Juan Manuel Santos, presidente de Colombia: «El de Tumaco es quizá el daño ambiental más grave en la historia»

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Por: Redacción Política

El presidente Juan Manuel Santos dice, en esta entrevista con EL TIEMPO, que el ataque de las Farc en Tumaco (Nariño) que causó el derrame de por lo menos 410.000 galones de crudo –cuyo impacto ya se siente en el mar Pacífico– desató un daño ambiental que probablemente nunca se podrá reparar totalmente, y lo describe como –“quizás”– el “más grave en la historia del país”.

Santos reitera que estos actos afectan la confianza en el proceso y le recordó al procurador Alejandro Ordóñez, quien insistió en la necesidad de suspender los diálogos, que “las conversaciones de paz son competencia del Jefe del Estado”.

¿Qué tan grave es el daño ambiental y, por supuesto para la ciudadanía, que generó el ataque de las Farc en Tumaco?

Es inconmensurable. Este es, quizás, el daño ambiental más grave en la historia del país. Medir el alcance es prácticamente imposible. Se causaron daños a ecosistemas –flora, fauna, peces y otras especies marinas– que probablemente jamás se recuperen totalmente. Y en cuanto a la ciudadanía, es incomprensible que las Farc se ensañen contra los más desprotegidos. Dejar sin luz, sin agua y sin sustento a campesinos y pescadores de una de las regiones más necesitadas del país no tiene justificación alguna.

¿Qué acciones concretas se están tomando para mitigarlo y garantizar la salubridad de los habitantes de la zona?

Desde que sucedieron los atentados hemos desplegado un equipo de gobierno que se ha dedicado sin descanso a atender la emergencia. El viernes pasado estuve en Tumaco con siete ministros y la cúpula militar evaluando la situación y los avances en la atención a la situación. Para el suministro de agua, que es lo más urgente, hemos dispuesto de carrotanques, buques de la Armada, y rehabilitado y perforado pozos para cubrir las necesidades, tanto del área urbana como de la rural. Con ello estamos en capacidad de abastecer la zona durante 45 días, tiempo en el cual esperamos dejar restablecido el servicio. El Ministerio de Salud ha enviado personal a la zona para controlar los posibles focos de infección; el Ministerio de Agricultura y el DPS están presentes para apoyar a quienes se han quedado sin posibilidad de conseguir su sustento diario, especialmente pescadores y pequeños agricultores, y el Ministerio de Medio Ambiente y Ecopetrol han desplegado todos sus recursos para tratar de contener al máximo posible el daño ambiental. Pero, como le mencioné, es inconmensurable y quizás nunca se pueda reparar totalmente.

Para nadie es un secreto que esta región sufre un abandono de décadas. ¿Sus habitantes tienen esperanza de que esta situación, por fin, pueda cambiar en algo?

El Pacífico ha sido víctima de un olvido histórico. Este gobierno se ha empeñado, quizás como ningún otro, en sacar adelante el Pacífico, que representa para nosotros la mayor apuesta por la equidad. Por eso, entre 2010 y 2014 hemos invertido en la región $ 27,8 billones, dos y media veces y media más de lo que se invirtió en los cuatro años anteriores. Y creamos, a comienzos de este año, la gerencia del plan ‘Todos somos Pazcífico’ para coordinar acciones y ser más eficientes. En Tumaco, concretamente, nos comprometimos en julio de 2013 con 14 proyectos con los que estamos cumpliendo, como un plan de empleo, créditos para proyectos productivos, el subsidio al gas que está beneficiando a casi 32.000 familias y mejorar el suministro de energía con 3 plantas nuevas. Pero se requieren muchos más esfuerzos para sacar adelante una región olvidada por siglos. En eso estamos trabajando, pero mucho de lo que hemos hecho en estos años se puso en peligro con unos pocos minutos de insensatez de las Farc.

Las Farc aseguran que lo ocurrido en Tumaco son “consecuencias no deseadas” de la guerra. ¿Cómo califica esta postura, teniendo en cuenta que usted las llamó “cínicas” el viernes?

Es una demostración más de ese cinismo con el que se están comportando y que está minando la confianza de los colombianos en su verdadera voluntad de paz. Verter petróleo en los ríos no es un acto de guerra, es un acto de barbarie. Dejar sin agua, sin luz, sin sustento a miles de campesinos y pescadores no es un acto de guerra, es un acto de indolencia.

Estas acciones de las Farc afectan la confianza de la ciudadanía en el proceso de paz, y, de hecho, el Procurador insistió en suspender los diálogos. ¿Esos hechos violentos también pueden generar consecuencias en la mesa de La Habana?

La principal consecuencia trasciende La Habana y es la pérdida de confianza de los colombianos en el proceso. En cuanto al Procurador, respetamos como siempre sus posiciones, pero les recuerdo que las conversaciones de paz son competencia del Jefe del Estado.

El Tiempo

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