transformarse al islam. El hombre considera que Uruguay «no está preparado» para recibir gente de esa religión.
Las cinco familias sirias se instalaron en la plaza con valijas, bolsos y comida, aseguran que van a «dormir y comer en la plaza» y esperando una respuesta de las autoridades. Juan Andrés Roballo, prosecretario de Presidencia se reunió con los cinco jefes de familia en la tarde del lunes y anunció que en 48 horas les plantearán una solución.
Mientras decenas de periodistas entrevistan los jefes de familia, los niños juegan en la plaza. Ahmad, de 11 años expresó a El Observador que piensa que los uruguayos «quizás no quieren ayudar a los sirios».
Merai Ashebli, padre de una de las cinco familias sirias, sostuvo que no recomienda que vengan más sirios a Uruguay. Expresó que intentaron contactarse con las familias de refugiados sirios que llegarían en el último trimestre de este año pero que no lo han logrado todavía.
Según expresó Javier Miranda, secretario de Derechos Humanos de Presidencia de la República, el organismo solo tiene información de una familia de las que llegó en octubre que expresó su voluntad de dejar el país, pero «ahora parecería que son más» expresó el funcionario ante la protesta realizada el lunes frente a la Torre Ejecutiva.
Maher, jefe de una de las familias sirias refugiadas en Uruguay desde 2014, aseguró que reciben sueldos muy bajos y no les alcanza para alimentar y pagar las facturas de familias de 14 personas. (Factura de luz de $ 9 mil)
Miranda prefirió no dar detalles sobre el apoyo económico que se les otorga a estos refugiados que llegaron al país por decisión del expresidente José Mujica luego que el entonces canciller Luis Almagro viera de primera mano las condiciones en las que viven decenas de miles de personas que estaban en un campo de refugiados en Jordania.
«Funciona»
El programa para reasentar familias sirias está «funcionando normalmente» dijo ayer a El Observador Javier Miranda, secretario de Derechos Humanos de Presidencia de la República. De hecho, está previsto que a fines de noviembre lleguen a Uruguay otras siete familias sirias (73 personas), que actualmente están refugiadas en Líbano, tras escapar de la guerra de su país. En Siria, además de un gobierno dictatorial y una resistencia armada al gobierno, surgió en los últimos años el Estado Islámico –que ya ocupa buena parte del norte del territorio- responsable de las decapitaciones que el mundo conoció por televisión.
Miranda, prefirió no dar detalles sobre el apoyo económico que les otorga el Poder Ejecutivo a estos refugiados que llegaron al país por decisión del expresidente José Mujica luego que el entonces canciller Luis Almagro viera de primera mano las condiciones en las que viven decenas de miles de personas que estaban en un campo de refugiados en Jordania.
El programa de reasentamiento de estas familias es por dos años, establece una serie de apoyos económicos y se les asegura «condiciones dignas» dijo Miranda a El Observador. Ese programa tiene un costo de US$ 2 millones. De las cinco familias, tres viven en Montevideo, una en Piriápolis y la otra en Juan Lacaze (Colonia).