Crean en México el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar
En un hecho sin precedentes, más de 100 trabajadoras del hogar de diferentes entidades de México dieron vida al Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (Sinacttraho).
A partir de ahora, dijeron, buscarán que los empleadores firmen un contrato colectivo que garantice los derechos mínimos establecidos en la Ley Federal del Trabajo (LFT).
Como lo anunciaron a inicios de año, las trabajadoras del hogar remuneradas y organizadas –encabezadas por Marcelina Bautista Bautista, directora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH)–, se reunieron el pasado domingo 30 de agosto para conformar un sindicato nacional, a fin de dignificar el trabajo de más de 2 millones 300 mil personas (más de 90% mujeres) que realizan esta actividad en México.
No obstante, será hasta el próximo viernes 11 de septiembre –en el contexto del 15 aniversario del CACEH que se celebra este año– que las trabajadoras del hogar acudirán a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA), en esta capital, para solicitar el registro, informó Marcelina Bautista.
En la asamblea constitutiva del sindicato participaron al menos 100 trabajadoras de Puebla, Colima, Chiapas, Distrito Federal y el Estado de México, quienes, con el apoyo de especialistas en la materia, aprobaron la creación del Sinacttraho, así como sus estatutos y su Comité Ejecutivo Nacional, integrado sólo por mujeres.
En votación libre y secreta, las trabajadoras del hogar determinaron los estatutos que regirán al sindicato, así como a las integrantes de su Secretaría General Colegiada: Marcelina Bautista, Ana Laura Aquino Gaspar y Esperanza Martha Leal Morales.
A decir de Bautista –que también fue trabajadora del hogar y lleva más de 20 años luchando por los derechos del gremio–, “este sindicato nace para hacer la diferencia en la realidad de las trabajadores del hogar en este país.
“No queremos ‘charros’ ni ‘charras’ (líderes de sindicatos de protección), y es por eso que en esta asamblea histórica queda así constituida por todas y todos ustedes el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar, el primero a nivel nacional, por lo que es un momento histórico para los más de 2 millones de trabajadoras del hogar en México”.
Y agregó: “Hace 15 años, cuando el CACEH se fundó, tuve el sueño de hacer un sindicato, pero las condiciones no estaban dadas, y entonces mi tarea sería crearlas. Hoy ese sueño se hará realidad porque las y los trabajadores que estamos aquí estamos convencidas del por qué un sindicato de cobertura nacional.
“Nuestro trabajo no ha sido reconocido socialmente, ni valorado económicamente. Este gran sector de trabajadores y trabajadoras sigue siendo marginado y olvidado desde las leyes”, expresó.
En entrevista, la activista destacó que países de América Latina (como Perú, Bolivia y Chile) ya cuentan con un sindicato de trabajadoras del hogar, pero México (que supera a todas esas naciones en número de trabajadoras del hogar remuneradas) no lo había conseguido.
Las trabajadoras formaron su sindicato sin el respaldo del gobierno de México, que sigue postergando la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre derechos y empleo digno para este sector laboral.
De acuerdo con Inés González, responsable del área de Diálogo Sindical y de Género de la Fundación Friedrich Ebert y quien acompañó al gremio durante el proceso de formación del sindicato, el pasado 16 de agosto las trabajadoras del hogar concluyeron su capacitación (con talleres sobre derechos laborales), que iniciaron desde hace tres años.
Desde que empezaron el trámite, las trabajadoras se comprometieron a cumplir con cada requisito para la conformación de su sindicato, como conseguir los documentos que solicita la JLCyA: acta de la asamblea constitutiva; lista de asistencia; padrón de socias; constancia de trabajo firmada por la o el empleador y la trabajadora; estatuto del sindicato, y la solicitud del registro sindical.
No obstante, entre las principales trabas que encontraron fue que algunas empleadoras no quieren dar la constancia de trabajo (que demuestra la relación laboral), porque se niegan a reconocerse como parte patronal, o no quieren asumir responsabilidades para cumplir con los derechos laborales de las trabajadoras.
Pese a ello, el gremio consiguió en días recientes al menos 30 constancias laborales firmadas por empleadoras y trabajadoras, lo que es suficiente para la conformación de su sindicato.
Otro eventual obstáculo –explicó Inés González– sería que los sindicatos de protección impidieran la conformación de la organización gremial, o lo cooptaran para tener control sobre este sector, pero no para contribuir a la defensa de sus derechos.
Además, el “gobierno corporativo” de Enrique Peña Nieto –aseguró la experta– tampoco ha querido cumplir con la ratificación del Convenio 98 de la OIT sobre el derecho a la sindicalización y la negociación colectiva.
Actualmente, gran parte de las trabajadoras del hogar en México son mujeres migrantes centroamericanas, indígenas y menores de edad.
Al respecto, González detalló que el estatuto del sindicato está pensado para que cualquier trabajadora del hogar ingrese; sin embargo, quedó estipulada la importancia de erradicar el trabajo infantil, por lo que no se perpetuará esa forma de explotación laboral.
Una vez que las trabajadoras acudan a la JLCyA, elaborarán un contrato colectivo de trabajo (con los acuerdos pactados y de interés para ambas partes), y convocarán mediante las autoridades laborales a que las y los empleadores lo firmen.
Si la parte patronal se opone a la firma del contrato colectivo, las trabajadoras podrán emplazar a huelga, aunque –precisó la experta– este tema es “muy delicado” y se discutirá en un seminario a mediados de octubre próximo.
De acuerdo con Inés González, el contrato colectivo de trabajo contendrá los derechos estipulados en la LFT para todas las trabajadoras, pero en particular los artículos establecidos para este sector, por ejemplo, el tipo de alimentos que no deben recibir las trabajadoras del hogar, horarios de descanso, las condiciones de seguridad en su habitación, y el pago de horas extras, entre otras garantías.