Abuelas de Plaza de Mayo recupera la nieta 117 apropiada por la dictadura

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Con un fuerte mensaje contra la ‘reconciliación’ y la impunidad, Abuelas de Plaza de Mayo anunció ayer al mediodía la restitución de una nueva nieta, la hija de Gladys Castro y Walter Domínguez, dos jóvenes mendocinos desaparecidos en la última dictadura.  La mujer tiene 37 años y podrá conocer a sus abuelas, María Assof de Domínguez, titular de Madres de Plaza de Mayo de Mendoza, y Angelina Catterino. «Hace 37 años que esperamos esto y ya habíamos pedido las esperanzas», aseguraron en conferencia de prensa.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, encabezó el anuncio del caso número 117 que la institución logró resolver. La acompañaron referentes de los derechos humanos y funcionarios, como Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos de la Nación; su par bonaerense Guido Carlotto; y el secretario general de Presidencia, Eduardo ‘Wado’ de Pedro. A través de ellos, la presidenta Cristina Fernández y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, enviaron sus saludos a Abuelas y a las familias que lograron reencontrarse con su nieta.
Estela recorrió la historia de los padres de la mujer así como la búsqueda y lucha de sus abuelas para dar con ella. “El jueves último, 27 de agosto, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) que la joven es hija de Walter y Gladys. Desde nuestra Asociación se le comunicó la noticia a las dos abuelas, mientras que la CONADI informó a la nueva nieta que con beneplácito recibió la noticia”, leyó la dirigente en una sala de prensa atestada de periodistas. Destacó la colaboración del Estado en la restitución, a través de las agencias creadas en los últimos años, y señaló: “Sólo resta que el abrazo esperado 37 años por las familias Domínguez y Castro se materialice en estos días. Bienvenida nieta 117 a la verdad, al derecho a la identidad.»

A su lado, las dos abuelas miraban emocionadas las fotos de sus hijos en blanco y negro y cada tanto se les escapaba alguna lágrima. «Gracias de todo corazón en este momento tan tremendo, que vivimos con alegría. Será dentro de poco que podamos conocer a nuestra nieta y estar todos juntos», dijo con voz tenue Angelina Catterino, miembro de Abuelas y madre de Gladys Castro.

Al tomar la palabra, María Assof de Domínguez, titular de Madres de Mendoza y madre de Walter Domínguez, también se mostró esperanzada con el encuentro: «Es una alegría tan grande haber encontrado a esta niña, que espero que nos conozca y esté bien con nosotros, con sus primas y tíos», afirmó. Y agregó: «Somos mendocinas. Hace 37 años que esperábamos esto y ya habíamos perdido las esperanzas. Como ya habíamos perdido las esperanzas de que llevaran a juicio a estos asesinos. Se lo debemos a Néstor y Cristina.»

Los padres

Como ayer en la sala de prensa de Abuelas, las fotos de Walter y Gladys también estuvieron en alto durante el juicio oral que se realizó en 2013 en Mendoza por su secuestro y desaparición. Por el secuestro y desaparición de la pareja, seis ex miembros del Ejército y de la Policía mendocina fueron condenados a perpetua en 2013.
«Estaban asustados pero no lo demostraban. Se cambiaron de casa varias veces. Sabían del peligro que corrían pero siguieron luchando por un país mejor y eso les costó la vida», señaló María Domínguez.

Walter (22) y Gladys (23), eran jóvenes militantes del Partido Comunista Marxista Leninista en Godoy Cruz, Mendoza. En noviembre de 1976, cuando Walter terminó el servicio militar, se casaron. Los dos militaban, estudiaban y trabajaban. Él cursaba la carrera de Arquitectura, donde había formado el Centro de Estudiantes, y era chofer de colectivos. Ella había estudiado Diseño y trabajaba en una panadería.

El 9 de diciembre de 1977, cuando Gladys estaba con seis meses de embarazo, una patota los secuestró en su casa. En los días previos, varios de sus compañeros también fueron secuestrados y muchos desaparecidos.

Una vecina vio parte del operativo y los pedidos de ayuda de la pareja. La misma patota fue después a la casa de los padres de Domínguez, en busca de su hermano Osiris, quien logró salvar su vida porque se encontraba trabajando y ayer presenció emocionado junto a su hija la conferencia de prensa en la que se anunció el hallazgo de su sobrina apropiada.

La búsqueda

Desde el momento de la desaparición, las familias Domínguez y Castro comenzaron a buscar a la pareja y luego también a su nieta. Recordaron sus viajes a Buenos Aires para pedir información y la respuesta del la Iglesia mendocina: «No gasten pólvora en chimangos.» Pero nada las detuvo.

En 1994, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza denunció ante Abuelas la posibilidad de que una joven nacida en marzo de 1978 podía ser hija de desaparecidos. Había aparecido en el hogar de una pareja mayor y había sido inscripta como hija propia.

Sin embargo, el caso comenzaría a resolverse más de 20 años después. En 2009, la denuncia fue tomada por la CONADI y la joven fue convocada en febrero para presentarse voluntariamente y hacerse el análisis de ADN. El 16 de julio se concretó la extracción de material genético en el Banco Nacional de Datos Genéticos.  El jueves, el BNDG finalizó los cruces y determinó que es nieta de María Domínguez y Angelina Catterino.

Contra la reconciliación

Las últimas editoriales del diario de La Nación y los intentos de algunos sectores políticos de impulsar una amnistía a los represores se colaron también en la conferencia de prensa. «Quieren embarrar la cancha y nos plantean que los derechos humanos son un curro. Acá tienen los curros. Ya llegamos al curro 117. Repudiamos el intento de reconciliación y amnistía. Esta es la única reconciliación: encontrar los 500 nietos y trabajar por Memoria, Verdad y Justicia», opinó Guido Carlotto.

En el mismo sentido se pronunció la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Rosinblit: “Nosotras no queremos reconciliación porque no estamos peleando con nadie. Si ellos nunca reconocieron lo que hicieron, repiten que si vuelve a pasar lo mismo, lo volverían a hacer. No podemos reconciliarnos. Sólo rogamos, exigimos que nos devuelvan a nuestros nietos», manifestó.

Estela se sumó al pedido y agregó: «Venga quien venga (al gobierno), la lucha continúa para conseguir lo que nuestros hijo soñaron. Hay que refrescar estas historias porque hay algunos que prefieren la desmemoria. Vamos a seguir para no volver a dar ni un paso para atrás.»

Tiempo Argentino

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