La semana que viene el Gobierno comienza a negociar con acreedores posible reestructuración de la deuda
El gobierno de Puerto Rico tendrá su primera reunión con sus acreedores el próximo lunes para iniciar allí el proceso que podría culminar en la renegociación de los términos de su deuda pública, así como la de sus corporaciones y municipios, anunció el secretario de la Gobernación, Víctor Suárez.
El encuentro se celebrará en la ciudad de Nueva York y se está invitando a representantes de los principales acreedores de la Isla, tanto de la deuda del gobierno central como la del resto de las entidades públicas.
El objetivo de ese encuentro, abundó la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), Melba Acosta, es presentarle a los acreedores la situación real de la economía y las finanzas de Puerto Rico y las gestiones que está realizando el gobierno para atender el pago de sus deudas.
En la junta estarán varios asesores del gobierno puertorriqueño, incluyendo a la economista y exdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Anna Krueger, quién presentará su reciente informe sobre Puerto Rico a los acreedores para explicar las razones por las que será necesario reestructurar la deuda ante la imposibilidad de pagarla en sus actuales términos debido a la situación económica del país.
También estarán representantes de CitiGroup, empresa que asesora al gobierno de Puerto Rico sobre el proceso de reestructuración de su deuda.
La presidenta del BGF tendrá a su cargo explicarle a estos inversionistas los pasos que está tomando el gobierno para cumplir con sus
obligaciones y promover a la vez el desarrollo económico del país. La reunión, se adelantó, será transmitida en vivo por vía de Internet.
“Es una reunión introductoria donde les vamos a explicar en detalle el informe de Krueger, la situación económica y fiscal del país y por qué es necesario reestructurar la deuda. De ahí habrán numerosas otras reuniones que se van a estar dando con los distintos grupos de acreedores y nuestros asesores y funcionarios de gobierno, pero este es el primer paso formal”, explicó Suárez. “Ya ha habido llamadas entre nuestros asesores externos y grupos de acreedores para iniciar estos procesos”, agregó.
Acosta, por su parte, dijo que “se va a estar invitando a todos los grupos que tienen los holding más grandes de la deuda de Puerto Rico, incluyendo todo tipo de deuda y se va a estar invitando dos personas por grupo y estarán todos los grupos que tienen grandes acreencias”.
La reunión, agregó, será en horas de la tarde en la tarde en las instalaciones de Citigroup, en Manhattan.
“Es una reunión donde Anne (Krueger) va explicar el informe, habrá preguntas y yo voy a hablar de este proceso donde estamos, la preparación del plan y cómo van a comenzar las negociaciones con ellos”, precisó Acosta.
Afirmó, por otra parte, que en este proceso de reestructuración de la deuda “se está mirando todo. Toda la deuda está sobre la mesa” y adelantó que la decisión, sobre cual deuda se renegociará y cual no, se va a tomar durante el camino. “Es un proceso que comenzamos con toda la deuda sobre la mesa”, recalcó.
Suárez destacó, mientras tanto, que la de hoy fue la primera reunión formal del Grupo de Trabajo para la Recuperación Económica de Puerto Rico creado mediante orden ejecutiva del Gobernador.
Recordó que el grupo tiene tres encomiendas que son el trabajar un plan de ajuste fiscal a cinco años; iniciar los procesos para la reestructuración de la deuda del gobierno y lograr un proyecto de una Junta de Control Fiscal para darle continuidad a lo que sería el plan de ajuste fiscal a cinco años.
“Hablamos sobre el calendario de trabajo de cada uno de esos tres objetivos y los grupos técnicos que van a estar trabajando en cada uno”, señaló.
Durante la reunión se sostuvo además un diálogo con los asesores externos en reestructuración de la deuda, que es el Citigroup. “Presentaron una visión general del plan para la reestructuración de la deuda y les podemos anunciar hoy que la primera reunión con los acreedores se va dar el próximo lunes en la tarde en Nueva York”, informó Suárez.
Adelanto que el comité se estará reuniendo nuevamente el próximo viernes “para atender ya de manera más detallada lo que será el plan de ajuste fiscal a cinco años”, que indicó estará fundamentado en el informe Krueger.
“Vamos a discutir además detalles de cómo vamos a desarrollar los trabajos y como incluimos a otros sectores a que participen de este proceso, sectores que han estado disponibles a aportar en términos de la situación fiscal y económica del país y que nosotros entendemos que son importantes a la hora de buscar un amplio consenso en este plan que necesitamos para Puerto Rico y que necesitamos para reestructurar la deuda”, añadió.
El presidente de la Cámara, Jaime Perelló, por su parte, destacó que “hemos estado aquí hablando de lo que tenemos que hacer nosotros como puertorriqueños para tomar las decisiones difíciles que hay que tomar para enfrentar la realidad de que la deuda de Puerto Rico en las condiciones que se legisló originalmente no se puede pagar”.
Según Perelló, se enfatizó además la importancia de “no llevar el mensaje de que el pueblo puertorriqueño no quiere pagar su deuda, sino dejar claro que no podemos pagarla en las condiciones que tenemos ahora”.
Subrayó la importancia de “abrir esta discusión a otros grupos y otros sectores tienen que entrar de igual manera no solamente en la confección del plan a cinco años”.
“Ese paso es muy importante para Puerto Rico porque no puede haber duda cuando se empiece a negociar que las condiciones que dejemos pautadas, establecidas, de política pública o por legislación duren lo suficiente para que haya credibilidad”, manifestó el líder cameral.
En iguales términos se expresó el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, quien subrayó que lo más importante en todo este proceso tiene que ser “la transparencia total”.
“Me parece que para validar el trabajo que se está haciendo, para darle credibilidad a este comité, que tiene gente muy buena y confío en la gente que está en ese comité, pero me parece que tiene que ser más amplio y así lo recomendé”, dijo Bhatia.
Adelantó que en los próximos días hará unas recomendaciones sobre cómo ampliar la composición del comité y garantizar la participación de otros sectores en el proceso.
“Este es un esfuerzo único”, dijo al reclamar que no se puede comparar a Puerto Rico con Grecia, ni con Detroit. “Puerto Rico no es una ciudad de Estados Unidos de la forma que Detroit lo es, ni es un país soberano como Grecia lo es, por lo que es la primera vez que esto pasa a nivel del mundo, un caso como el de Puerto Rico, en donde no te puedes acoger al Fondo Monetario Internacional ni te puedes acoger a la Ley de Quiebras de Estados Unidos, así que estamos en un terreno que es difícil para Puerto Rico, pero es un terreno que se puede lograr si hay una solidaridad de país”, declaró Bhatia.
Diferencias marcadas entre Puerto Rico y Grecia
Los orígenes de las deudas en Grecia y Puerto Rico son similares: deficiencias presupuestarias cubiertas con préstamos, baja competitividad, sistemas de pensiones deficitarios, altos niveles de evasión contributiva, gasto público elevado, alto endeudamiento y poca transparencia en las estadísticas económicas.
No obstante, las diferencias políticas entre ambos países parecen marcar un rumbo distinto en el manejo de la crisis, con Grecia reclamando los poderes que voluntariamente le cedió a la Zona Euro y Puerto Rico sumido en su estado de “indefensión” ante la falta de poderes políticos, monetarios y legales para resolver los problemas económicos.
“Grecia es un país soberano, lo que le permite más capacidad de maniobra, aunque en la situación en que está, esa capacidad está limitada”, opinó el catedrático jubilado de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Mario Negrón Portillo.
“Por la relación política con los Estados Unidos, Puerto Rico está en un estado de indefensión política y jurídica que le hace más difícil la salida de la crisis”, explicó, por su parte, el economista Gustavo Vélez.
El problema griego
Los problemas de Grecia anteceden su ingreso a la Zona Euro. De hecho, cuando la crisis griega fue evidente, públicamente se denunció cómo el gobierno heleno supuestamente disfrazó datos económicos para ocultar las deficiencias millonarias en los presupuestos.
El problema griego comenzó a explotar en el 2008, cuando la economía decreció 0.4% del Producto Interno Bruto. Según Vélez, ese año la crisis financiera estadounidense con el colapso de la firma Lehman Brothers disparó los costos de financiamiento de la deuda griega, expandiendo el déficit presupuestario y sumiendo al país en una crisis de la que todavía no sale. En síntesis, el gobierno griego pagaba gran parte de sus gastos con una tarjeta de crédito que de pronto cobraba un interés altísimo. Hasta ahí llegan las similitudes.
Rescate europeo
Los problemas estructurales del gobierno y la economía, por otro lado, no fueron atendidos a tiempo en Grecia. Por eso, cuando se tomaron las medidas correctivas, estas implicaron ajustes radicales que despertaron una gran oposición política que se tradujo en enormes protestas y manifestaciones. Entre las medidas estaban reducciones en los salarios, cortes en las pensiones de los jubilados y reducciones en servicios que presta el Estado, entre muchos otros.
Gran parte de estos ajustes fueron exigencias de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Estas organizaciones, a cambio de las medidas, otorgaron dos rescates financieros dados al gobierno heleno (uno en el 2010 y otro en el 2012). Estos rescates convirtieron a la Zona Euro, al Fondo Monetario Internacional y al Banco Central de Europa en los principales acreedores de Grecia. Los tres, combinados, son dueños del 76% dela deuda de Grecia, según informes de la BBC.
Sin embargo, el deterioro en la calidad de vida griega y la insatisfacción de los ciudadanos por la situación llevaron a que la Coalisión de la Izquierda Radical, mejor conocida como Syriza, alcanzara el poder en el 2015 con la promesa de enfrentar las medidas de austeridad impuestas a Grecia. Recientemente, en un referéndum los griegos respaldaron el gobierno del primer ministro Alexis Tsipras al rechazar la última oferta económica de los países europeos, liderados por Alemania, movida que ha sido estimada como arriesgada por los efectos que puede tener la insolvencia del gobierno en la población.
El problema boricua
Estos últimos capítulos en la saga económica de Grecia son distantes a la experiencia puertorriqueña. La Casa Blanca, en repetidas ocasiones, se ha mostrado en contra de ofrecer un rescate a Puerto Rico, que hasta el momento sólo ha entablado conversaciones con los acreedores de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) para reestructurar la deuda de esta corporación pública.
Entretanto, los ajustes que se han realizado en Puerto Rico, por ahora, no han sido tan abarcadores como en Grecia. Las acciones de la administración de Alejandro García Padilla en un inicio se concentraron en aumentar los impuestos, reformar los sistemas de retiro y recortar los gastos en nómina mediante la congelación de plazas vacantes. No ha habido reducciones salariales, congelación de los depósitos en los bancos comerciales, ni reducciones en los servicios, salvo por el cierre de escuelas con baja matrícula.
“El origen de ambas crisis es más o menos el mismo. Por cada dólar que tenían de ingresos gastaban $1.50. Además tienen el problema de una deuda alta y un decrecimiento económico. La diferencia está en la capacidad de maniobra”, explicó el economista José Alameda tras señalar que el peso de la deuda griega es mayor que la boricua.
Aún así, la semana pasada el gobernador puertorriqueño afirmó que la deuda pública es impagable en las condiciones actuales. Esto, porque el escaso crecimiento de la economía boricua, que entró a su noveno año en depresión, le impide al gobierno generar los ingresos suficientes para pagarla.
De no haber una acción de Casa Blanca o el Congreso que reduzca el peso de la deuda, se perfila un extenso proceso de negociación con los acreedores y extensas batallas judiciales por el repago de la deuda. Esto porque la deuda puertorriqueña no es soberana y está subeditada a las leyes y protecciones del gobierno federal.
Vélez recordó que el gran frente de batalla por la deuda de Grecia es en la arena política, porque los principales acreedores son gobiernos y organizaciones internacionales. En cambio, la lucha en Puerto Rico sería principalmente jurídica.
“En el caso de Puerto Rico no podemos pedir ayuda a otros países. No tenemos control de la política monetaria y no podemos, por ejemplo, devaluar la moneda para atender la deuda, establecer nuestro proceso de quiebras o decidir qué barcos mueven nuestras importaciones”, manifestó Vélez.
“En Puerto Rico la situación es distinta porque la realidad política es otra… y dentro de esa situación tenemos que sacar al País de la bancarrota sin dinero para la inversión”, dijo, por su parte, Negrón Portillo.
Desde el punto de vista político y social también las diferencias son marcadas. La política pública de austeridad provocó en Grecia enormes manifestaciones ciudadanas en oposición. En Puerto Rico, entretanto, la situación lo que ha hecho es acelerar la emigración de puertorriqueños principalmente a Estados Unidos, opinó José R. Rivera, profesor de Ciencias Políticas en el Recinto de Río Piedras de la UPR.
“No he visto la misma reacción de los puertorriqueños. Aquí reaccionan comprando un pasaje y saliendo del País”, dijo Rivera.