El Papa finalizó su gira latinoamericana instando a la “hospitalidad la con el hambriento, el perseguido o el desempleado”

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“El discípulo se siente invitado a confiar, se siente invitado por Jesús a ser amigo, a compartir su suerte, a compartir su vida (…) Los discípulos son aquellos que aprenden a vivir en la confianza de la amistad de Jesús. Y el Evangelio nos habla de este discipulado. Nos presenta la cédula de identidad del cristiano. Su carta de presentación, su credencial. Jesús llama a sus discípulos y los envía dándoles reglas claras y precisas (…) Pero Jesús es bien preciso, es bien claro. No les dice: ‘Hagan como que’ o ‘hagan lo que puedan’. Recordemos juntos: ‘No lleven para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero… permanezcan en la casa donde les den alojamiento’. Parecería algo imposible. Podríamos concentrarnos en las palabras: ‘pan’, ‘dinero’, ‘alforja’, ‘bastón’, ‘sandalias’, ‘túnica’. Y es lícito. Pero me parece que hay una palabra clave, que podría pasar desapercibida. Una palabra central en la espiritualidad cristiana, en la experiencia del discipulado: hospitalidad. Jesús como buen maestro, pedagogo, los envía a vivir la hospitalidad”, dijo Francisco en la primera parte de su homilía en un multitudinario evento en el predio de la Fuerza Aérea en Ñu Guasú.

“Podríamos decir que cristiano es aquel que aprendió a hospedar, a alojar. Jesús no los envía como poderosos, como dueños, jefes, cargados de leyes, normas; por el contrario, les muestra que el camino del cristiano es transformar el corazón (…) Es pasar de la lógica del egoísmo, de la clausura, de la lucha, de la división, de la superioridad, a la lógica de la vida, de la gratuidad, del amor. De la lógica del dominio, del aplastar, manipular, a la lógica del acoger, recibir, cuidar”, agregó el vicario de Cristo.

APRENDER A ALOJAR

“Hoy el Señor nos los dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino aprendiendo a alojar (…) La Iglesia es la casa de la hospitalidad. Cuánto bien podemos hacer si nos animamos a aprender el lenguaje de la hospitalidad, del acoger. Cuántas heridas, cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido. Hospitalidad con el hambriento, con el sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso, con el leproso, con el paralítico. Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra es tan rica. Hospitalidad con el pecador. Tantas veces nos olvidamos que hay un mal que precede a nuestros pecados. Hay una raíz que causa tanto pero tanto daño, que destruye silenciosamente tantas vidas. Hay un mal, que poco a poco, va haciendo nido en nuestro corazón y ‘comiendo’ nuestra vitalidad: la soledad”, señaló Francisco en una de las frases más fuertes de su mensaje central.

PIDE UNA IGLESIA QUE RECIBA A TODOS

Hay algo que es cierto, no podemos obligar a nadie a recibirnos, a hospedarnos; es cierto y es parte de nuestra pobreza y de nuestra libertad. Pero también es cierto que nadie puede obligarnos a no ser acogedores, hospederos de la vida de nuestro Pueblo. Nadie puede pedirnos que no recibamos y abracemos la vida de nuestros hermanos especialmente los que han perdido la esperanza y el gusto por vivir. Qué lindo es imaginarnos nuestras parroquias, comunidades, capillas, lugares donde están los cristianos, como verdaderas centros de encuentro entre nosotros y con Dios. La Iglesia es madre, como María. En ella tenemos un modelo. Alojar, como María, que no dominó ni se adueñó de la Palabra de Dios sino que, por el contrario, la hospedó, la gestó, y la entregó. Alojar como la tierra que no domina la semilla, sino que la recibe, la nutre y la germina.

Así queremos ser los cristianos, así queremos vivir la fe en este suelo paraguayo, como María, alojando la vida de Dios en nuestros hermanos con la confianza, con la certeza que: ‘El Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto'», concluyó diciendo Francisco ante cientos de miles de personas.

ABC Color

Papa rezó el Ángelus y dijo a paraguayos: “los llevo en mi corazón”

Tras celebrar la multitudinaria misa en Ñu Guasu, el papa Francisco rezó el Ángelus y aseguró a los feligreses que lleva al Paraguay en su corazón. Una vez más pidió rezar por él.

El Ángelus recuerda el momento de la Encarnación y la Anunciación, cuando el ángel Gabriel dijo a la Virgen María que iba a ser la madre de Jesús. Desde los primeros cristianos es costumbre recordar este instante de la vida de María.

Con el paso de los siglos, surgió la tradición de rezar tres aves marías y desde el siglo XVI se añadieron tres frases a la Virgen.

El Papa Juan XXIII comenzó a rezarlo en la Plaza de San Pedro los domingos y días festivos antes de cada bendición. Así corrió la tradición del rezo del Ángelus a cargo de los pontífices, algo que prosigue hasta la fecha.

El único día que no se reza el Ángelus es después de la Semana Santa. Durante la Pascua de Resurrección, se lo sustituye por el de Regina Coeli, una oración que recuerda la resurrección de Jesús y que se reza hasta la fiesta de Pentecostés.

El rezo de Paraguay fue transmitido para todo el mundo. Suele ser en latín pero por esta vez el papa lo hizo en español, para que todos los fieles participen de la oración.

Oración del Ángelus

V/. El ángeldel Señor anunció a María,

R/. y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señores contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tuvientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mi según tu palabra

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señores contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahoray en la hora de nuestra muerte. Amén.

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señores contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tuvientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahoray en la hora de nuestra muerte. Amén.

V/. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido, por el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los méritos de su Pasión y Cruz a laGloria de su Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

“LOS LLEVO EN MI CORAZÓN”

El papa Francisco agradeció el recibimiento que tuvo en nuestro país y afirmó que no podía terminar la Santa Misa en Ñu Guasu sin recordar a la Virgen María. “María es el regalo de Jesús a su pueblo (…) no dejen de invocar a la Madre”, sostuvo.

Posteriormente aseguró que lleva al Paraguay en su corazón. “Queridos hermanos, les pido por favor, que no se olviden de rezar por mí. Yo los llevo en mi corazón, rezo por ustedes y por su país”, enfatizó.

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