El ALBA declara la guerra a la Alianza del Pacífico – Por Rogelio Núñez

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Que el ALBA y la Alianza del Pacífico son dos procesos de integración no solo disímiles sino enfrentados era algo que ya se sabía. Ahora, tras la reciente cumbre de los países del “socialismo del siglo XXI” en Guayaquil, se ha hecho mucho más patente que en América latina existen dos proyectos de integración incompatibles.

Era la de Guayaquil la primera cumbre del ALBA sinHugo Chávez lo cual no ha sido obstáculo para que haya tenido un fuerte contenido político e ideológico.Rafael Correa, que inauguró como anfitrión la XII Cumbre de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), ha salido de esta reunión con su liderazgo regional reforzado.

Es él quién ha propuesto reforzar la integración para hacer frente al “neocolonialismo”, el “imperialismo de los dólares”, el “neoliberalismo” y el libre comercio, basados en crear zonas “de hambre y de pobreza”, todo lo cual lo encarnaría la Alianza del Pacífico.

En esa reunión regional, que se celebró en la ciudad de Guayaquil, participaron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Venezuela, Nicolás Maduro; y de Nicaragua, Daniel Ortega.

Además estuvieron presentes los primeros ministros de Dominica, Rooselvet Skerrit; de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; y el primer ministro de Estado adscrito al Ministerio de Agricultura de Antigua y Barbuda, Chanlah Codrington; además de una delegación oficial de Cuba encabezada por el vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado.

La ofensiva contra la Alianza del Pacífico

La principal propuesta de Rafael Correa va por el camino de contrarrestar la influencia de la recién creada Alianza del Pacífico que integran Chile, Colombia, Perú y México, que avanza hacia un área regional de libre comercio.

“Queremos mucho a Colombia, Perú, Chile, México, pero se enfrentan dos visiones del mundo: el neoliberalismo, el libre comercio, y aquellos que creemos en el socialismo, en garantía de derechos, en zonas libres pero no para el libre comercio sino libre de hambre, libre de pobreza”, sostuvo Rafael Correa.

Por “casualidades de la vida” -dijo irónicamente Correa- el documento final de la cumbre se llama “declaración de la ALBA desde el Pacífico”.En esa misma línea intervino el gobernante boliviano, Evo Morales, quien también alzó las banderas de la lucha contra el libre comercio representado, según él, por la Alianza del Pacífico.

“Venimos acá a expresarnos de manera conjunta contra esas políticas que seguramente, como siempre, son impulsadas desde el norte y algunos hermanos países intentan retomar”, aseguró el boliviano.

Incluso fue más directo cuando dijo que “este grupo de países de la Alianza del Pacífico deciden libre mercado, liberación de los servicios. ¿Qué quiere decir eso? Que los servicios básicos sean un negocio privado y no un derecho humano”.

En realidad, la reunión ratificó que el proyecto ALBA posee un sello fundamentalmente político y que si el librecomercio y el pragmatismo caracterizan a la Alianza, la ideologización es la marca del ALBA.

Una colisión entre ALBA y Alianza que ya se veía venir, como adelantaba en 2012 Carlos Malamud en un informe del Real Instituto Elcano: “La Alianza no olvida la política pero rescata la economía y el comercio como esenciales para la integración, como muestra su apuesta por el libre comercio y por vincularse a otras zonas con regímenes similares. Esta postura ha supuesto la oposición de los países del ALBA, más explícita en algunos casos que en otros. La división ya era perceptible en los intentos previos de constituir un área regional volcada al Pacífico”.

“El ALBA se consolida día a día, lo importante es avanzar rápidamente. Esta reunión ha servido de impulso ya que no nos habíamos reunido desde hace 18 meses, pero lo importante es que hay coincidencia ideológica, y así se lo refleja en la declaración final”, destacó Correa subrayando el contenido político que permea el ALBA.

Y después añadió que “aquí se vino hablar de visiones de principios, la gran ventaja de esta instancia es que no es en función de cercanías, es voluntaria y de coincidencias ideologías y eso nos permite avanzar más rápido que otras instancias de integración”.

La estrategia del ALBA

Frente a la emergencia de la Alianza, el proyecto del ALBA busca aglutinar fuerza en torno a organizaciones creadas por la Venezuela de Hugo Chávez (el propio ALBA o Petrocaribe) e instancias en las que participa o a las que está viculado el gobierno de Nicolás Maduro como el Caricom o Mercosur.

Para llevar a cabo estos objetivos de fortalecer el ALBA frente a la emergencia de la Alianza el nexo y pilar fundamental sería, para el venezolano Nicolás Maduro, el Mercosur, foro en el que este país entró en 2012.

“Avanzar hacia una idea que es la constitución de una zona económica, nuestra, americana. Desde el ALBA le proponemos a Mercosur: vamos a constituirnos en una zona económica común, de desarrollo compartido, complementario, solidario, respetando las asimetrías, más allá del simple comercio”, dijo Maduro.

En definitiva, los líderes de la ALBA se planean crear una “poderosa zona económica” como alternativa al libre comercio.

Esta reación del ALBA coincide con las críticas del Brasil de Dilma Rousseff a la Alianza del Pacífico, proyecto que incluye a México, su rival por el liderazgo regional, y que se ha construido sin su participación.

Además, para los países del ALBA hacer frente a la Alianza el Pacífico supone revivir la oposición al ALCA que fue hundido en 2005 en la Cumbre de las América por la acción concertada del Brasil de Lula da Silva, la argentina de Nestor Kirchner y la Venezuela de Hugo Chávez.

Esto es algo que, tan solo hace un mes, recordaba el propio Evo Morales: “Hay que debatir (…) qué quiere la Alianza del Pacífico, por ejemplo, a qué apuesta… He pedido al gabinete, a los ministerios repasar el pasado inmediato, cómo gestaban algunas políticas, cómo era el ALCA de aquellos tiempos para conocer “a qué se debe la llamada Alianza del Pacífico, qué era el ALCA antes, de dónde viene el Consenso de Washington”.

Evo Morales: “Este grupo de países de la Alianza del Pacífico deciden libre mercado, liberación de los servicios. ¿Qué quiere decir eso? Que los servicios básicos sean un negocio privado y no un derecho humano”.

Existen, por lo tanto, en estos momentos, dos proyectos en América latina no solo incompatibles sino claramente enfrentados.

Como señala Carlos Malamud en Infolatam: “No sé si finalmente la Alianza del Pacífico dará los frutos esperados, pero lo que está claro es que apunta en la dirección correcta: apertura internacional e inserción en las cadenas de valor. En Brasil está ocurriendo todo lo contrario. En lugar de plantearse cómo abrirse al mundo prefieren recluirse en el Mercosur, insistiendo en su “profundidad” estratégica. Con Argentina y Venezuela de socios este último extremo es bastante cuestionable y todavía lo será más si el próximo país en incorporarse al bloque es Bolivia, a cuyo gobierno la sola mención de las palabras “libre comercio” le resulta contradictoria con su proyecto político”.

http://www.infolatam.com/2013/08/04/el-alba-declara-la-guerra-a-la-alianza-del-pacifico/

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