Argentina: el G77+China realiza una nueva reunión para conformar un marco regulatorio contra los fondos buitre

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El canciller Héctor Timerman se reunió ayer en Nueva York con el nuevo presidente del G-77 + China y con 50 delegados de países de ese agrupamiento para coordinar la redacción del Marco Jurídico Multilateral para la Reestructuración de Deudas Soberanas de la ONU, que contará con su primera reunión de trabajo entre el 3 y el 4 febrero. El objetivo oficial del encuentro con los representantes de ese amplio grupo de países emergentes es continuar ganando legitimidad en el reclamo de la Argentina en contra del fallo del juez Thomas Griesa, que favoreció a los fondos buitre. Entre las propuestas para hacer más sensato el sistema financiero global hay varios cambios puntuales, como el control sobre los derivados, limitación para comprar deuda para litigar y cláusulas de indexación en función de cómo le va a la economía del país. Un paso hacia adelante sería lograr que Naciones Unidas abogue por la creación de una Corte Internacional de Bancarrotas de Estados soberanos, que imite el esquema de quiebra que existe en el sector privado.

La cuestión de la deuda externa volvió a la mesa de discusión con la crisis internacional que comenzó en 2008, en particular a partir de las severas dificultades económicas de los países del sur de Europa, como Grecia, España, Portugal, Italia y también Irlanda. Frente a deudas gigantescas y economías estancadas por la baja competitividad de la moneda comunitaria, la “troika” acudió al “rescate” con angustiosos planes de austeridad fiscal. Luego de la situación argentina con los fondos buitre, el tema de las reestructuraciones se volvió casi ineludible. Eso quedó reflejado a comienzos de diciembre en la ONU.

“Las actuales reestructuraciones de deuda resuelven el pago en el corto plazo, pero no la sostenibilidad. Por eso la reestructuración de Grecia no significó nada desde el punto de vista de la recuperación económica”, explica Martín Guzmán, economista argentino que lidera junto a Joseph Stiglitz el grupo de investigaciones sobre reestructuraciones de deuda en el instituto Iniciativa para el Diálogo de Políticas de la Universidad de Columbia. Desde ese organismo se lidera el esfuerzo académico para diseñar nuevos mecanismos para mejorar los procesos de reestructuración de deuda, junto al CIGI de Canadá, el G-24 y el FMI.

El Gobierno avanzó en la negociación política para dar los primeros pasos concretos en el diseño de un marco para las reestructuraciones. Timerman se reunió el lunes con Sam Kahamba Kutesa, el ugandés titular de la Asamblea General. “Este es un tema prioritario para todos los países que integran la ONU”, señaló el canciller a la salida del almuerzo. Según informó el Palacio San Martín, el Comité Redactor del nuevo marco de reestructuraciones se reunirá de vuelta entre el 3 y el 4 de febrero en Nueva York, para lo cual previamente los países del G-77 más China deberán elegir y designar al presidente de dicho cuerpo. Por otro lado, Kutesa sugirió a Timerman que promueva una resolución en la Celac sobre el tema. Ayer el funcionario argentino estuvo reunido con el sudafricano Kingsley Mamabolo, nuevo presidente del G-77 más China. “Mamabolo se comprometió y nos ratificó el pleno apoyo”, relató Timerman.

Luego, el canciller se reunió con representantes de 50 países del G-77 más China y con expertos internacionales en temas de deuda. Asistieron funcionarios del Ministerio de Economía para ahondar en los puntos esenciales de la propuesta presentada por la Argentina.

Uno de los puntos que se podrían proponer reformar en el nuevo marco para la reestructuración de deudas es el límite para la compra de deuda para litigar, que es el gran negocio de los fondos buitre. También un mayor control sobre los Credit Default Swaps (CDS), títulos que se gatillan si el bono soberano es defolteado.

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