Evo Morales, presidente de Bolivia: «Hay una ofensiva contra los gobiernos antiimperialistas»

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Por Mercedes López San Miguel

La imagen del Che Guevara que flota de una pared del Salón Azul en el Palacio Quemado es una fuente de inspiración. Sentado en un sillón debajo del retrato, Evo Morales se define antiimperialista y anticapitalista, y se siente parte de una generación de líderes que hicieron una revolución democrática. Elogia a Lula, Kirchner y Chávez por haber dignificado a América latina. Sonríe. Se siente conforme. Compara la Bolivia inestable y la Bolivia de ahora. Evo llegó a la presidencia en enero de 2006 y fue electo por tercera vez en octubre del año pasado. En una década, la extrema pobreza bajó del 38,3 por ciento al 17,8 por ciento.

En entrevista exclusiva con Página/12, el presidente Morales evoca la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, reflexiona sobre la realidad de la región y denuncia los intentos del imperio de agredir a los gobiernos de Brasil y Venezuela. Se siente más católico a partir del pontificado de Francisco, en sintonía política con Cristina Fernández y anticipa que tendrá un encuentro en Buenos Aires con el candidato presidencial Daniel Scioli.

–¿Cuál es el balance que hace de la relación con Argentina?

–Yo empecé mi gestión como presidente durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner y tengo muchos recuerdos, porque los dos primeros años han sido los momentos más difíciles con el tema de la Asamblea Constituyente, la etapa de la refundación de Bolivia, de pasar del estado colonial a un estado plurinacional. Y esa etapa era importante para la recuperación de los recursos naturales, con un frente interno opositor y un frente externo de empresas petroleras que conspiraban junto a la Embajada de Estados Unidos con amenazas de no inversión, de chantaje, de sabotaje. Nosotros les dijimos que ya no eran dueñas, eran socias. El presidente Kirchner me llamó telefónicamente y me dijo ‘si no quieren invertir, yo voy a invertir en Bolivia’. Ha sido un bombazo. Luego su visita a Santa Cruz y a Tarija, que mostraron fortaleza. Néstor Kirchner decía que América latina no podía seguir siendo el patio trasero de Estados Unidos. Cuando yo era dirigente sindical acompañé a Diego Armando Maradona a Mar del Plata a la Cumbre de las Américas (2005), estuvimos en hermosos actos con Lula, Chávez, Fidel y Kirchner, fueron momentos de mi preparación como presidente, momentos de aprendizaje y fortaleza. Sería el 2004 o 2005, después de mi primera participación en las elecciones como candidato a la presidencia de 2002, cuando fui a Cuba como invitado, hablé con los dirigentes del Partido Comunista, conversé con las autoridades y les pregunté que si un buen día yo fuera presidente, antiimperialista, y Estados Unidos me bloqueara como a Cuba, qué debía hacer. Todos los compañeros con los que hablé, menos Fidel, me dijeron que tenía que tener mucho cuidado, que Estados Unidos es vengativo y rencoroso. Y finalmente hablé con Fidel y él me dio una respuesta totalmente diferente: ‘Evo, primero Bolivia no es una isla como Cuba, Bolivia tiene a Lula, Chávez, Kirchner, a nosotros, no hay que tener miedo. Bolivia tiene tantos recursos naturales’. Le pregunté qué debía hacer para liderar una revolución en Bolivia, yo esperaba que me dijera que tenía que combatir con armas. Pero toda la noche me habló de salud, educación, responsabilidad del Estado.

Hasta Kirchner se vivía una etapa de sublevación democrática. Me acuerdo que entre Ecuador, Bolivia y Argentina parecía que había una competencia a ver quién sacaba más presidentes. Un tal Cavallo, corralito bancario, inestabilidad económica. Kirchner estabiliza y demuestra que hay soluciones democráticas. Con la compañera Cristina ya nos conocíamos cuando ella estaba junto a Néstor. Nunca me olvido que en los primeros años de mi gestión tuvimos inundaciones y nos mandó helicópteros y aviones. Lamento mucho, duele hasta hoy, que un avión se estrelló en El Alto. Todo por ayudarnos. Encontré una Bolivia con un solo helicóptero, hoy tenemos 24. Cristina es una mujer con compromiso social, yo admiro de ella su profundo sentimiento social y su claridad ideológica.

–Hubo elecciones primarias el domingo pasado en Argentina. ¿Conoce a Daniel Scioli?

–Sí, mi amigo.

–¿Qué expectativa tiene si Scioli gana la presidencia, teniendo en cuenta que él no tiene un origen de izquierda?

–Es el candidato de la compañera Cristina. El kirchnerismo ha decidido que sea el candidato, seguramente viendo la coyuntura política. Mi respeto, mi saludo, en algún momento los presidentes de países vecinos comentamos que él tiene que ganar. En las elecciones internas ganó con más de ocho puntos de diferencia (frente a toda la alianza opositora Cambiemos), yo tengo mucha confianza. No solamente por Cristina, también por Néstor, por todo el proceso. Somos una generación que hicimos una revolución democrática. Tengo mucha confianza, siento que nos respaldaremos mutuamente, que estamos transformando a nuestros países. En tiempos neoliberales las empresas y las industrias del Estado argentino estaban paralizadas, ahora las industrias y fábricas han levantado vuelo. Estamos viendo de adquirir tecnología de Argentina. No queremos ver a Bolivia como un país de comercio, sino como socio.

–¿Va a viajar a Buenos Aires próximamente?

–Tengo una cita con Scioli, un amigo, esperamos que le vaya bien en las elecciones.

Alertas en la región

–Mauricio Macri en Argentina y Henrique Capriles en Venezuela son empresarios que encabezan una opción definida de la derecha, ¿cómo los ve?

–Especialmente en Sudamérica los países son antiimperialistas. El imperio divide para tratar de derrotar a los gobiernos progresistas, la historia se repite, pero el pueblo siempre va a apoyar y a ratificar al gobierno que los respaldó y liberó. Esa es nuestra experiencia. Nos preocupa el caso de Venezuela, sobre todo por los problemas económicos. La posición bolivariana y revolucionaria está firme pese a las agresiones políticas y económicas, o las agresiones parlamentarias como en Brasil. No son tiempos de imperios, sino de pueblos; no estamos en tiempos de oligarquía, sino de los movimientos sociales.

–Pareciera que la región está viviendo tiempos de cambio. Pienso en la crisis política que vive el gobierno de Rousseff en Brasil y las dificultades que enfrenta el presidente Maduro en Venezuela.

–Hay una ofensiva contra los países con gobiernos antiimperialistas. Ahora no pueden hacer golpes de Estado militares y civiles, tampoco conspiraciones desde el imperio, pero siento que hay otras formas de agresión política, como los chantajes y los condicionamientos a Venezuela. En Argentina, los fondos buitre, esa es una agresión económica. Cuando un gobierno antiimperialista es sólido, quieren destrozarlo por el lado económico. Pero el trabajo conjunto de la región es importante. Y cuando no pueden ni militar ni económicamente, hacen un golpe político como contra Lugo en Paraguay. Siento que la agresión a Dilma es política, un golpe a través del Congreso. Y mucho también depende de nuestros movimientos sociales, y claro, siento que el imperio quiere quitar el patrimonio político del PT. Ya no es solo contra Dilma, también contra Lula. Usan el tema de la corrupción.

–Hay graves denuncias de corrupción contra Petrobras y otras empresas estatales brasileñas…

–Esa es nuestra responsabilidad como gobierno. Con disculpa de algunos presidentes, en mi gobierno no se mete ninguna familia. Jaime Paz Zamora era presidente y sus hijos fueron diputados, su hermana era dueña del palacio. El hermano de Manfred Reyes Villa era ministro de todos los partidos, un eterno oficialista. Al ver eso, dije que no, que nadie se mete aquí, ni mi hermana, ni mi hermano. Si hago algo mal, es responsabilidad de Evo, no va a salpicar a la familia. Mi hermana Esther ha llorado para ser primera dama, y yo le decía que es algo humillante, que si fuera presidenta, ¿acaso su marido iba a ser el primer caballero? Ahora ella anda feliz y contenta, sabe que tenía razón. En Pando, con Leopoldo Fernández (ex gobernador) ha caído toda una telaraña de corrupción, cuñados, cuñadas, todos. Chile está con problemas serios también. A mí intentaron afectarme con el fondo indígena. Saben que la estructura del MAS (Movimiento al Socialismo, partido oficialista) casi no existe, pero que mi fuerte son los movimientos sociales e indígenas. La oposición interna y la externa usan lo mínimo para desgastarnos, corrupción, derechos humanos, economía. Si algún gobierno de la derecha estuviera involucrado en temas de corrupción, Estados Unidos estaría salvándolo especialmente.

–¿Usted ve la participación de Estados Unidos en los intentos de desestabilización?

–Es muy claro con Venezuela. Y los fondos buitre ¿de dónde vienen? Los fondos buitre tienen sus estructuras económicas para chantajearnos en Estados Unidos.

–En la última cumbre del Mercosur se acordó la incorporación de Bolivia al bloque. ¿Qué expectativa le genera?

–Es una tarea que tenemos pendiente la de integrarnos comercialmente. Unasur es la integración política y Mercosur un espacio económico y de comercio. Sé que Brasil y Argentina nunca nos van a abandonar para que podamos seguir avanzando en liberarnos económicamente.

El papa Francisco

-En La Paz aún se observan carteles de bienvenida al Papa. ¿Cómo fue el encuentro con Francisco?

–Nos alegramos cuando fue elegido el primer Papa sudamericano. Cuando visitó Brasil en 2013, Dilma nos invitó y yo fui. Vi al papa Francisco, quien me dijo que me acompañaba con bendiciones y oraciones. Le dije que tenía que acompañarme con las oraciones en Bolivia. Fui al Vaticano el año pasado, hablamos de la demanda de mar que tenemos con Chile y de las Malvinas. Lo invité y aceptó venir. Al escuchar sus oraciones y bendiciones tenemos mucha confianza y fortaleza. En un momento le dije: ‘ahora sí tengo Papa’.

–¿Usted es católico?

–Sí, por mi madre.

–¿Va a misa los domingos?

–A veces. Mi madre me enseñó a ser católico, pero algunos miembros y jerarcas de la Iglesia Católica me decepcionaron. Tantos padres como Luis Espinal que dieron su vida por el pueblo y que fueron discriminados y aislados por la Iglesia. Me da pena eso. Padres que siempre nos acompañaron en las justas reivindicaciones sociales. La derecha tenía autoridades electas y les seguían dando misa. A los padres que se sumaron a nuestro movimiento los alejaron.

–Generó revuelo el regalo que le dio a Francisco, un Cristo crucificado en un martillo y una hoz tallado por Luis Espinal, símbolo de la unión entre la Iglesia y la clase obrera.

–Sí, un día estaba leyendo sobre la historia de Latinoamérica, un 11 de agosto de 1968 un grupo de sacerdotes en Chile había tomado la catedral. Aquí estamos los padres del pueblo con el pueblo, cuestionando a los jerarcas de la Iglesia católica chilena. Ha habido diferencias desde tiempo de la colonia, y el papa Francisco ha pedido perdón al pueblo indígena. Eso es muy fuerte. Algunos miembros de la Iglesia en Bolivia deberían reflexionar y seguir los pasos de Francisco. Tengo mucho miedo que le hagan algún daño al Papa, por su coincidencia con los pueblos del mundo, sobre la madre tierra, la pobreza, el capitalismo, la injusticia. En el pasado han envenenado a papas. En algunos de sus mensajes él pide que oren por él. Toda nuestra solidaridad y apoyo. Nos hace sentir católicos.

Al final de la conversación, el presidente con más alta aprobación en América latina se despide con un cálido “muchas gracias, jefa”.

Pégina 12

“Tenemos un gran colchón financiero”

Por Mercedes López San Miguel–¿La baja del precio del petróleo cuánto afecta a la economía de Bolivia?

–Nos preocupa, pero tenemos un gran colchón financiero, nuestras reservas son de 15 mil millones de dólares, el depósito del pueblo de 21 mil millones de dólares. Va a haber algún efecto, estamos haciendo inversiones, y preparados para enfrentarlo.

–¿Piensan en diversificar la economía?

–Sí, estamos con el tema agropecuario y energético. Tenemos acuerdos con Argentina y Brasil en temas energéticos, el tendido eléctrico de Tarija a Salta. El imperio de Estados Unidos trata de dañar la parte productiva. Antes de que lleguemos al gobierno, Estados Unidos donaba harina y trigo a Bolivia, había una total dependencia con el pan, que no permitía fomentar la producción. Llegamos al gobierno y no nos donan, ni siquiera nos quieren vender, es una acción política. Llamé de urgencia a Cristina para que me ayudara con la emergencia del trigo y lo hizo. Me culpaban por la falta de pan. Empezamos a mejorar la producción de trigo, es una forma de liberarnos.

–¿Usted cree que este proceso de cambio en Bolivia necesita de la continuidad de su liderazgo? Aquí comenzó a enunciarse la opción de la reelección indefinida, que requiere una reforma constitucional.

–No sé. Antes los presidentes no duraban. Cuando yo prestaba el servicio obligatorio en 1978, ese año tuvimos tres presidentes: los generales Banzer, Pereda y Padilla. No podía entender qué sucedía. Los años previos a que llegara al gobierno en 2006, hubo cinco presidentes: Banzer, Tuto Quiroga, Sánchez de Lozada, Mesa y Rodríguez. Me sorprende que en todos los actos a donde voy el mensaje más aplaudido es Evo hasta 2025. Por ahora, estoy preocupado en los temas de gestión, que termina en 2020.

–¿Podría debatirse en la Asamblea la reforma de la Constitución, ya que el oficialismo tiene los dos tercios que se necesitan para su aprobación?

–Sí, pero mucho depende de que no me equivoque. No es sencillo ser presidente. Como gobierno pedí un debate ampliado también con los movimientos sociales y las confederaciones del MAS.

–¿Impulsaría su gobierno la aprobación del matrimonio igualitario?

–Yo soy medio conservador, pero es una realidad que hay que debatir y que el pueblo decida. Tal vez porque vengo de una familia conservadora con ese tema, tal vez la misma religión, pero no puedo entender cómo pueden casarse mujeres con mujeres y varones con varones. Tengo amigas lesbianas que me explican y es una realidad.

–¿La despenalización del aborto tampoco está en agenda?

–Es un debate que debe darse, porque aunque no sea legal hay abortos. Es un tema pendiente que queda todavía y ahí quisiéramos someter al pueblo a que decida, a través de referéndum.

–La nueva Constitución plantea la aprobación de una ley de medios. ¿Hay algún avance en ese sentido?

–En Bolivia hay libertad de expresión, falsamente dicen que no hay.

–El vicepresidente Alvaro García Linera reconoció que el gobierno no aporta publicidad oficial a los medios que considera que mienten.

–El gobierno decide por qué medio puede llegar al pueblo. No es una obligación llegar a todos y lo peor es que algunos medios mienten e insultan. La gente va a creer al medio que dice la verdad bajo la libertad de expresión. En la noche en vez de escuchar informativos prefiero escuchar un partido de Boca. Por si acaso, ¿usted de qué es hincha?

–De Boca (risas).

–Presidente, la oposición cuestionó al Tribunal Supremo Electoral por haber inhabilitado candidaturas. ¿Qué responde sobre esto?

–Los más afectados hemos sido nosotros. Inhabilitaron candidatos al Senado, a alcaldías y gobernaciones, pero no nos quejamos. La oposición por unos pocos hizo un escándalo.

–En las elecciones municipales y regionales de marzo pasado, el MAS perdió ciudades clave como La Paz y El Alto, ¿cuál ha sido su reflexión?

–En las elecciones nacionales ganamos todas las diputaciones y en la ciudad de La Paz nunca ganamos la alcaldía y en El Alto en las anteriores apenas ganamos, ahora perdimos.

–Tenían la gobernación de La Paz.

–Sí, pero en esta última elección la candidata a gobernadora era una mujer e indígena. El pueblo paceño es machista. Con cualquier varón ganábamos, porque tenemos dos tercios de la asamblea en La Paz. Sólo en Santa Cruz no tenemos mayoría en la asamblea y tampoco la gobernación. Hemos sumado a Beni. El Oriente boliviano era de la derecha, y en las elecciones nacionales ganamos hasta en Santa Cruz. Una cosa es el liderazgo nacional, otra los liderazgos regionales.

Página 12

“No me equivoqué”

Por Mercedes López San Miguel–¿Cómo ve el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba?

–He conversado personalmente con el encargado de Negocios de EE.UU. (Peter Brennan). Cuando llegué al Palacio, el entonces embajador norteamericano me dijo que no podía tener relaciones diplomáticas con Irán, Venezuela y Cuba y un grupo de parlamentarios pensaban igual. Ahora siento que Estados Unidos siguió nuestros pasos: ha acordado con Irán y reestablece relación con Cuba (se sonríe). No me equivoqué. Es un paso importante porque el pueblo cubano finalmente ha triunfado gracias a su unidad y al apoyo internacional. Esperamos que pronto se pueda acabar con el bloqueo económico y que devuelvan Guantánamo a Cuba. El hermano Papa ha contribuido en la unión de dos rivales históricos. Algún día el Papa va a unir a Bolivia y Chile.

–A propósito de la reunión con el encargado de Negocios, ¿cómo está el vínculo con Washington?

–Está en vías de mejorarse. Nosotros queremos que nos respeten, no hay Atpda (Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga), no hay responsabilidad compartida en la lucha contra el narcotráfico. Y estamos mejor económicamente. Qué bueno hubiera sido que Estados Unidos acompañara estos procesos de cambio en democracia.

–En 2013, Estados Unidos y Europa creyeron que en un avión en el que viajaba usted desde Rusia iba escondido el ex agente norteamericano Edward Snowden. ¿Qué sintió en ese momento?

–¿Cómo puede creer Estados Unidos que yo traía a Snowden? Eso significaría que a la Inteligencia norteamericana le falta inteligencia. Estoy seguro de que fue una acción política de la CIA como un escarmiento. Si lo traía Dilma o Cristina, Estados Unidos no hubiera intervenido. Como tenemos una posición clara, como Estados Unidos no acepta que Bolivia haya expulsado a su embajador (Philip Goldberg, en 2008), entonces tomó una acción vengativa. Cuidado, ¡no sean como Evo! Yo siento que iban mucho más allá. Teníamos que retornar a Rusia y no teníamos suficiente combustible. Ahí hablamos con los pilotos y en emergencia técnica aterrizamos en Viena, que felizmente aceptó (N. de la R.: Francia, Italia y Portugal le rechazaron el permiso). No puedo creer que los gobiernos de Europa estén sometidos a Estados Unidos. Mi pecado es ser antiimperialista y haber expulsado al gobierno norteamericano.

–Es la Europa que quiso aleccionar a Grecia.

–Lamento mucho que los países europeos no tengan su propia soberanía y respondan al FMI o al Banco Central Europeo. Siento que va a haber un proceso de sublevación de los pueblos contra ese sistema.

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