¿Mover a México? Con corrupción nunca – Diario SinEmbargo, México

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La corrupción en México es el principal problema a vencer en el país y el que ha anclado su desarrollo, al punto en hoy se sitúa en los niveles de menor crecimiento económico en décadas, han dicho lo mismo organismos nacionales y extranjeros, que gobiernos, universidades y organizaciones civiles.

Todos coinciden en que la práctica de la corrupción en los mexicanos no un asunto de cultura popular, como alguna ocasión afirmó el Presidente Enrique Peña Nieto, sino que tiene su fundamento en la falta de aplicación del Estado de Derecho, lo que además origina la impunidad.

Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Transparencia Internacional, el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), Evalúa México, el Observatorio México ¿Cómo vamos?, el Instituto Mexicanos para la Competitividad, además de medios internacionales como la revista The Economist, o los diarios The Wall Street Journal, The Guardian o The New York Times, entre muchos otros, han documentado el deterioro que en los últimos meses ha padecido el país por múltiples escándalos de presunta corrupción y conflictos de interés donde están involucrados, además, desde el Presidente y su familia hasta poderosos Secretarios de Estado, y funcionarios de todos los niveles, incluyendo a miembros prominentes de los partidos políticos.

Ayer, por ejemplo, dos estudios insistieron en el tema y mostraron, con cifras, el daño que la corrupción está haciendo al país y al porvenir de sus habitantes, mientras que desde la Presidencia y la clase política en general –envueltos en una crisis de credibilidad precisamente por actos relacionados con la opacidad y la falta de rendición de cuentas– se niegan a abrir los candados al derecho a la información pública en todos los niveles de Gobierno.

México perdió mil 100 millones de dólares en inversiones extranjeras directas el año pasado a consecuencia de la corrupción, dijo ayer Viridiana Ríos, directora de la asociación México ¿cómo vamos?, quien también expuso la corrupción ha impactado de lleno a las tres principales variables macroeconómicas de una Nación: inversiones, productividad y el crecimiento económico.

La corrupción le costó a México un crecimiento económico menor en dos puntos porcentuales en el año pasado y una disminución en los flujos de inversiones, de acuerdo con esa organización civil. Además, dijo Ríos, las entidades federativas consideradas más corruptas son las que registran un menor desarrollo económico, en este caso Morelos y Michoacán; mientras que, por el otro lado, el mayor crecimiento se observa en los estados menos corruptos, como Querétaro y Aguascalientes.

Enrique Cárdenas, presidente del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, afirmó que si la corrupción continúa como en los recientes años, entonces el país “no tendrá futuro”, ni rumbo, ni se moverá hacia ningún lado.

En ese mismo tenor, el centro de investigación y análisis Woodrow Wilson, considerado uno de los más influyentes think tanks de Estados Unidos, publicó un análisis en el que planteó que el Gobierno de México, incluyendo al PRI y a los partidos de oposición PRD y PAN, han sido manchados por escándalos de corrupción y, por tanto, existen dudas sobre qué tan lejos quieren llegar en su combate.

“La élite política de México se ha enturbiado en los últimos meses por una sucesión de escándalos de corrupción y de conflictos de interés. El caso de la ‘Casa Blanca’, que implica la Primera Dama Angélica Rivera, seguido de cerca por incidentes similares con el Secretario de Hacienda, el propio Presidente, uno de sus asesores más cercanos, y más recientemente el jefe de la Conagua (Comisión Nacional del Agua), han todos despertado la conciencia pública y la crítica sobre la prevalencia de corrupción dentro del sistema político mexicano. No sólo es el gobierno el que se ha visto afectado: tanto el PAN como los partidos de oposición como el PRD han sido manchados por escándalos propios. Lo que es más, la naturaleza dividida de los partidos de la oposición ha obstaculizado su poder para aprovecharse de la reciente crisis de legitimidad que enfrenta el Gobierno”, destacó el estudio.

Estas reflexiones, que se suman a un cúmulo antes realizadas, corroboran la urgencia que tiene el país de instrumentar mecanismos efectivos de rendición de cuentas que obliguen a todos, a todos los miembros de los gobiernos, a responder por sus actos en el ejercicio de la función pública y transparentar de verdad –y no con leyes que le dan privilegios a un puñado, entre ellos el Presidente de la República– el ejercicio de la política. Mientras eso no suceda, la corrupción seguirá carcomiendo la estructura del Estado y México no, nunca se moverá.

SinEmbargo

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