Campesinos, indígenas y afros denuncian incumplimiento de promesas del Gobierno

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Las delegaciones provenientes de varias regiones del país ya llegaron a la capital. Se reúnen con el objetivo de denunciar los incumplimientos de Juan Manuel Santos en las negociaciones con la Cumbre Agraria y a la vez oponerse al Plan Nacional de Desarrollo -PND-, la hoja de ruta del Gobierno entre el 2015 y el 2018

Según anunciaron las organizaciones sociales que convocan la jornada de protesta, cerca de 5000 personas se concentrarán en Bogotá para destrabar los acuerdos realizados con el gobierno en 2013, luego de un Paro Agrario que congeló al país y presionó a Santos a atender las exigencias de campesinos, indígenas, afrodescendientes y pobladores urbanos.

Los manifestantes visitaron el parque principal de la localidad de Bosa, donde socializaron los motivos que los llevan a realizar las Jornadas de la Indignación en varios puntos del país: Bogotá, Suroccidente, Bajo Cauca antioqueño, Chocó, Sur de Bolívar y Arauca.

Lo nocivo del PND

En palabras del ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, para cumplir las metas del actual PND el Gobierno tendrá que «apretarse el cinturón y hacer una reducción de los gastos de funcionamiento que pasan de 121,1 billones de pesos a 119,4”.

Esta reducción afectará gravemente al campo colombiano. Uno de los puntos del Plan alude a la “transformación del campo”. Para tal fin, se asignan 49,3 billones de pesos de los cuales se espera que los privados inviertan 35,5 billones y el sector público, 13,7 billones. Con claridad, el modelo de Santos frente al agro colombiano consiste en privilegiar que las empresas privadas hagan su agosto mientras el Estado se desentiende cada día más de sus obligaciones.

Además de esta definición, los ambiciosos proyectos de infraestructura de la prosperidad de Santos parecen estar cada vez más en vilo gracias a la desaceleración en el ya imitado crecimiento económico del país, según anunció el mismo Gobierno la semana pasada.

Incumplir acuerdos, constante de Santos

Por otro lado, los voceros de la Cumbre aseguran estar cansados de las dilaciones del Gobierno en las exigencias y los diálogos.

Desde la instalación de la Mesa Única de Negociación entre campesinos, indígenas y afros con el Gobierno, realizada en octubre de 2014, no se presentan avances significativos en la agenda. A pesar de las declaraciones presentadas por Santos en ese momento, en las que recordó su “origen campesino” y “compromiso decidido” con el campo colombiano, hoy en día los puntos neurálgicos de las negociaciones no han sido tratados.

Si este hecho se suma a los contradictorios planteamientos del PND, el futuro de la Mesa en términos de presupuesto parce estar embolatado. No obstante, esta no es la primera oportunidad en que el Gobierno deja a los campesinos “vestidos y alborotados”. En el 2006, la Minga Indígena denunció en su plataforma de lucha una serie de engaños y promesas incumplidas como motivación prioritaria para tomarse las carreteras.

Casi 10 años después la situación ha cambiado poco y parece empeorar con el pasar de los días. La razones para protestar, evidentemente, sobran.

Sin garantías para movilizarse

El primer informe de las organizaciones defensoras de derechos humanos que integran la Cumbre Agraria asegura que las intimidaciones no se han hecho esperar. Policías han llegado al lugar donde se concentran los movilizados, el Coliseo El Campín, con la intención de vigilar e identificar al grupo.

“Al ser requeridos por los defensores de derechos humanos, los agentes manifestaron que pertenecían al cuadrante 24 que era el de la zona. Y el agente que había tomado las fotografías manifestó que “él tenía derecho y que podían llamar a quien quisieran”, asegura el informe de la situación. Este episodio se repitió en varias ocasiones a lo largo de la tarde del domingo.

Paralelamente, una delegación de 37 campesinos provenientes de la región del Catatumbo, zona nororiental del país, fue detenida por policías motorizados que requisaron excesivamente a los sujetos, todos ellos integrantes de la Asociación Campesina del Catatumbo -Ascamcat-, organización que lideró las movilizaciones agrarias de 2013. Situaciones parecidas se dieron en el Tolima.

No se puede perder de foco que la emblemática movilización ocurre en medio de un complejo contexto de detenciones y montajes judiciales que tienen como centro a los líderes de las principales organizaciones sociales.

Las acciones de la Cumbre se extenderán a lo largo de esta semana. El próximo jueves se realizará una marcha hacia la Plaza de Bolívar donde se iniciará una Asamblea Permanente para evaluar los avances de las negociaciones. Además, delegaciones del grupo que protagoniza las protestas visitará varias localidades de la ciudad y universidades para informar los motivos que les llevaron a movilizarse.

Prensa Rural

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