Velan los restos de Eduardo Galeano en el Congreso uruguayo

Velan los restos de Eduardo Galeano en el Congreso uruguayo
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Con honras fúnebres, una ceremonia oficial que el Estado uruguayo tiene reservada para los que han dejado en vida para la sociedad lo mejor de sí y mucho más, serán velados hoy los restos mortales del periodista y escritor Eduardo Galeano en el Salón de los Pasos Perdidos del palacio Legislativo, entre las 15 y las 22 horas.

La semana entrante, la Asamblea General del Poder Legislativo procederá a realizarle un homenaje recordatorio. Así lo resolvió ayer la bancada de senadores del Frente Amplio que lo promoverá en las próximas horas.

La noticia de su fallecimiento sobrevino en los medios de comunicación pasadas las 10 de la mañana de ayer. Galeano, de 74 años y enfermo de cáncer de pultmón, había muerto dos horas antes en el Casmu de la calle 8 de Octubre donde estaba internado desde el pasado viernes.

La novedad corrió rápidamente y comenzó a tomar los primeros lugares en todos los espacios informativos del mundo (ver Suplemento Especial). A media mañana de ayer, el presidente Tabaré Vázquez fue quien notificó a sus ministros de la muerte de Galeano. Estaban en plena sesión de gabinete. Vázquez invitó a sus asesores a estar presentes hoy en el velatorio del escritor y periodista “este momento de pérdida y tristeza”, dijo.

En conferencia de prensa realizada luego del Consejo de Ministros, el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, destacó que Galeano “es una personalidad que trasciende con dimensión nacional e internacional”.

El ministro de Economía, Danilo Astori, que acompañó a Roballo ante los medios acreditados, confió que el gabinete tomó conocimiento del deceso y “con mucho pesar trasladó las “condolencias y dolor a la familia del escritor”.

Internamente en el gobierno y en el correr de las horas se fueron resolviendo los aspectos concernientes a los actos funerarios. Vázquez resolvió que se procedan a aplicar las honras fúnebres en este caso, exequias reservadas solo para las altas autoridades de Estado.

La honra fúnebre no determina la aplicación de días de duelo nacional. Ayer, el ex presidente y hoy senador José Mujica dijo que Galeano fue “un elegido” que “a lo largo de los últimos cuarenta años nos dignificó en América Latina”.

Agregó que fue “un autodidacta” que “se fue puliendo a sí mismo y masificó una cultura difícil de encontrar en un universitario”. En entrevista con Teledía, reveló que lo visitó hace poco junto a Lucía Topolansky, conociendo su delicado estado de salud.

También recordó que se inició “muy joven” en el periodismo, aunque fue “infatigable desde el punto de vista de la inquisición, de averiguar y de poner la oreja a la gente más increíble de este continente”.

En ese sentido, aseguró que “era capaz de recorrer montañas para tener el testimonio de un indígena”. Sabíamos que estaba enfermo”, admitió Mujica, contando que lo visitó en su casa “no hace mucho tiempo” debido a “una manía que me ha venido con la vejez de tratar de transmitirle en vida el reconocimiento a cierta gente ilustre, sin ruido y sin pamento”.

Por su parte, la presidenta del Frente Amplio Mónica Xavier también lamentó el deceso del escritor de quien citó la frase: “pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace”. “Mi eterno recuerdo a Eduardo Galeano”, afirmó.

Una vez conocida la noticia del fallecimiento de Eduardo Galeano, los escritores Mauricio Rosencof y Carlos Maggi brindaron sus primeras reflexiones en el programa En Perspectiva de FM Del Sol. Rosencof recordó que “empezamos a sintonizarnos cuando él tenía unos 19 o 20 años, lo había designado Quijano como secretario de redacción de Marcha”.

Agregó que “Galeano con su sensibilidad deja esa especie de biblia latinoamericana que es Memorias del fuego”. Recordó que cuando terminaron de escribir “Memorias del Calabozo” con supervisión de José “Pepe” Mujica , llamaron a Eduardo Galeano para que hiciera “unas líneas introductorias”.

“Así que, Memorias del Calabozo también tiene integrado a Eduardo”, sostuvo Rosencof en diálogo con Emiliano Cotelo. A su vez Carlos Maggi dijo que “no me gusta hablar de los amigos que mueren, me gusta recordar los buenos momentos. Siendo un muchacho muy, muy joven fue el secretario de la publicación Capítulo Oriental, dibujaba y escribía de una manera extraordinaria.

No podíamos creer con Real de Azúa y Martínez Moreno, lo vi en un esplendor, veíamos venir un tipo genialoide criándose, fue muy lindo”, concluyó visiblemente emocionado. El director de la Institución Nacional de Derechos Humanos, Juan Raúl Ferreira, manifestó su tristeza por el fallecimiento y destacó que su hijo estaba leyendo la primera gran obra de Galeano, “Las venas abiertas de América Latina”.

Firmó contra decreto de Obama

El presidente de Venezuela Nicolás Maduro recibió la noche del martes la firma del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, en contra del decreto del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Durante el programa semanal, Contacto con Maduro, el mandatario enseñó la rúbrica del escritor uruguayo en apoyo a Venezuela ante la agresión de Washington.

Con la consigna “Obama, Venezuela no es una amenaza, es una esperanza”, los venezolanos encabezaron en marzo pasado la jornada de recolección de firmas en contra del decreto de Barack Obama, que califica a la nación suramericana como una amenaza.

La República

Galeano tendrá dos obras póstumas

La muerte de Eduardo Galeano en la mañana de este lunes, después de luchar contra un cáncer de pulmón que lo aquejaba hace años, no detienen a la industria del libro y ya se confirmaron dos obras póstumas del autor uruguayo reconocido mundialmente.

Según confirmó la editorial Siglo XXI, previo a su muerte, el escritor y periodista preparó la publicación de un libro titulado «Mujeres». La obra recopila relatos de Galeano sobre mujeres en sus distintas publicaciones y podría salir a la venta el próximo mes en Argentina, México y España.

La editorial también confirmó que se prevé otro libro a publicarse póstumamente pero aún no está prevista la fecha de lanzamiento.

Esta mañana, al finalizar el Consejo de Ministros, danilo Astori se refirió a la noticia que llegó mientras los mandatarios de las distintas carteras mantenían el encuentro: «Se tomó conocimiento colectivo con mucho pesar por el fallecimiento de este gran compatriota y obviamente expresamos, y aprovecho la ocasión, nuestra condolencia y dolor, en particular hacia sus familiares».

Según informó el Ministerio de Educación y Cultura en su página web, Eduardo Galeano será velado este martes a las 15 horas en el Salón de los Pasos Perdidos del Parlamento de la República.

Uy.Press

Una referencia para la izquierda regional

Eduardo Hughes Galeano había nacido el 3 de setiembre de 1940 en Montevideo y para escribir adoptó su apellido materno.

Ensayista comprometido con las causas de la izquierda exploró a lo largo de su obra en las profundidades y los contrastes de América Latina.

“Las venas abiertas de América Latina” es su obra más emblemática, en la que denunció en 1971 la opresión y amargura del continente en medio de procesos dictatoriales a lo largo y ancho de la región. Traducido a una veintena de idiomas, el libro intenta -según palabras del propio Galeano- “explorar la historia para impulsar a hacerla”.

Ese libro fue el regalo que le llevó el ahora fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a Barack Obama, en la Cumbre de las Américas de 2009 en Trinidad Tobago, gesto que catapultó de nuevo las ventas.

Pero con una muestra de autocrítica poco común, Galeano comentó hace un año en una rueda de prensa en Brasilia que “no sería capaz de leerlo de nuevo. Caería desmayado. Para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado al hospital”.

El escritor, cuya educación formal no superó el primer año de secundaria, afirmaba haber aprendido el arte de narrar en los viejos cafés de Montevideo, de los cuales era afecto y consuetudinario visitante.

“No tuve la suerte de conocer a Sherezade; no aprendí el arte de narrar en los palacios de Bagdad; mis universidades fueron los viejos cafés de Montevideo; los cuentacuentos anónimos me enseñaron lo que sé”, dijo el autor en octubre de 2009 en Madrid.

“En los cafés descubrí que el pasado era presente y que la memoria podía ser contada de tal manera que dejara de ser ayer para convertirse en ahora”, añadió entonces ese mago de las palabras, que cautivaba con sus letras y con su voz.

Galeano inició su carrera periodística a los 14 años, cuando publicó su primera caricatura en el semanario El Sol, del Partido Socialista uruguayo, bajo la firma de “Gius”, onomatopeya irónica de su primer apellido de origen galés.

Entre 1961 y 1964 fue editor de la prestigiosa revista Marcha, que dirigía Carlos Quijano y que era reducto de intelectuales latinoamericanos, en la que también escribió Mario Benedetti. Luego fue director del diario independiente de izquierda Época (1964-1966).

La breve novela “Los días siguientes” (1963) y el libro de cuentos “Los fantasmas de los días del león y otros relatos” (1967) revelaron su veta literaria entre escenarios montevideanos, conflictos existenciales y atmósferas sutiles.

“Vagamundo” (1973) y “La canción de nosotros” (1975, que le dio el premio Casa de las Américas) confirmaron sus dotes de narrador, mezclando la historia social con el mito y la leyenda, lo ficticio y lo testimonial.

Con la llegada de la dictadura en 1973 a Uruguay, que duraría 12 años, Galeano, vinculado a corrientes marxistas, se exilió en Argentina, donde fundó y dirigió la revista literaria Crisis.

Dos años después se trasladó a España, a Calella (al norte de Barcelona), donde escribió para publicaciones de ese país y colaboró con medios de Alemania y México.

En la espectacular trilogía “Memoria del fuego” (I – Los nacimientos, 1982, II – Las caras y las máscaras, 1984, y III – El siglo del viento, 1986), Galeano revive el pasado indigenista latinoamericano, donde la historia y el presente se entrecruzan, en relatos breves de una potencia sin par.

Con la restauración de la democracia en 1985, Galeano regresó a Uruguay, donde residió desde entonces y mantuvo una prolífica producción.

En 1989 editó “El libro de los abrazos”, que el propio autor definió como “un libro sobre los vínculos con los demás”. Le siguieron recopilaciones de crónicas y artículos, e incluso un libro sobre el popular balompié, del que era un gran fanático: “El fútbol a sol y a sombra” (1995).

Fiel a su postura política, tampoco faltan los relatos de los pueblos originarios, de la lucha por los recursos naturales y cuestionamientos a la guerra en Irak, a Estados Unidos, a los grandes bancos internacionales o a las multinacionales.

Obtuvo en Cuba el premio Casa de las Américas en dos ocasiones (en 1975 y en 1978) y su trilogía “Memoria del Fuego” recibió en 1989 el American Book Award, distinción que otorga la Universidad de Washington.

En 2010 recibió el prestigioso premio sueco Stig-Dagerman, otorgado “porque su escritura apoya en forma inquebrantable a todos aquellos que están marginados y condenados”.

La República

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