Parlamentarias en Haití: inicia el conteo de votos tras una jornada que dejó tres muertos y baja una participación
Los haitianos esperan hoy por las cifras preliminares de las elecciones legislativas bajo el temor de que estallen nuevas tensiones entre los candidatos y simpatizantes de los partidos, ante las irregularidades reportadas durante la jornada comicial.
Según el Consejo Electoral Provisional, el escrutinio involucra a 800 técnicos que trabajarán las 24 horas del día, divididos en dos equipos y con un sistema que evitará errores en la entrada de datos.
El centro de tabulación procesará las actas emitidas por los mil 508 colegios de votación ubicados en el país bajo la supervisión de abogados, candidatos y observadores internacionales.
Su director, Widmarc Matador, explicó que el conteo iniciará con la exhaustiva revisión de esos documentos, luego los digitalizarán para validar los resultados antes de divulgarlos.
Pero, el proceso se dificultará en varias regiones porque ayer hubo problemas de organización y de logística en muchos recintos electorales, mientras otros cerraron por los saqueos y destrozos que causaron grupos vandálicos.
Incluso, algunos colegios abrieron con las urnas llenas.
La primera vuelta de las legislativas transcurrió este domingo plagada de irregularidades, tiroteos, enfrentamientos e incidentes violentos que conllevaron al arresto de varias personas.
Todos esos incidentes sucedieron en medio de fuerte dispositivo de seguridad que involucró a nueve mil policías y miembros de la Misión de Estabilidad de la Naciones Unidas para Haití.
Desde la apertura de las urnas, los medios de prensa también informaron de una baja afluencia de personas y los roces entre los partidos por su permanencia dentro de los recintos electorales, pues debían rotarse porque son muchas fuerzas políticas en pugna.
Esta es la primera votación que desarrolla el país desde 2011 para escoger a 20 senadores y a 119 diputados a la Asamblea Nacional.
Los comicios, disputados por mil 853 representantes de más de un centenar de partidos, se caracterizaron por la indiferencia de la población.
Haití está sin Parlamento por la imposibilidad de organizar elecciones en años anteriores, lo cual permitió al presidente Michel Martelly gobernar por decreto.
Tres muertos y 12 heridos durante elecciones en Haití
El primer ministro haitiano, Evans Paul, informó que tres personas murieron ayer en el transcurso de la jornada electoral en Haití en la localidad de Dondon, al norte del país. Hay 12 heridos.
Desconocidos mataron a Gary Jean Baptiste, vinculado al partido del presidente Michel Martelly, el Tet Kale (PHTK). Las otras dos víctimas están relacionadas con la venganza por la muerte de Baptiste. Mientras, el jefe de la Policía haitiana, Godson Orelus, dijo en una conferencia de prensa tras la jornada electoral que resultaron heridos tres agentes de la policía y se produjeron 137 detenciones.
Baja participación
Haití retomó el orden constitucional al organizar ayer las primeras elecciones legislativas desde 2011, pero la consulta estuvo marcada por numerosos incidentes, algunos violentos, retrasos en la apertura de los centros de votación y una baja participación.
El Consejo Electoral Provisorio (CEP) anoche se declaró, sin embargo, «en términos generales satisfecho», aunque admitió que incidentes y actos de sabotaje afectaron la primera vuelta de las legislativas.
Pierre Louis Opont, el presidente del CEP, explicó en conferencia de prensa que «4% de los centros de votación se vieron afectados por actos de violencia», lo que obligó a su cierre antes de la hora prevista.
Según estimaciones de Opont, unos 290.000 electores no pudieron votar.
Antes del miércoles, el CEP decidirá si se organizará una nueva votación en las circunscripciones afectadas.
Tras negarse a brindar una estimación sobre la tasa de participación, Opont admitió que «no hubo aglomeración» de electores en los centros de votación. Tampoco ofreció un balance de los actos de violencia que ensombrecieron la jornada electoral.
Tres centros habrían sido incendiados en Savanette (centro), según la presidenta del partido opositor Fusion, Edmonde Supplice Beauzile.
Se trata de la primera elección desde 2011, debido a la profunda crisis entre el presidente Michel Martelly y la oposición.
El país más pobre del continente americano sufre una historia de inestabilidad crónica y todavía lucha por recuperarse del devastador terremoto de 2010. El desastre dejó más de 250.000 muertos y destruyó gran parte de su infraestructura.
La gran cantidad de candidatos -un total de 1.855, que aspiran a 139 escaños parlamentarios- sumada a una ola de violencia que empañó la campaña política y la tradicional baja concurrencia a las urnas retrasaron la apertura de los centros de votación.
«A pesar de los incidentes en algunos centros de votación, en general los problemas se corrigen», declaró a la AFP Elena Valenciano, jefa de la misión de observación electoral de la Unión Europea.
El sábado la policía -que movilizó a más de 7.000 agentes en todo el país- detuvo en el centro de Haití a una veintena de personas por portación ilegal de armas.
El miércoles, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) advirtió de un «clima de terror» en el país, al dar cuenta del saldo de los tres meses de campaña electoral: «Nueve enfrentamientos armados, cinco asesinatos, dos intentos de asesinato, siete heridos de bala, dos heridos de arma blanca, 17 heridos por lanzamiento de piedras y diez casos de enfrentamientos a palazos».
– Baja participación –
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, animó el sábado a los haitianos a votar.
«Estas elecciones tan esperadas constituyen una gran etapa para la democracia en Haití», señaló Ban en un comunicado, llamando a «elecciones creíbles, inclusivas y transparentes».
Pero según encuestas preelectorales, la participación difícilmente superaría el 15%. En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2011 fue menor al 25%.
«El nivel de participación, sobre todo cuando se trata de elecciones legislativas, es muy bajo», admitió por su parte José Enrique Castillo Barrantes, jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA). «Tenemos cierta esperanza de que el nivel aumente en algo. Esperamos llegar al menos al 20%».
Con esta votación Haití da inicio a un largo proceso electoral que concluirá en diciembre con la segunda vuelta de las presidenciales.
Los resultados de esta primera vuelta de las elecciones legislativas se conocerán el 19 de agosto. Los partidos y candidatos dispondrán de tres días para presentar demandas y, tras deliberación de los tribunales electorales, las cifras definitivas se publicarán el 8 de septiembre.
Les risques d’une crise post-électorale en Haïti
Au moment où la plupart des centres de vote viennent d’être fermés pour le décompte des voix exprimées, de multiples interrogations se posent sur l’avenir du processus, observe l’agence en ligne AlterPresse.
D’abord, en dépit de la « satisfaction » des autorités électorales, une participation apparemment faible, durant la journée du dimanche 9 août 2015, risque d’entacher la crédibilité des futurs « élus ».
Ces derniers semblent voués à bénéficier du climat de violence, qui, après avoir dominé la campagne électorale, a marqué le scrutin de dimanche en divers points du territoire national.
Le déchaînement de violence, avec notamment le sac voire l’incendie de plusieurs centres de vote, à l’échelle du territoire national, a impacté sur le déplacement « réfléchi » des potentiels votants, qui refusent de cautionner des « mascarades électorales », à l’instar de celles déjà concoctées pour Haïti.
Fallait-il en arriver là avec une valse de millions de dollars américains, injectés dans le processus électoral, qu’on souhaitait transparent, honnête et crédible ?
Les résultats attendus anticipaient un taux de participation de 15% de votantes et votants. Or, des suspicions planent sur un niveau d’abstention sensible.
Les électrices et électeurs ont été surpris par une flambée, sans précédent, de nouveaux partis politiques, dont un grand nombre a été créé à l’ombre de l’administration politique de 2011.
Parallèlement, une kyrielle de candidates et candidats se sont fait connaître seulement en 2015, sans attester d’aucune expérience porteuse dans le passé dans la vie quotidienne en Haïti.
Au lieu d’encourager la participation populaire, cette stratégie de « diviser pour régner » s’est aliéné une bonne partie de l’électorat, contraint à choisir parmi des prétendantes et prétendants « peu crédibles ».
Galvanisés par les résultats préfabriqués de 2010 et de 2011, beaucoup de ces candidates et candidats cherchent à investir le champ politique pour diverses raisons inavouées.
Les uns, les plus arrogants, entendent trouver refuge au parlement pour continuer à jouir de l’impunité d’actes, perpétrés durant ces dernières années. Leur objectif serait surtout de se servir des « privilèges de pouvoir » pour imposer des vues claniques.
Les autres, qui n’ont aucune expérience de gestion publique, espèrent trouver de nouveaux horizons politiques pour se positionner sur le terrain, sans véritablement avoir mis au point de plan collectif. L’idée est d’essayer d’asseoir un modèle politique totalement anachronique mais ouvert sur des intérêts étrangers, sans aucune articulation avec des aspirations nationales.
Entre 1990 et 2015, trois présidents (Jean-Bertrand Aristide, René Garcia Préval et Joseph Michel Martelly) ont profité de leur présence à la tête du pays pour lancer de nouvelles structures politiques (partis politiques Fanmi lavalas, Lespwa converti en Inite, puis transformé en Verite, Parti haïtien tèt kale / Phtk).
A quelle constructions institutionnelles ont obéi ces structures ainsi que celles orchestrées au début de l’année 2015 ?
En plus, ne faudrait-il pas parler de « paravents » utilisés par des sangsues politiques, au lieu de « structures politiques » ? Quels mécanismes ont été mis en place pour développer ces partis politiques ?
Toutes ces structures dites politiques tendent à épouser les voies du populisme et du fascisme, à se positionner en tant qu’éventuels « sauveurs de la patrie » ou « porteurs d’idées nouvelles », dont les pratiques et réalités objectives ne divorcent, en rien, avec les politiques passéistes.
Sur quelles bases, par exemple, une administration politique peut-elle prétendre avoir amendé la Constitution de 1987, lorsqu’elle a sciemment ignoré les principes et la marche à suivre ?
Comment une administration politique peut-elle s’arroger le droit de créer de multiples postes inutiles, qui ne font que donner des faveurs à des soumis, flatteurs et autres contempteurs ?
Pourquoi les citoyennes et citoyens doivent subir les caprices de potentats, qui se donnent un pouvoir discrétionnaire en tout et dans la circulation des personnes sur le territoire national ?
Quelles pirouettes jouera désormais la communauté internationale, au regard des résultats qui seront proclamés pour ce scrutin législatif du 9 août 2015, en panne de sensibilisation et de préparation institutionnelle appropriée ?
Reviendra-t-on, à nouveau, aux soubresauts issus des élections contestées de l’année 2000 ?
Qui permettra de vérifier l’authenticité des résultats attendus du scrutin législatif du 9 août 2015 ? Comment déterminer que ces résultats n’ont pas été tronqués ou détournés à l’avance ?
Suffit-il vraiment d’aller voter pour se donner bonne conscience, pendant que des magouilleurs tapis dans l’ombre tentent d’imposer leurs propres dirigeants ?