Ecuador: Quito será sede del primer festival nacional de cine y video de los pueblos originarios

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Kikinyari es un término quichua que significa identidad. Ese es el concepto central sobre el cual se desarrolla el primer Festival Nacional de Cine y Video de los Pueblos y Nacionalidades. La selección oficial consta de 35 audiovisuales que se proyectarán desde el 17 de marzo, en Quito.

Pero más allá de la proyección de películas, para Eliana Champutiz, una de las productoras del Festival, el encuentro cinematográfico también se convierte en una oportunidad para fortalecer el proceso de apropiación del audiovisual como una herramienta de expresión y autorrepresentación de las comunidades y pueblos indígenas.

Por eso, junto a la muestra se llevará a cabo un foro para tratar la política pública del cine y audiovisual de los pueblos. La actividad se realizará entre el 18 y 20 de marzo, en la Universidad Andina Simón Bolívar, de 08:30 a 16:00.

Para Champutiz, las políticas públicas deben ser coherentes con las prácticas y modelos de producción, desde el soporte y formato de las obras hasta las formas organizativas y laborales de esta actividad.

En la práctica, dice la productora, aunque no se disponga o se tenga acceso a un costoso equipo técnico, los recursos creativos son igual de válidos y competitivos que en la producción audiovisual tradicional. “No es que por ser indígena una cámara va a costar USD 10 y para un productor no indígena, USD 10 000”, pone como ejemplo sobre los relativos costos de producción.

Destaca, sin embargo, una apertura del Estado. La realización de un documental, una muestra itinerante y el Festival son tres proyectos beneficiados con fondos del CNCine, en los últimos cuatro años.

También reconoce tres momentos en el desarrollo de la producción audiovisual indígena. Primero, aquellos realizadores de “la vieja leva” que provienen de procesos de formación empíricos y complementarios; es decir, que aprendieron de otros cineastas mestizos. También está una segunda generación que “aprendió haciendo” sin ir a la academia, guiados por los más experimentados. Finalmente, una tercera generación: aquellos que tienen acceso a una formación técnica y académica.

Uno de ellos es Humberto Morales, quien estudió en la USFQ y participa con el cortometraje de suspenso ‘Yachak’. Segundo Fuérez es otro realizador de Imbabura que presentará ‘Yaku Viki’, basado en una leyenda otavaleña. Ambos destacan la importancia de preservar la tradición oral y la cultura a través del audiovisual sin limitaciones en cuanto a géneros o formatos.

En ese proceso, el audiovisual de los pueblos y nacionalidades ha ido adquiriendo una identidad propia, cuyo elemento más distintivo es la posibilidad de la autorrepresentación. “El cine es la posibilidad de decir, hacer y mostrar cómo vemos y cómo nos sentimos”, concluye Champutiz.

El segundo elemento está en la estructura narrativa, con el manejo de símbolos, contenidos, ritmos y planos. Champutiz explica, por ejemplo, la relevancia de las tomas abiertas sobre los planos detalle, basada en el sentido de colectividad sobre la individualidad: “Planos que hablan de un nosotros antes que de un yo”.Elementos que podrán ser apreciados durante los cinco días del Festival, que tiene como sedes a la Cinemateca de la CCE y Flacso Cine.

Lo que empezó como una muestra itinerante que llevó las obras de la Corporación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos a las pantallas de Perú y Bolivia, hoy se constituye en un espacio de difusión local. La vitrina agrupa el trabajo de cineastas indígenas y mestizos que promueven modelos organizativos, visibilizan procesos históricos y preservan la cultura ancestral.

Los 35 proyectos están divididos en cinco categorías: documental, ficción, animación, video experimental y videoclip musical. También habrá un espacio de 30 minutos diarios para una muestra especial con cintas de Chile, Colombia, Perú y Bolivia, países invitados. El domingo 21 de marzo se premiará a los ganadores en cada una de las categorías. Habrá reconocimientos económicos e invitaciones a festivales en el extranjero.

El Comercio

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