Costa Rica negocia con gobierno chino ampliación de refinería
El gobierno de China se muestra anuente a renegociar el contrato para la ampliación de la planta de Recope en Moín, al cual el gobierno de Costa Rica quiere incorporar cambios, tales como la posibilidad de refinar biocombustibles y otros productos alternativos.
Tal posibilidad la exploró una misión del gobierno que viajó a Pekín la semana pasada, integrada por el ministro de Ambiente y Energía (MINAE), Edgar Gutiérrez, y la presidenta de Recope, Sara Salazar, entre otros funcionarios, según dijo Gutiérez en conferencia de prensa.
La misión se entrevistó con el vicesecretario de la estatal empresa China National Petroleum Company (CNPC), Wang Dongjin, y el ministro de Protección Ambiental de China, Zhou Shengxian, informó el propio Gutiérrez en conferencia de prensa.
Para continuar con el proyecto de modernización de la refinería, se creó una comisión de alto nivel integrada por el presidente de CNPC, Lu Gongcun, y la presidenta de la Refinadora Costarricense de Petroleo (RECOPE), Sara Salazar, precisó Gutiérrez.
Biocombustibles
El ministro explicó que esta comisión verá la manera de resolver los problemas legales que contiene el contrato, el cual fue objetado por la Contraloría General de la República en 2013, lo que provocó el congelamiento del proyecto.
También analizará la posibilidad de ampliar las capacidades de refinación de la planta, ubicada en Moín, «para refinar biocombustibles y otros productos alternativos bajos en emisiones de carbono”.
Gutiérrez aseguró que el Banco de Desarrollo de China mantiene su interés en financiar la mayor parte del proyecto, estimado en 1.300 millones de dólares.
El contrato para la ampliación de la refinería, actualmente inactiva, fue suscrito en 2007, durante el gobierno del ex presidente Oscar Arias, poco después de que éste rompiera relaciones con Taiwán y las estableciera con China.
Para el desarrollo del proyecto, el contrato crea una nueva empresa binacional integrada por CNPC y Recope, denominada Sociedad Refinadora Sino-Costarricense (Soresco).
El objetivo es ampliar y modernizar la planta para expander su capacidad de refinación de 18.000 a 60.000 barriles de crudo al día.
Sin embargo, el contrato ha sido blanco de fuertes críticas en Costa Rica, por objeciones tanto de tipo ambiental como legal.
Una de las objeciones más fuertes es que los estudios de factibilidad fueron hechos por una empresa vinculada a CNPC y no por una firma ajena a las partes, lo cual fue considerado ilegal por la Contraloría.
Sectores ambientalistas han criticado también que la ampliación de una refinería contraviene políticas ambientales del país, tendientes a la búsqueda y desarrollo de fuentes energéticas limpias.