Nidia Díaz, diputada del FMLN (El Salvador): «No queremos un socialismo como el de Venezuela»
Por Laura Bernal
Dirigentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) plantearon recientemente que su partido discutirá en los próximos meses transformar el modelo de desarrollo en El Salvador basado en el socialismo, “pero no parecido al de Venezuela”, descartó la diputada Nidia Díaz.
La diputada y miembro de la comisión política del FMLN lamenta que hablar de socialismo todavía sea un tema tan temido para muchos sectores en el país y aclara que el objetivo de retomar el proyecto es generar un estatus de vida más equitativo.
Aunque la derecha política, empresarios y algunos analistas rechacen rotundamente un nuevo sistema económico-social, Díaz señala a ContraPunto que es hora que El Salvador avance realmente en el camino hacia “la verdadera democracia”.
Surge que luego de que el FMLN no abordará con tanta efusividad el tema, su secretario general, Medardo González, anuncia que discutirán implementar un nuevo sistema económico. ¿Es esto permisible?
Claro, cualquier proyecto de país, de nación, lo diseñaremos de acuerdo a la permisibilidad que está en la Constitución, somos un partido legal, nuestra naturaleza está regulada por la ley y es revolucionaria, democrática y socialista. Esa es la naturaleza del FMLN.
Significa que el FMLN no ha abandonado los principios socialistas que los impulsaron antes de la Firma de los Acuerdos de Paz…
Nuestro objetivo sigue siendo la lucha por las transformaciones democráticas hacia el socialismo. Un sistema socialista que tenga a la persona humana en el centro, un Estado responsable, que contribuya a desatar el desarrollo de las fuerzas productivas, de la justicia social y la equidad.
Pero ahora este tema será discutido desde la Asamblea Legislativa…
Lo que queremos en el Congreso es actualizar nuestra visión a la luz de los tiempos y sobretodo dentro de un enfoque de un Buen Vivir, plasmado por Sánchez Cerén en todo su programa.
¿Qué puntos serán tratados en esta discusión?
Lo principal es la caracterización del sistema económico y social del país, la proyección programática de lo que queremos hacer y llevarle a la gente y la estrategia para lograrlo, pero dentro de un marco legal.
Si se habla de un nuevo modelo de desarrollo económico-social ¿se trata de reformar la Constitución?
No habría que cambiar nada, la Constitución nos da el margen para el diseño de país y proyecto, todo el capítulo del orden económico es fundamental para nosotros. El socialismo tiene que ver con un orden económico justo que responda a principios de justicia social y que garantice una existencia digna del ser humano.
¿Y cómo funcionaría este nuevo modelo?
El Estado promoverá el desarrollo económico social mediante el incremento de la productividad y la racional utilización de los recursos. Defenderemos el interés de los consumidores.
¿Y los intereses del sector privado?
También defenderemos la libertad económica, pero que no se interponga al interés social. No podemos ir contra la iniciativa privada pero la Constitución regula que será incentivada para acrecentar “la riqueza nacional” y asegurar el beneficio justo de esa riqueza, para todos.
¿Pero un modelo socialista no se interpone a temas como la propiedad privada?
No, el Estado garantiza también el derecho de la propiedad privada pero en función social, no sólo que genere empleo sino que también con los impuestos se distribuya la riqueza. No estamos contraponiendo ningún proyecto a la naturaleza del derecho del Estado salvadoreño.
En El Salvador se habla de socialismo y todo mundo piensa en Venezuela, ¿esta es la idea para ustedes?
No. Para empezar no somos dogmáticos u ortodoxos para traspasar a El Salvador lo que pase en otro país. Cada país tiene su propio desarrollo y lo respetamos, lo que sucede en Venezuela sucede ahí, no queremos eso, tenemos elementos comunes en cómo debe ser la integración de los pueblos, y generar un comercio justo, pero hasta ahí.
Se trataría, entonces, de un socialismo… ¿democrático?
Es que el socialismo no se contrapone a la democracia, ese debate ya lo tuvo el FMLN antes de firmar la paz. Sobre si todo lo que venía no se contraponía a nuestros principios. Para nosotros el socialismo expresa la máxima democracia, pero no sólo la formal referida a los cargos públicos, sino a la participativa.
¿Por qué si se habla tan bien de este socialismo, hay muchos que aún temen escucharlo?
Por ideologías. A finales de los 70s el socialismo era una traición. En aquel entonces recuerdo que Roberto D`Aubuisson (fundador de ARENA) decía que el socialismo era como una sandía: “verde por fuera y roja por dentro”, y que no era parte de nadie que gestara la paz y eso pasó con monseñor Romero. Por eso lo asesinaron.
¿No es algo extremista?
Pero es que todo lo que es el progreso lo identifican con situaciones extremas. Socialistas son un montón de países, pero no es el nombre el que importa, sino el concepto y actualizarlo a estos tiempos.
¿Qué implica actualizarlo a estos tiempos?
Un socialismo que abogue por la complementariedad entre los pueblos basada en la cooperación económica, en la armonía y que juntos seamos más fuertes frente a los grandes grupos de poder. La Constitución dice que nuestro país es republicano, democrático, representativo, que caracteriza el carácter del país, y no nos saldremos de ese parámetro.