Encuentro feminista de América Latina y el Caribe exige reconocer diversidad de opciones sexuales

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El reconocimiento de la diversidad de opciones sexuales fue una de las conclusiones del reciente XIII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que congregó a mil 500 mujeres de diversos países.

El evento que tuvo como base el manifiesto “Por la liberación de nuestros cuerpos” exigió que se reconozcan los derechos de las trabajadoras del hogar, de las trabajadoras sexuales, de lesbianas, transexuales e intersexs y la despenalización del aborto.

También cuestionó el sistema económico vigente que, según afirmaron, se basa en una lógica mercantilista que desconoce los derechos de las personas y amenaza la sostenibilidad de la vida en el planeta y manifestó el apoyo a las luchas de las mujeres campesinas por la defensa de sus territorios “frente a la voracidad de la industria extractiva” así como solidaridad con las indígenas y afro descendientes “que se enfrentan diariamente al racismo y la discriminación”.

En el marco de la reunión se realizó el “Encuentro de Copartes de Latinoamérica y Caribe “Mama Cash-Ecoplac” conjuntamente con la Asociación de Trabajadoras Sexuales Mujeres del Sur, que intercambiaron experiencias y exigieron se reconozca sus derechos.

EXPLOTACIÓN
“No existe diferencia entre las mujeres que trabajan con sus manos” y las que lo hacemos de otra manera, “todo es obra del sistema capitalista que explota a los pobres”, expresó la argentina Georgina Orellano de 28 años, madre de un niño de siete años y representante de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina que cuenta con seis mil afiliadas y forma parte de la Red Trasex con presencia en 16 países.

“Nos hemos organizado para luchar para ser incluidas como las demás trabajadoras en seguridad social, jubilación, etc. y también para impedir que continúe la violencia contra nosotras que no hacemos daño a nadie, la policía nos golpea y hasta nos quita nuestro dinero, nos obligan a pagar coimas. Hemos presentado un proyecto de ley en el Senado para que legisle sobre nuestro trabajo.”

POBLACION INTERSEX
Risueña, conversadora, amable, simpática, así es Natasha Jiménez, de Costa Rica, coordinadora de la organización “Mulabi, Espacio Latinoamericano de Sexualidad y Derechos” quien pertenece al grupo de las Intersex que explica como variaciones del tejido ovárico y del tejido testicular.

“Es una hiperplasia suprarrenal congénita por lo que nacemos con vagina y un clítoris alargado, lo que se presenta en uno de cada doscientos nacimientos, es decir el dos por ciento de la población mundial y que algunos llaman hermafroditas. Existen 75 variaciones de gente intersex o diversidad de cuerpos que pueden ser por factores como los cromosomas, glándulas o ciertos niveles de hormonas.”

Prosigue: “tuve la suerte de nacer en un hogar de padres sabios, comprensivos y no como otros que cuando se enteran que tendrán un hijo con esta situación prefieren abortar o cuando nacen les operan el clítoris y les crean terribles complejos, traumas, cicatrices”.

Natasha que nació y fue hasta los 15 años Johnny dice que sufrió en el colegio por las burlas de sus compañeros que lo consideraban gay al igual que parte de su familia que felizmente no fue la más cercana. “Pese a sentirme siempre mujer trabaje como ayudante de mecánica para pagar mis estudios de idiomas y diseño gráfico”.

Su sensibilidad social la llevó en una época a seguir también un curso de entrenamiento para atender a enfermos terminales, mayormente enfermos de VIH Sida.

Ahora como activista del Programa Cedauu siglas del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de toda forma de discriminación contra las mujeres, viaja por todo el mundo con el fin de concientizar sobre la problemática de las mujeres trans.

“Lamentablemente en Costa Rica hay mucha discriminación contra opciones sexuales como trans o intersex, ahora tengo planeado trabajar con los ministerios de Salud y Educación, es importante crear conciencia en la población sobre esta realidad”.

MÉXICO ES UNA FOSA COMÚN
La mexicana Ana Francis Mor de 41 años es una actriz de cabaret. “Usando la sátira política, el humor, desarrollamos crítica social, mayormente sobre la desigualdad existente entre hombres y mujeres”.

La activista que se define como una trabajadora de la cultura dice pertenecer al “Teatro Cabaret Reinas Chulas A.C” (asociación civil) y manifiesta que su arte lo desarrolla en locales como escuelas o bien en las calles.

Con una mexicana es imposible obviar el tema de los 43 estudiantes desaparecidos a lo que responde: “Mi país es un fosa común, lo que ha pasado es la gota que derramo el vaso porque hay cientos de miles de desaparecidos, tenemos un gobierno corrupto y represor”.

Por su parte la peruana Ana Luz Mamani Silva, coordinadora de Ecoplac, explica que el nombre de Mama Cash se refiere al financiamiento que reciben de Holanda para organizar a las trabajadoras sexuales como ella y que tengan la posibilidad de defender sus opciones y sus derechos.

“Como trabajadoras sexuales y como movimiento de mujeres pretendemos formular mecanismos de trabajo en conjunto para el posicionamiento de mujeres y personas trans en América Latina y el Caribe desde las distintas aristas de trabajo y de pensamiento”.

El drama de una trabajadora sexual
Según Ana Luz Mamani, las trabajadoras sexuales peruanas sufren de agresiones tanto de uniformados como de ciertos clientes que les causan daños físicos y psicológicos y relata el testimonio de María, de Arequipa.

“Estaba yo en el parque Duhamel tranquilamente entre las tres de la madrugada cuando apareció el cliente, yo lo conocía de años porque le hacía el servicio regularmente, siempre tomaba su trago solito. En aquella oportunidad llegó con una jarra llena y lo acompañe a su casa en el distrito de San Martín de Socabaya para brindarle el servicio.”

“Ya en el acto sexual quiso quitarse el preservativo pero, como no lo dejé, empezaron los forcejeos, peleamos e incluso trato de aplicarme una llave para dormirme pero no me dejé. En uno de eso forcejeos su fuerza gana y me doblega, toma mi cabeza y me golpea contra el piso varias veces, empiezo a gritar y los vecinos llaman al serenazgo pero él arremete con más ferocidad, busca gasolina y la rocía en mi cuerpo, los vecinos y el serenazgo logran romper la puerta e ingresar cuando el hombre buscaba fósforos para prenderme fuego.”

Diario Uno

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