Uruguay: Mujica mostró carta oficial de EEUU que exculpa a los expresos de Guantánamo

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En una atípica conferencia de prensa en el anfiteatro del Pit-Cnt, rodeado de varios dirigentes de la central y del ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, el presidente presentó la carta que el 2 de diciembre le envió Clifford Sloan, el enviado especial para todo lo vinculado al cierre de Guantánamo del Departamento de Estado. La carta dice que sobre los cuatro sirios, el palestino y el tunecino que vinieron a Uruguay «no existe información que demuestre que estas personas estuvieran involucradas o hubieran facilitado actividades terroristas en contra de los Estados Unidos, sus socios o aliados». El presidente reveló también que consultó a su colega cubano, Raúl Castro, su opinión sobre la venida de los ex cautivos (porque, entiende Mujica, Guantánamo es en realidad territorio cubano). Castro le respondió «dale para adelante», contó Mujica.

El presidente explicó que considera que su decisión de aceptar la venida de los seis liberados se vincula con la tradición de asilo que tiene Uruguay. «Yo nunca dudé, por sentido común, de que esta gente se estaba, hablando en castellano uruguayo, comiendo un fenomenal garrón. Porque sencillamente, si se los quieren sacar de arriba, si los quieren largar y no pueden, es porque son un garrón porque, de lo contrario, ni el olor les encontramos», argumentó el presidente.

Y explicó que «consultamos la almohada de nuestra conciencia, así que somos responsables». «No hicimos una consulta masiva de carácter partidario porque frente a estas cosas la gente se asusta y a veces le tiembla la pajarilla, ah, que nos puede pasar esto y lo otro. Y se ha dicho cualquier clase de bolazo sin conocer nada del asunto», agregó.

Al referirse a la posibilidad de obtener concesiones comerciales a cambio de aceptar a los liberados fue enfático. «No estábamos cambiando carne humana por naranjas, ni nada por el estilo. Seremos locos y todo lo que se quiera, pero a este país le hemos demostrado que hemos puesta la carne y la parrilla y la vida en lo que pensamos. Y cualquiera que agarra un lápiz para escribir, o tiene la oportunidad de escribir un editorial en un diario, dice cualquier cosa y no se ha bancado ni un tirón de orejas por un partido de fútbol», acusó. «Nos hubiera sido muy cómodo quedarnos quietos, hacernos los distraídos, mirar para arriba, y no mover un dedo desde el punto de vista práctico», insistió. «No somos carceleros de nadie, le estamos diciendo al mundo que el que quiera venir a vivir acá, que venga porque somos un país abierto», argumentó el presidente.

Lo acompañaban en la mesa los coordinadores de la central, Fernando Pereira y Marcelo Abdala (que lo presentó), Fernando Gambera (encargado de las relaciones internacionales del Pit-Cnt) y la dirigente Beatriz Fajián. Banderas de decenas de diferentes sindicatos colgaban del techo.
AGRADECIMIENTO.

Mujica había llegado a la sede de la calle Jackson con unos veinte juegos de fotocopias con la carta de Sloan y con la que escribieron los liberados en la que le agradecen su gestión. La carta fue pasada al inglés por Abu Wa´el Dhiab, el sirio liberado que domina ese idioma. Del inglés fue traducida al español por la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, Belela Herrera. La carta expresa: «Usted tuvo el gran papel de conseguir nuestra libertad, de devolvernos nuestra dignidad y humanidad, así que tendrá nuestro eterno agradecimiento (…) deseamos expresar nuestra gratitud a su digna esposa Lucía Topolansky, como al gobierno uruguayo que apoyó su sabia decisión (…) Asimismo nuestro agradecimiento para el Pit-Cnt por habernos recibido y proporcionado alojamiento y por su esfuerzo en responder a las más mínimas necesidades nuestras».

«Queremos contarle que nuestro sentimiento al viajar de Guantánamo a Uruguay era de tristeza, ya que deseábamos retornar a nuestros países de origen y reencontrarnos con nuestras familias. Cuando llegamos a Uruguay y vimos cómo nos recibieron, empezó a cambiar nuestro sentimiento. Empezando en el aeropuerto y siguiendo en cada lugar que íbamos. Cuando nos sacaron los grilletes y las capuchas y bajamos del avión vimos muchas caras con grandes sonrisas y cuando nos abrazaron al saludarnos sentimos que nuestras familias, nuestros padres y hermanos nos abrazaron y todo el sufrimiento padecido en el vuelo fue como si no hubiera existido, el dolor se había ido. Nuestra incertidumbre de no saber hacia dónde íbamos se transformó en certeza de estar en Uruguay y poder comenzar una nueva vida en este país. Un país donde nos respetan es nuestro país», agrega.

La carta, firmada por los seis liberados, termina así: «!Qué gran pueblo el uruguayo! Muchas gracias».

Los liberados seguirán con su régimen de tres horas de clase diarias de español y volverán a salir de Montevideo en los próximos días. Pereira dijo que a partir del lunes, los dirigentes del Pit-Cnt ya no darán información sobre su situación porque se quiere bajar el perfil a su presencia en Uruguay. Corresponderá a los seis hombres la decisión de hablar o no con la prensa, explicó Pereira.

El País

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