Fuerte campaña opositora contra el proyecto de aborto terapéutico
Luego de que el Gobierno firmara el proyecto de aborto terapéutico que considera tres causales, distintos sectores se han manifestado, siendo el bloque conservador el que ha desatado la polémica a partir de los dichos del rector de la PUC y el cardenal Ezzati. Sumado a esto, la red ILC que reúne a 17 clínicas han anunciado que en sus establecimientos no se realizarán abortos.
Pasó con la reforma tributaria y con la reforma educacional. Pánico, amenazas y constantes críticas para meter miedo a la población. Sin embargo, con el tema del aborto no lo aguantaremos, por lo menos mientras podamos escribir en nombre de quienes no tienen una tribuna masiva como este medio, insistiremos en que el proyecto de aborto terapéutico es el gesto mínimo, necesario, una obligación y un derecho que deben devolvernos.
El paso que dio el Gobierno al firmar el proyecto de ley de aborto terapéutico bajo tres causales, en un gesto serio de cumplir con el plazo autoimpuesto, fue el detonante para que todos los mojigatos de este país salieran con sus banderas “pro-vida” a dar rienda suelta a sus sermones del tipo pastor Soto. Sin embargo, para demostrar respeto ante el pueblo -sobretodo ante las mujeres- el Gobierno deberá velar y hacer todo para que el proyecto sea legislado y aprobado sin atentar contra la esencia de éste, que es según el Gobierno, devolver la capacidad de elegir a las mujeres, respetando sus derechos y situar a Chile en el grupo de los países que tiene despenalizado el aborto.
Sin embargo, este natural debate que recién comienza ha tomado tintes negativos toda vez que hay quienes han anunciado la desobediencia a la futura ley, como si ellos y las instituciones que representan fueran ajenas al Estado. Porque tal como hemos visto la última semana, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez dijo que la Red Salud UC Christus no dejará que su personal proceda a realizar intervenciones del tipo que señala el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo presentado por Bachelet. Tras este aviso, los representantes de las clínicas Los Andes y el Hospital Parroquial de San Bernardo también adhirieron a la negativa.
Sumado a esa reacción de la autoridad académica, el cardenal Ricardo Ezzati también manifestó su opinión y acorde al rol histórico de evangelizar sin que se lo pidan, el representante de la Iglesia hizo un llamado a los chilenos laicos a impedir que el proyecto vea la luz, pues a su juicio, “es todo lo contrario a lo que Dios quiere”. Una vez más metiendo su rosario en nuestros ovarios.
Lo que hoy ha sumado condimento al debate, es que 17 clínicas privadas de la Red Salud de las Inversiones La Construcción (ILC) anunciaron que tampoco realizarán abortos en las 17 clínicas que conforman la red: Tabancura, Bicentenario, Avansalud, Arauco Salud, Clínica Iquique y Hospital Clínico de Viña del Mar, además de la red regional de 11 centros asistenciales, que son: Clínica Portada, Clínica Atacama, Centro Médico Atacama, Clínica Elqui, Clínica Valparaíso, Clínica Integral, Clínica Lircay, Hospital Clínico del Sur, Clínica Mayor, Clínica Puerto Montt y Clínica Magallanes.
El gerente general de esta Red, Ricardo Silva, afirmó que “Obviamente, el aborto pasa a ser legítimo si se deja de considerar un delito, pero dentro del marco legal tiene que haber espacio para que la gente tome decisiones. Si no, estamos hablando de una sociedad fundamentalista” (Fuente). Silva sostuvo que “si el propósito de la ley es permitir el aborto en casos de violación, inviabilidad del feto, riesgo de vida de la madre, toda esta discusión (si los establecimientos estarán o no obligados) es ociosa y parece tener más el propósito de darse un gustito provocando al mundo católico y conservador”.
Cabe mencionar el rol que jugará la Democracia Cristiana en la tramitación del proyecto, pues desde ese sector -a pesar de formar parte del oficialismo- han indicado que sus personeros tendrán libertad de acción. La DC siempre verdugo de los cambios más progresistas del país, podría incluso dificultar la aprobación de la causal de violación. A pesar de que ha la vista de muchos, es una de las causales más necesarias para terminar con el infierno -siguiendo la lógica eclesiástica- de las mujeres que deben enfrentar embarazos que son productos de abusos y violaciones.
Porque la mayoría de quienes se han pronunciado son hombres, porque sus valores no son los nuestros y porque el país debe avanzar a ser un Estado laico que gobierne para toda la sociedad.