Paraguay entra en su cuarto año consecutivo de déficit fiscal
El economista Julio Ramírez advierte que el crecimiento del déficit resulta preocupante cuando, en 2015, los impuestos serán absorbidos en un 97% por los gastos rígidos. Este es el cuarto año consecutivo en que la economía se encararía con un déficit, y el cual nuevamente será financiado con la deuda púbica. Asegura que existe el riesgo real de que, a medida que se acerquen los vencimientos de la deuda pública, el gobierno “se vea obligado a emitir nuevas partidas de instrumentos de deuda para cubrir compromisos pasados, lo que implicará pagar intereses onerosos en términos absolutos”.
Otro hecho preocupante son los bajos rendimiento s del IVA agropecuario y del IRAGRO, dice.
En su artículo Perspectivas de las finanzas públicas en 2015: nuevo rumbo, viejos vicios, para la revista de CADEP, el autor dice que “el poder ejecutivo no logró sincerar el presupuesto 2015 mediante la Ley de Responsabilidad Fiscal ni persuadir a los sectores componentes del parlamento de la necesidad de la prudencia fiscal en materia de gastos corrientes en los próximos años.”
El especialista agrega que “el Ministerio de Hacienda utiliza el Plan Financiero para adecuar los gastos a la capacidad real de ingresos del Estado. Pero dicho plan excluye los gastos rígidos como son los salarios, las jubilaciones,pensiones y los pagos de la deuda pública.”
De esta manera, Ramírez sostiene que “las opciones del Ejecutivo para controlar el déficit se limitan, principalmente, a la restricción de los gastos en bienes y servicios, de las transferencias y de los gastos en bienes de capital.” Pero Ramírez subraya que “tampoco habría mucho margen para recortar estos últimos considerando el énfasis que el Ejecutivo está poniendo en las inversiones como principal motor del empleo en los próximos años.”
Cuarto año de déficit
Con este panorama, el experto dice que “será difícil reducir el déficit fiscal del 3,4% del PIB presente en el PGN 2015 aprobado al 1,5% establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal. Lo más probable es que, con mucho, considerando también el año electoral, el déficit cierre en una cifra similar a la de 2014, o sea, de aproximadamente 2,4% del PIB.” El autor agrega que la situación es muy complicada “considerando que se entra al cuarto año consecutivo de déficit (Gráfico 1), el que nuevamente se financiará con deuda pública (emisión de bonos) lo que, a su vez, alimentará la espiral de creciente endeudamiento que se ha disparado en los últimos años”.
Ramírez dice que “si bien se considera que tanto el déficit como la deuda pública están todavía en niveles controlables, el crecimiento de los mismos resulta preocupante cuando, en 2015, los impuestos serán absorbidos en un 97% por los gastos rígidos.”
Por lo tanto, el analista cree que existe, el riesgo real de que, a medida que se acerquen los vencimientos de la deuda pública, el gobierno “se vea obligado a emitir nuevas partidas de instrumentos de deuda para cubrir compromisos pasados, lo que implicará pagar intereses onerosos en términos absolutos”
El economista agrega que es preocupante “que no se observen los rendimientos esperados del IVA agropecuario y del IRAGRO. De hecho, en 2015 este último impuesto seguirá representando apenas el 2,16% de los impuestos totales, lo que constituye una inadmisible paradoja en un país donde la producción agropecuaria está cerca del 22% del PIB.” Considerando también la baja productividad del Impuesto a la Renta Personal y la evasión fiscal,
Ramirez concluye que “la gigantesca labor del gobierno en 2015 será controlar el déficit fiscal dentro de una estructura de elevados gastos rígidos (gastos corrientes) logrando, al mismo tiempo, un elevado nivel de ejecución de las inversiones. Esto implicará, necesariamente, mejorar la eficiencia de los organismos responsables del desarrollo de las infraestructuras, sobretodo del MOPC que tiene históricos niveles de reducido logro de sus metas y denuncias de inversiones de baja calidad en los últimos años. En cuanto a los ingresos, la vía más directa será mejorar la capacidad de la Secretaría de Tributación para un mejor seguimiento y control de la recaudación, enfocándose principalmente en las empresas agropecuarias.”
Este artículo forma parte de la edición N° 27 de Economía y Sociedad, publicación perteneciente al Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).