El Gobierno repudia nuevas maniobras militares británicas en Malvinas

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El gobierno repudió ayer las maniobras militares realizadas por un navío de guerra de la flota británica, la fragata HMS Iron Duke, realizadas en la bahía y el brazo de San Carlos, en la costa oeste de la isla Soledad del archipiélago de las islas Malvinas, y las definió como «una nueva provocación del gobierno del Reino Unido mediante una pretendida demostración de poder de fuego del buque británico». Tras hacer esta denuncia, que se concretó a través de un comunicado oficial de la cancillería, el Ministerio de Relaciones Exteriores citó a un funcionario de la embajada británica –del que no se informó el nombre– en Buenos Aires para entregarle una nota formal de protesta. Con información bastante detallada sobre el ejercicio militar en Malvinas, la denuncia de la Argentina incluyó precisiones sobre las maniobras, como la participación de «una compañía de infantería británica» emplazada en el territorio de las islas.

Ayer, en la página de Internet de la Marina real de Gran Bretaña, se informaba que la fragata HMS Iron Duke se encuentra asignada al «grupo de tareas de patrulla del Atlántico Sur» que tiene como objetivo «brindar protección continua y seguridad a los intereses británicos». Según el sitio web de la Royal Navy, el Iron Duke es una fragata «de tipo 23», una clase de navíos originalmente diseñados para enfrentar «la amenaza de los submarinos rusos» pero que, por su «versatilidad», están preparados para «hacer frente a todas las misiones imaginables» en cualquier punto del globo. La fragata en cuestión, eje de los ejercicios militares realizados en Malvinas, cuenta con una tripulación de 185 personas y está equipada con misiles antibuque de largo alcance Haarpon y misiles guiados contra aviones Seawolf.

La denuncia de la Cancillería detalló que en las maniobras bélicas realizadas por los británicos en la ribera occidental de la isla Soledad se dispararon «136 proyectiles». «La República Argentina rechaza en los términos más contundentes la realización de estas maniobras navales y militares en territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido. Estas acciones constituyen una injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía que involucra a ambos países en la cuestión de las Islas Malvinas», señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores en el comunicado oficial de protesta.

En esta nueva denuncia pública, al igual que en episodios anteriores, el gobierno puso el acento en la amenaza que significa para toda la región, sobre todo para Sudamérica, la existencia de una imponente base militar de Gran Bretaña y de la OTAN en las Islas Malvinas y las aguas circundantes. El comunicado del Palacio San Martín también advirtió sobre el nuevo incumplimiento por parte de los británicos de la Resolución 31/49 de la Asamblea General de la ONU que «llama a ambas partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras está pendiente el proceso negociador por ella recomendado». Además, en la nota se recuerda que foros regionales como Unasur y el Parlamento del Mercosur (Parlasur) condenaron firmemente la presencia militar británica en el Atlántico Sur.

De hecho, el lunes pasado, durante la última sesión extraordinaria del Parlasur que tuvo lugar en el edificio del Mercosur de Montevideo, sobre la rambla en la zona de Parque Rodó, los legisladores de los países del Mercosur emitieron una Declaración en la que expresaron su «extrema preocupación» por el desarrollo de actividades ilegítimas de Gran Bretaña en el Atlántico Sur. Según esa Declaración, la exploración y explotación de hidrocarburos en el archipiélago, al igual que «el refuerzo en la presencia militar», «agravan la situación preexistente creando tensiones innecesarias en el Atlántico Sur, no deseadas por la República Argentina ni por la región».

El diputado argentino Guillermo Carmona (FPV, Mendoza), quien encabezó la delegación del país ante el Parlasur, ratificó en diálogo con Tiempo Argentino la inquietud que genera en el Mercosur el proceso de rearme y de creciente intimidación por parte de Londres. «Estas maniobras militares recurrentes que viene realizando el Reino Unido confirman las denuncias sobre la grave militarización del Atlántico Sur que está llevando a cabo el gobierno británico. El carácter recurrente de estas maniobras no debe llevar a que se les quite importancia, sino todo lo contrario: es una muestra del agravamiento de la cuestión. El carácter frecuente y la mayor envergadura que año a año van teniendo los ejercicios militares aumentan la preocupación de nuestro gobierno y de los países de la región», aseguró Carmona ante la consulta de este diario.

El lunes, en la última sesión del Parlasur, el canciller Héctor Timerman recordó que la ocupación ilegal de las Islas Malvinas por parte de la corona británica no responde a título alguno sino a la decisión de controlar «un territorio con una posición estratégica». Timerman también puso el foco sobre la contradicción que implica para Gran Bretaña ser «miembro permanente» del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas mientras profundiza una «aventura colonialista» en el Atlántico Sur para «expoliar recursos naturales» de la Argentina e incrementa su amenaza militar. A los disertantes y legisladores argentinos que participaron de la reunión del Parlasur les llamó la atención la presencia en el foro de un funcionario de bajo rango de la embajada británica en Uruguay: en silencio y con bajo perfil, el diplomático británico se encargó de anotar todo lo que se decía en la conferencia.

Tiempo Argentino

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