México: marchan en ocho ciudades en repudio al asesinato de un fotógrafo y cuatro mujeres
Fotógrafos, reporteros, camarógrafos, integrantes de la sociedad y estudiantes de al menos ocho ciudades se manifestaron en diversas plazas públicas de las ciudades de Xalapa, Acapulco, Chilpancingo, Guadalajara, Oaxaca, Culiacán, Querétaro y Cancún para exigir justicia por el asesinato del fotorreportero Rubén Espinosa Becerril, colaborador de la revista Proceso, y de las agencias Cuartoscuro y AVC Noticias, ultimado junto con cuatro mujeres el pasado viernes, en la colonia Narvarte de la ciudad de México.
En Veracruz, el escritor Paco Ignacio Taibo II encabezó la marcha, donde mencionó que el gobierno no sólo debe investigar realmente lo que sucedió, sino que está obligado a realizar deslinde de su responsabilidad. «La sospecha de que el gobierno está involucrado en la muerte de periodistas tiene fundamento».
El escritor viajó a la capital del estado para impartir un taller en la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Xalapa, que tiene lugar en esta ciudad. Sin embargo, decidió hacer una pausa en su presentación para solidarizarse con el gremio veracruzano.
Poco después de las 12:30 horas, Taibo II llegó a la plaza Lerdo para acompañar la marcha donde se pidió el esclarecimiento del caso.
En entrevista, el escritor mencionó que en estas situaciones lo único que queda “es exigir –completamente, continuamente– justicia. ¿Qué tan difícil es que se exija? ¿Qué tan imposible es lograr justicia en México? El país se está colmando de heridas abiertas. La única manera de hacer frente a esto es la organización social”.
Agregó que en un escenario tan complicado, sólo quedan dos opciones: “vivimos con miedo y seguimos actuando, o seguimos con miedo y dejamos que nos ganen.
«Pero si nos vamos a nuestras casas dejamos que este país lo gobiernen una pandilla de ineptos, corruptos y criminales», sostuvo.
Norma Trujillo, periodista veracruzana amiga de Rubén Espinosa, de 31 años, pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) que no rehúya su responsabilidad de investigar el caso.
Mencionó que por ley las autoridades federales están obligadas a atraer los casos de periodistas asesinados, aunque se trate de un delito del fuero común.
La marcha de periodistas, acompañada con flores y carteles de protesta, concluyó con una exigencia de justicia para los 14 periodistas asesinados en lo que va del gobierno del priísta Javier Duarte de Ochoa, desde 2010.
En Guerrero, la manifestación fue abanderada por periodistas e integrantes de la sección 25 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), con sede en Acapulco, quienes exigieron que la PGR y el presidente Enrique Peña Nieto esclarezcan este crimen y otros cometidos contra informadores.
En representación de la sección 25 del SNRP, el periodista independiente Julio Vázquez, leyó un mensaje en el que expresó: «desde Guerrero ofrecemos a la familia del comunicador nuestras condolencias y solidaridad en lo que este a nuestro alcance colaborar», y advirtió que el oficio del periodista cada vez se encuentra más desprotegido.
Señaló que otros hechos, como el homicidio de Amado Ramírez, de Televisa, y la desaparición de Marco López, de Novedades Acapulco, no han sido resueltos.
Asimismo, en Chilpancingo alrededor de 30 reporteros protestaron en la caseta de cobro de Palo Blanco, en la Autopista del Sol, con dirección al puerto de Acapulco, Chilpancingo, y la ciudad de México, con pancartas en las que pedían justicia por el crimen contra su compañero.
En un improvisado mitin realizado en la caseta, Eric Chavelas, dirigente de la sección 17 del SNRP, manifestó el repudió por la muerte de Rubén Espinosa y demandó «una investigación a fondo para dar con los responsables intelectuales y materiales del crimen».
Denunció que en Guerrero han sido ultimados al menos 13 periodistas, sin que se haya resuelto un solo caso.
Varias decenas de comunicadores de Jalisco también mostraron indignación por el asesinato de Rubén Espinosa, junto con otras cuatro personas, y se reunieron en el centro de Guadalajara para realizar un homenaje en memoria de su compañero, donde exigieron que cesen los asesinatos contra trabajadores de los medios de comunicación, especialmente en Veracruz.
Con cámaras fotográficas y flores montaron un altar para enfatizar la inseguridad que priva en todos los ámbitos y lugares del país.
En la capital de Oaxaca, una veintena de periodistas protestaron por el homicidio de Rubén Espinosa, quien pese a buscar refugio en la ciudad de México, ante las amenazas ligadas a su trabajo en Veracruz, fue asesinado, torturado y recibió un balazo en la cabeza cuando convivía con unas amigas en un departamento en el Distrito Federal
Portando máscaras de papel con imágenes del rostro de Espinosa, los comunicadores oaxaqueños enfatizaron: «las pinches autoridades no cumplen con su palabra; somos pretexto para que usen presupuestos por la libertad de expresión y no pasa nada, aquí están los resultados».
Señalaron que en Oaxaca, durante la administración de Gabino Cué Monetagudo, han sido asesinados cuatro periodistas.
La organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19 alertó en su cuenta de Twitter que el caso de Rubén Espinosa es el primero en el que un periodista desplazado internamente en el país es asesinado.
Aunque el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza, subrayó que el motivo por el que Espinosa estaba en la capital era «la búsqueda de oportunidades profesionales», Darío Ramírez, director de Artículo 19, pidió que se establezca como línea de investigación prioritaria la que se relaciona con el ejercicio de su trabajo periodístico.
En Sinaloa, una treintena de comunicadores hicieron un mitin frente a la catedral de Culiacán. En Querétaro, los reporteros realizaron una caminata silenciosa alrededor de la plaza de armas de la capital para condenar el homicidio.
Según la organización Reporteros Sin Fronteras, en la reciente década en México más de 80 comunicadores han sido asesinados y 17 desaparecidos.
Una de las mujeres asesinadas en Narvarte, activista del #YoSoy132 de Xalapa
Entre las cinco personas asesinadas en un departamento de la colonia Narvarte de esta capital el pasado viernes, no sólo el fotógrafo Rubén Espinosa había desarrollado su actividad profesional en el estado de Veracruz, de donde se autoexilió el pasado 9 de junio, por amenazas recibidas de parte de miembros de la policía estatal.
Nadia Vera Pérez, originaria de Chiapas, y una de las dos mujeres, de un total de cuatro, que ya fue identificada, también residía en aquella entidad que tiene como gobernador al priista Javier Duarte.
Además de dedicarse a la producción de programas para las redes sociales, Nadia era integrante de la Asamblea Estudiantil de Xalapa y del movimiento #YoSoy132.
Vera Pérez fue una de las estudiantes golpeadas por policías de la Secretaría de Seguridad Pública, durante el desfile del 20 de noviembre del 2012, por protestar contra los resultados de las elecciones presidenciales.
La otra mujer que ya fue identificada, se llamaba Yesenia Quiroz Alfaro, era originaria de Mexicali, Baja California y sólo se tiene la información de que era maquillista.
Rubén Espinosa, un fotógrafo ‘incómodo’ para el gobierno de Duarte
Acérrimo crítico de la violencia hacia sus colegas, Rubén Espinosa Becerril nació en 1983 en la Ciudad de México. Era fotógrafo y periodista autodidacta que laboraba en la Agencia AVC Noticias, y como corresponsal de la revista Proceso y Cuartoscuro en Veracruz.
Hace ocho años se mudó a Xalapa, Veracruz, donde llegó a trabajar a El Golfo Info y en 2009 fue contratado como fotógrafo de Javier Duarte cuando era candidato a gobernador. Posteriormente trabajó como fotógrafo de quien fuera la alcaldesa de Xalapa, la también priista Elizabeth Morales.
Dejó de laborar en el sector público por sus posturas críticas contra la violencia hacia los periodistas en el estado. Como fotógrafo de agencia le tocaba cubrir la actualidad diaria. Y como corresponsal de Proceso y Cuartoscuro se especializó en movimientos sociales. Estaba totalmente involucrado en el movimiento que denunciaba los crímenes contra periodistas en el estado.
En el aniversario de la Revolución, en noviembre de 2012, mientras cubría las protestas estudiantiles contra el gobernador Javier Duarte por el asesinato de la corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, se le impidió tomar fotos de cómo la policía golpeaba a unos estudiantes. En ese momento una persona de ayudantía del Gobierno del Estado le sujetó y le dijo: “Deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina”.
Desde los primeros asesinatos a compañeros, Rubén participó activamente en las movilizaciones y protestas de periodistas para exigir justicia por sus compañeros y parar las agresiones.
El 14 de septiembre de 2013, mientras documentaba el violento desalojo a un plantón de maestros y alumnos de la Universidad Veracruzana instalado en la Plaza Lerdo de la ciudad de Xalapa, él y otros reporteros fueron agredidos por las fuerzas de seguridad del estado que les decomisaron sus equipos de trabajo y les hicieron borrar sus fotos. Por esos hechos presentó una denuncia contra la fuerza pública y comenzó a ser hostigado.
En octubre, viajó al DF a pedir ayuda para él y para el gremio de organizaciones internacionales y colegas fotógrafos. Tras haber escuchado su testimonio, el colectivo FotorreporterosMx realizó una protesta en la que participaron decenas de fotógrafos con ojos vendados afuera de la casa de la representación de Veracruz en la Ciudad de México exigiendo garantías de trabajo para los fotógrafos locales.
Se había convertido en un fotógrafo incómodo para el gobierno. De su autoría fue la foto del gobernador Javier Duarte aparecida en la portada de la edición 1946 (del 15 de febrero de 2014) que molestó al gobernador. En Veracruz se registró una compra masiva de ejemplares por parte del gobierno.
En los últimos tiempos no le dejaban entrar siquiera a los eventos institucionales. Sin embargo, siguió movilizándose contra la impunidad y todavía participó en el cambio simbólico de nombre de Plaza Lerdo a Regina Martínez. Él fue uno de los reporteros que encabezó este año la colocación de la placa con el nombre de la periodista asesinada.
En junio pasado, en vísperas de las elecciones, documentó la agresión sufrida por ocho estudiantes que fueron fuertemente golpeados por encapuchados que presuntamente trabajaban en la Secretaría de Seguridad Pública. Desde entonces comenzó a notar que personas armadas lo seguían y lo fotografiaban.
El 9 de junio de este año decidió abandonar Veracruz e instalarse en el DF porque ya no aguantaba más la presión. Estaba aterrorizado, presentaba síntomas de estrés postraumático. Comenzó a denunciar cómo la prensa crítica es silenciada y que era víctima de amenazas que provenían de parte del gobierno de Veracruz.
Por desconfianza hacia las autoridades, y especialmente a la PGR, decidió no presentar denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) de la PGR. En una entrevista otorgada a Periodistas de a Pie en Rompeviento TV, dijo que estaba “en pláticas” con el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas pero se desconoce qué respuesta le dieron.
Rubén fue asesinado en la Narvarte, una colonia de clase media de la Ciudad de México, junto a otras cuatro jóvenes.
Con Rubén son 13 los periodistas asesinados y tres los desaparecidos en Veracruz desde el gobierno de Javier Duarte. Lo asesinaron en las narices de las organizaciones donde denunció las amenazas de las que era víctima y lo más grave, de la sede de las instancias gubernamentales que deberían de haberlo protegido.
Con este crimen el DF dejó de ser un refugio para periodistas desplazados.