Luis Lacalle Pou, candidato a la presidencia de Uruguay por el PN: «La inclusión en nuestro país creo que todavía es un debe»
El triunfo de Luis Lacalle Pou en las internas del Partido Nacional en junio sacudió el tablero electoral. Los partidos tuvieron que cambiar sus estrategias en el recorrido hacia octubre teniendo en cuenta que el inesperado candidato iba a apostar fuerte a su juventud. A pocos días de las elecciones, En Perspectiva repasa con los candidatos sus programas y su campaña. Este martes el turno fue para Lacalle Pou, quien habló, entre varios temas, de la ausencia de su padre en la campaña, la experiencia para gobernar y de las alianzas que tendrá que conformar luego de este domingo, pensando en el ballotage.
EMILIANO COTELO:
Todo indica que este proceso electoral 2014 será el más disputado de las últimas décadas. Y estos días que restan para el 26 de octubre suponen un desafío para los candidatos que aspiran seriamente a encabezar el gobierno el año que viene.
¿Cómo encara esta recta final Luis Lacalle Pou, el hombre que, para sorpresa de muchos, ganó primero la interna de su partido y luego, rápidamente, se instaló en el papel de «el desafiante»?
Vamos a conversarlo con él, en esta semana en la que venimos realizando las últimas entrevistas con los candidatos presidenciales.
¿Dónde lo encontramos esta mañana?
LUIS LACALLE POU:
Ahora, ahora, a las corridas y porque ustedes me aguantaron unos minutos, en mi casa.
EC – Ah, volvió a su casa. Tenía entendido que lo íbamos a localizar en Salto.
LLP – Estuve en Salto hasta hace poco y ahora estamos tratando de movilizarnos en avión, porque es una locura. Ayer el avión pudo salir de noche, cosa que a veces puede y a veces no, ayer habilitaron el aeropuerto de Salto. Por eso no me la quise jugar a que iba a estar en estudios, pero estoy recién llegando a mi casa.
EC – Se lo nota cansado, las imágenes de televisión, las fotos lo muestran con una cara como de gripe, no sé.
LLP – No. ¿Te acordás del aviso de esas pilas que eran unos conejitos que tocaban el tambor, que se les iba terminando la batería e iban cayendo? Bueno, esto es así, es una carrera casi de supervivencia, porque obviamente hay muchas cosas para hacer. Cumplir con los medios, cumplir con la gente, preparar las agendas, organizar los equipos. Y a mí personalmente me gusta estar en casi todo, lo que lleva a un cansancio extra.
EC – El domingo, durante un acto en Rocha del cual informó el diario El País, usted dijo que «hoy todos quieren ser titulares de ‘la positiva'» y, sin mencionarlo, planteó que con su prédica había terminado «evangelizando» a Tabaré Vázquez. Pero en general desde el Frente Amplio (FA) más bien se ha cuestionado -y se cuestiona- la estrategia «por la positiva». Se sostiene que de esa manera los candidatos «ocultan las diferencias» naturales que existen entre ellos y eso no es sano para la competencia electoral. ¿Qué responde sobre esto?
LLP – Yo quiero separar la paja del trigo. Primero, yo estaba hablando directamente del primer involucrado, que es el candidato del continuismo, el doctor Tabaré Vázquez. Y en ese sentido, no soy su biógrafo ni soy analista, pero ha ido modificando su discurso. Recordarán algunos «elogios» que nos regaló y últimamente ha dicho que él tiene una visión de no hablar mal de los demás, de no dirigirse a los demás. Y nos pareció una buena cosa, porque hay que separar –y ahí está el error de esa cita que tú decías, que no sé de quién es, pero asumo que será de alguien importante del FA–, una cosa es dedicarse a hablar mal de los demás, menospreciar, desprestigiar a personas e ideas, y otra cosa es confrontar ideas y ser crítico.
Yo en mi vida política he sido más que crítico, entré al Parlamento en el año 2000, y allá en el 2002, a más tardar, terminé interpelando a un ministro de la coalición de gobierno que yo integraba. Se me decía: «No podés interpelar a un ministro de tu coalición de gobierno», y yo decía: «Si no está cumpliendo con lo que tiene que hacer, no importa de qué partido es ni de qué coalición». De ahí a la fecha he tenido varias interpelaciones, llamados a sala a ministros de todos los colores cuando uno tiene que ser crítico, porque la función del contralor es uno de los deberes inherentes en este caso a un diputado.
Entonces vamos a separar, primero, levantar el volumen, desprestigiar, mentir, acusar. Y lo otro es tener una visión positiva de la vida como la que tentemos, que es aun en la crítica tener un afán constructivo.
EC – De todos modos, ese término que usted está utilizando ahora, «Vázquez = candidato del continuismo», tiene algo de agresivo. No es simplemente una descripción objetiva, tiene una cierta connotación peyorativa.
LLP – Una connotación política, obviamente.
EC – ¿Usted también ha endurecido algo su tono?
LLP – ¿Es una afirmación o es una pregunta?
EC – Pregunto.
LLP – No. (Silencio.) Yo contesto: no.
EC – Está bien. Pero parece bastante claro que para un sector importante de la población hablar de «continuismo» es algo negativo. Y usted entonces está identificando a Vázquez con continuismo.
LLP – Eso es una observación de índole subjetiva, que es algo negativo. Puede ser positivo. Es más, yo me imagino que el doctor Vázquez cuando dice que va a tener de ministro a Bonomi y de subsecretario a su hermano, que va a continuar determinadas cosas y habla de Danilo Astori como un posible ministro de Economía, etcétera, es una continuación. Con lo cual mi afirmación de continuismo puede ser discutible, pero es simplemente una constatación de la realidad, que por supuesto tiene un ingrediente político, vamos a no negarlo. Ahora, que sea agresivo, no estoy de acuerdo.
EC – Desde hace mucho tiempo, desde que lanzó su precandidatura, usted ha evitado hacer precisiones sobre cuál es el posicionamiento ideológico de Luis Lacalle Pou. En su momento dijo por ejemplo «la vida de la gente no nos permite girar a la izquierda o a la derecha, sino ir para adelante. No hablemos más de giros. La nueva ideología es la gestión». Pero si tiene que elegir entre estas tres opciones: liberal, conservador, socialdemócrata, ¿cuál selecciona?
LLP – Un poquito de cada una. Porque soy liberal en lo que hace a la libertad del individuo y la capacidad de autosustentarse en la sociedad; soy conservador en algunos valores que me parece que están bien clavados en las raíces de nuestra historia y que tenemos que rescatar o proteger, y soy socialdemócrata en algunas prácticas en las cuales el Estado debe participar más profundamente que en otras.
EC – Otra manera de preguntarle: ¿qué gobierno latinoamericano u europeo le resulta más afín?
LLP – No me comparo con ninguno. Tengo un cierto respeto muy importante por el relacionamiento social que ha ido para mí en progreso, todavía con sus falencias, del derecho anglosajón, que es un derecho mucho más basado en costumbre y en la confianza que el derecho escrito, que a veces está basado en acciones patológicas. Es una concepción que no me acerca al anarquismo ni nada por el estilo, simplemente creo que la sobrerregulación deteriora la confianza entre los seres humanos.
EC – Y si vamos al ballotage en Brasil, ¿Dilma Rousseff o Aécio Neves?
LLP – Tengo mi preferido, pero no lo voy a decir, porque como pretendo gobernar mi país me voy a tener que relacionar con cualquiera. No me parece que los dirigentes políticos, sobre todo los que queremos tener responsabilidades de representar como jefe de Estado, ya no como jefe de gobierno, podamos decir quién nos gusta más, quién nos gusta menos.
EC – En la izquierda hay una tendencia fuerte a identificar una eventual presidencia suya con lo que fue el gobierno de su padre, Luis Alberto Lacalle, de 1990 a 1995. Y se hace notar como muy sugestivo que Luis Alberto Lacalle esté absolutamente desaparecido de la campaña. ¿Qué responde sobre ese punto?
LLP – Te lo voy a contestar a ti, a la izquierda no le contesto este tipo de cosas, porque es una forma de entretener y de hablar del pasado. Creo que los que hablan tanto de pasado es porque no pueden ofrecer futuro. Y en ese sentido, quizás como no pueden pegarme a mí o todavía no han encontrado algo que realmente repercuta negativamente en mí, o, mejor dicho, las cosas que pueden repercutir negativamente en mí ya las saben porque yo las he contado, porque ando por la vida sin careta, tienen que hacer comparaciones con otros gobiernos, en este caso con el gobierno de un familiar directo, nada menos que de mi padre, que fue del año 90 al 95, que, desde mi punto de vista, si me quieren hacer mirar en el espejo retrovisor de la historia al que algunos se aferran continuamente, hizo cosas muy buenas y de las otras, que no estoy dispuesto a analizar porque yo estoy proponiendo el Uruguay del 2020, del 2015 al 2020, y no ese Uruguay.
¿Por qué Lacalle no está? Porque no es candidato a nada. Es un dirigente importante que no es candidato a nada. Y les quedará claro a la audiencia y a ti que la sola presencia de un dirigente del peso de Lacalle, cuando otra persona que da la casualidad de que tiene su mismo nombre es candidato y tiene algunas orientaciones distintas, podía distorsionar la comunicación con la gente.
EC – ¿Usted, efectivamente, les solicitó a su padre y a su madre que se mantuvieran al margen de la campaña?
LLP – No, no no no. Mi madre hace años que está alejada de la actividad política. Yo hablo mucho con ella pero a nivel madre-hijo, y la verdad es que siempre ha sido la que ha aguantado el afecto y los estados anímicos de hijo, marido y de toda la familia en la vuelta. Y con Lacalle obviamente que de vez en cuando hablo de política. Ahora da la casualidad de que hace 12 días que no lo veo porque estuvo de viaje, voy a ver si hoy me junto un ratito para darle un beso y tomar unos mates. Pero la campaña es de Luis Lacalle Pou y su equipo.
EC – La pregunta era si usted había pactado con su padre que no interviniera. Porque de eso se ha hablado insistentemente.
LLP – En familia esas cosas no se pactan, se conversan.
EC – Bueno, se conversó.
LLP – Obviamente se conversó. Yo no ando encubriéndome, no hay misterio sobre esto. En enero del 2013, cuando yo todavía formalmente no era candidato y mi candidatura se empezaba a hacer notar, en una reunión pequeña de Unidad Nacional, parte de la dirigencia tradicional discutía sobre la campaña «por la positiva» de Lacalle Pou y la visión era negativa. Se decía que alguien no podía ganar o triunfar en la actividad política con una campaña por la positiva. Y mi visión fue clara, y también se lo conté ahí, dije dos cosas: primero, yo soy así y no voy a ser lo que no soy en la vida; y segundo, si no lo aceptan, yo no soy su candidato, así que la campaña la va a hacer el candidato como se sienta cómodo, no teniendo que andar con una careta según la esquina. Y en ese sentido ha sido 100% diseñada por quien habla.
Tú habrás oído analistas, encuestadores, etcétera, todos desafiando la positiva, todos diciendo que de alguna manera iba a fenecer llegando a la urna. Para mi grata sorpresa, la verdad es que me alegra mucho, hoy he leído a analistas decir que quien se baje de la positiva pierde la elección. Creo que es un cambio no menor, algún día alguien se va a detener a observar cómo un grupo de atrevidos –no por maleducados, sino que se atrevieron– dijeron que se podía hacer una campaña distinta, que se podía hablar bien de los demás, que se podía elogiar al competidor, que se podía tratar de ser mejor y que –espero yo, sobre todo– tuvieron éxito.
EC – Una última pregunta a propósito de Lacalle Pou, su proyecto político y su desvinculación con la presidencia de su padre.
LLP – No, perdón, no hay una desvinculación, no le busquemos ribetes casi de telenovela. No hay una desvinculación, simplemente es otra época, hay un cambio de época, más que una época de cambios. Y es lo que yo represento, con 41 años sé que soy un bicho raro con candidatos de arriba de 70 en muchos casos, con una aproximación a la gente por la positiva. La gente se va de nuestras reuniones llena, plena, hasta el curioso que va a escucharnos se va respetado, porque nunca hablamos mal de las ideas de otro, de los amores de otro, de los dirigentes de otro. Y ojalá muchos lo imiten, porque, si hiciéramos eso, no te quepa la menor duda de que la campaña sería mucho mejor y quizás los resultados de los procesos electorales también.
EC – La pregunta es acerca de un episodio extraño que ocurrió el mes pasado, cuando volvió al tapete el contrato entre Ancap y Petroecuador, en el que en el medio aparece una multinacional holandesa, Trafigura, un asunto que ha preocupado al Partido Colorado (PC) y también al Partido Nacional (PN). En esa ocasión salió en defensa del acuerdo y de la forma como se había instrumentado el estudio de abogados Posadas, Posadas y Vecino, que encabeza el doctor Ignacio de Posadas. Y en el semanario Búsqueda, en página 3, habló Jorge Larrañaga haciendo un planteo crudísimo: decía que hablaba en nombre de la fórmula blanca, criticó la duplicidad de De Posadas, «que por momentos se pone el traje de político en la prensa y en otras ocasiones usa la política para la defensa de intereses particulares en el marco de su profesión». Y agregó: «Lo que él hace no representa ni a la fórmula blanca ni al PN, sus tratos con el Estado y con multinacionales acusadas de corrupción no tienen nada que ver con el PN».
Impresionó un poco la forma como se trataba a alguien que fue un colaborador muy directo de su padre, un protagonista en el Ministerio de Economía de la administración Lacalle. ¿Cómo fue esto?
LLP – A ver, yo tengo una relación personal con Ignacio de Posadas muy buena, soy amigo de sus hijos, de su familia, de sus sobrinos. Sin perjuicio de eso, hay que separar claramente lo que es la actividad profesional de cada uno de la actividad política. Eso es notorio y me parece muchas veces lo más delicado. El doctor Ignacio de Posadas no tiene participación política hoy, tiene su actividad privada.
EC – Sí, pero, justamente, recuerdo una columna de Álvaro Diez de Medina en El Observador que destacó estas declaraciones de Larrañaga en nombre de la fórmula como una señal más del corte con una época y el comienzo de otra en el PN, etcétera.
LLP – La leí, recuerdo haberla leído. Pero no tengo más nada que comentar al respecto.
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EC – Volviendo a la frase «la nueva ideología es la gestión», ¿puede prometer gestión un candidato cuya experiencia en el gobierno son dos períodos como diputado y, dentro de ellos, un año como presidente de la Cámara de Representantes? Ese es otro de los cuestionamientos que usted recibe, y no solo desde la izquierda…
LLP – (Se ríe.) ¡Estamos haciendo, más que una entrevista, terapia ya a esta altura, porque es sobre mis cuestionamientos!
EC – Pero usted coincidirá en que estos asuntos que le estoy mencionando han sido buena parte del debate de esta campaña y sobre todo el debate que lo ha tenido a usted como centro. Porque a propósito de Lacalle Pou se ha discutido mucho. Y esta crítica o este señalamiento de falta de experiencia de gobierno no lo hace solo la izquierda, lo hace también, por ejemplo, Pedro Bordaberry, desde el PC.
LLP – Me consta, me consta que es bi o tridireccional. Así como eso puede ser una eventual debilidad, cosa en la que no estoy de acuerdo, porque tanto de dirigentes del FA como de dirigentes del PC como de dirigentes del Partido Independiente –ya sé que durante un año– cuando me tocó presidir la Cámara de Diputados –y no solo al principio, que son expectativas, sino al final– recibí el beneplácito y la felicitación de casi toda la Cámara de Diputados. Entre otras cosas, porque fue la primera vez en la historia que la Cámara de Diputados cumplió lo que ordenaba el Tribunal de Cuentas, que era devolver fondos a Rentas Generales. Fue la primera vez en la historia que se devolvió dinero, 49.070.000 pesos, 2,5 millones de dólares. Se bajaron los viajes de la presidencia y los viáticos en más de un 50%, se informatizó parte de los trámites internos, con lo cual no hay más papel desde el 23 de agosto de 2011, y tantas otras cosas que en aquel momento fueron elogios. ¿Alguien sabía si yo iba a buen presidente de la Cámara de Diputados antes de asumir? Nadie, porque no lo había sido. Obviamente, este desafío es sensiblemente mayor, pero ¿quién asegura que el tener experiencia significa que uno haga las cosas bien?
EC – ¿Y cómo defiende entonces la capacidad para mostrar una gestión eficiente?
LLP – Es que no puedo mostrar lo que no tengo. Ahí está la capacidad de lograr que la gente confíe, entienda, que mire nuestros equipos, que lea nuestras agendas, que nos mire a los ojos, que nos escuche. Ahí está la parte y el nexo más lindo que puede haber en la vida política, que es la confianza, la credibilidad, elevadas a veces al nivel de ilusión y de esperanza, y uno trata de hacer lo posible para no fracasar. El tiempo es el mejor juez.
Hace un tiempo se me ocurrió el término de que para gobernar en el mundo moderno había que ser «experto en lo nuevo», que es una aparente contradicción. ¿Cómo ser experto en lo que todavía no existe? Simplemente tratando de prever, quien es capaz de prever seguramente sea más eficaz y más eficiente. Tratar de mirar ejemplos puntuales a lo largo y ancho de todo el mundo de determinadas cosas. Juntarse con gente más inteligente.
Elegir equipos que sean idóneos y sean los mejores en su ámbito. Queda meridianamente claro que el [PN es el] partido político que ha salido a buscar individuos, hombres y mujeres, que no necesariamente tienen una filiación nacionalista. Basta con recordar a Pablo da Silveira, futuro ministro de Educación si nos toca ser gobierno; basta con recordar cuando fuimos a buscar a Azucena Arbeleche, quien va a ser, si nos toca ser gobierno, la primera ministra de Economía mujer del país, que ya ha tenido una participación en el ámbito de gobierno en difíciles momentos, con duras tareas. Y en estos últimos días, en lo que hace a la seguridad humana, más específicamente en seguridad pública, también fuimos a buscar a los mejores. En un grupo selecto de expolicías, exmagistrados, defensores de oficio, abogados especialistas en derecho penal, allí fuimos a buscar nada menos que a una persona que el Parlamento dos veces consecutivas votó por unanimidad, Álvaro Garcé.
El esfuerzo por ser mejores lo estamos tratando de hacer. El esfuerzo por hacer una campaña superadora de verdades y tratar de subirnos a las verdades de otros, también. La seguridad nadie la tiene porque la gestión no solo no pasó, sino que todavía no comenzó.
***
EC – Estoy mirando los mensajes de los oyentes sobre los temas que veníamos charlando. Y aparecen varios en su defensa a propósito de este tema de experiencia o falta de experiencia.
«¿Cuesta tanto aceptar lo nuevo, el cambio? ¿Siempre hay que mirar el pasado? Por favor, hay que entrevistar de una nueva forma.»
Y también están los que les aportan argumentos a ustedes.
«¿Cuál era la experiencia de gestión de Mujica? ¿Cuál era la experiencia de gestión de De los Santos para el cargo de intendente en Maldonado? ¿Y la de Batlle para ser presidente? ¿La de Ana Olivera para la Intendencia?»
¿Ha manejado esos ejemplos?
LLP – (Se ríe.) No, no. Algunos seguro que no. Pero trato de no compararme con otras personas, porque cuando uno se compara con otras personas está aferrándose a virtudes que no son propias, sino que son inherentes al otro.
EC – Pero son interesantes estos mensajes, porque lo que yo veo, lo que está apareciendo en la bandeja de entrada, es una cantidad de oyentes que justamente cargan las tintas en su falta de experiencia y machacan por ese lado, o sea que para varios de ellos esto es importante. Y muchos otros que dicen: ¿por qué a Lacalle Pou se le está exigiendo esto, y no se les ha exigido a otros candidatos que después incluso llegaron al gobierno y ejercieron esas funciones?
LLP – Es realmente –y me baso en estudios científicos que tenemos– mucho más una herramienta de los dirigentes políticos para diferenciarse, o de última para minimizar las posibilidades de quien habla, que algo que está en la gente. Lo he medido, lo vengo midiendo desde febrero de 2013 científicamente. O sea que tengo sustento estadístico. Y aparte tengo el sustento de los discursos de algunos dirigentes políticos, que está bien que traten de llevar agua para su molino, y a veces algunos, para llevar agua a su molino, no destacan tanto sus virtudes sino que quizás apelan al supuesto defecto en otro. Pero bienvenido también si les sirvo para eso.
EC – Hablemos de algunos temas programáticos y después seguimos con la agenda. Cuando usted participó en el ciclo Presidenciables 2014 nosotros lo consultamos sobre gobernabilidad, economía, educación, y además usted propuso incluir infraestructura e inserción internacional. Después aquí en En Perspectiva hemos hecho entrevistas con representantes del PN sobre infraestructura vial, relaciones laborales, educación de nuevo y seguridad pública.
Además de estos temas, ¿qué otro u otros asuntos usted está incluyendo como prioritarios en sus actos de campaña en estos últimos días?
LLP – Para mí –si me está escuchando algún amigo de los que me siguen bastante en las giras y cuando digo esto ya se sonríen, porque me lo han escuchado muchas veces– no hay causa chica o causa grande, hay causa justa o de las otras.
Y si la causa es justa, que seguramente será derivación del lugar donde se viva, del grupo social al que se pertenezca, de la actividad a la cual la persona se dedique, todo de alguna manera es el quehacer del gobierno. Por algo uno nombra más de una decena de ministros, entes autónomos, servicios descentralizados. Por algo yo he insistido en que estamos ante una época de gobierno de equipos. Y también he insistido, y para mí es fundamental, en el elemento cronológico, en que un gobierno no puede empezar el 1.º de marzo del 2015. Nuestro gobierno, si es que así la gente lo entiende, va a empezar el 1.º de diciembre, el día después del ballotage, calculo que sobre las 4 de la tarde, para que la gente haya podido descansar.
En ese sentido, contestando directamente tu pregunta, hemos tratado de equiparar en la agenda muchos de los temas. Obviamente el sentido de la inclusión en nuestro país creo que todavía es un debe, por muchas razones. Primero, porque a partir del 2005, con la creación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que el PN votó y acompañó, se inició una política de transferencias económicas muy profundas, muy fuertes, porque estábamos ante una emergencia socioeconómica y una fractura social enormes –basta con ver los registros de aquel momento, caminar por Montevideo, Canelones o el resto del país–, y me parece que allí se detuvo o se insistió en una política social que me parece que tiene que evolucionar.
Esto no significa rever las transferencias económicas, pero sí habilitar rutas de salida. Primero para la gente que está más sumergida. Obviamente, la columna vertebral de esta salida pasa por la igualdad de oportunidades. Y la igualdad de oportunidades está en la posibilidad de acceso a una educación decente y también en un posterior acceso a fuentes de trabajo. Y al mismo tiempo, cuando alguien quiere emprender, cuando alguien es un micro o pequeño emprendedor, la posibilidad de obtener microcrédito. Por eso las políticas de inclusión, de cohesión social, de pertenencia a un grupo tienen un peso importante en nuestra agenda.
Allí hay elementos básicamente habitacionales o de infraestructura barrial, como el conocido Plan Asentamiento Cero. Los números son siempre arbitrarios, pero allí tenemos en el entorno de 50.000 viviendas que carecen de condiciones mínimas de vida. Son casi 200.000 uruguayos, entre 180.000 y 220.000, según cómo se mida. Allí va a haber una fuerte inversión económica, se calcula en el entorno de los 180 millones de dólares al año, 30 de los cuales ya son destinados hoy a través del PIAI (Programa de Integración de Asentamientos Irregulares). Ahí se divide básicamente en 35.000 y 15.000. Son 35.000 viviendas que podrán ser mejoradas y en un entorno que podrá ser regularizado, y 15.000 cuyos habitantes quizás deban ser realojados. Este es el proceso más traumático, porque entre otras cosas ahí hay una erogación económica importante en lo que hace a la construcción de viviendas nuevas, insertar a estos uruguayos en otros barrios a los cuales no están acostumbrados, ni por el barrio en sí, ni por la vida diaria de estas personas. En este plan hay un abordaje multiinstitucional, estarán involucrados necesariamente el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Deporte, el Mides, la UTE, la OSE, la intendencia correspondiente, y el plan va a estar bajo la égida de la Presidencia de la República, le vamos a poner muchísima dedicación. Esa es la forma de incluir en lo habitacional y en la infraestructura barrial.
Después tenemos procesos de inclusión que obviamente hablan de la escuela, de la reglamentación de la ley 18651 (ley de discapacitados), la inclusión en la economía. Allí me gustaría estribar en el Plan Estamos Contigo, que se dirige sobre todo a aquella gente que no está en condiciones de pobreza pero la pelea todos los días para salir y está en una situación vulnerable, ante un mínimo cambio puede llegar a tener una situación de pobreza, ante la pérdida de su emprendimiento, la pérdida de su trabajo o la incapacidad de pagar los costos de vida.
Allí entramos en un tema de exoneración tributaria, de asignaciones familiares, equiparar a los beneficiarios del Mides el Plan Estamos Contigo, que tiene un fuerte componente de reconocimiento del que todos los días se levanta a hacer el esfuerzo. Allí hay deducciones tributarias, exoneración de la primera mitad de la primera franja del IRPF, la baja de 10 a 5 a la segunda mitad de esa primera franja, políticas de estímulos para que se pueda alquilar una vivienda, deducciones por educación, salud, etcétera, de los hijos.
EC – En el caso del Plan Asentamiento Cero, ¿cuál es el plazo para que no haya más asentamientos en Uruguay?
LLP – Son 10 años.
EC – Ah, no es un período de gobierno.
LLP – No, no, en los primeros tres renglones habla de 10 años. Lo que pasa es que lamentablemente la crítica despiadada se encarga de decir, primero, que es imposible. El no se puede típico, ya casi genético de algunos gobernantes, que cuando se topan con un problema lo primero que dicen es «es algo cultural, no tiene cambio» o «no se puede» o «lleva mucho tiempo». A esos tres elementos que se interponen entre un gobernante y una buena gestión los hemos derribado porque no nos conformamos. Pero también somos coherentes, en un plazo de cinco años no se puede transformar los asentamientos en barrios integrados a la ciudad y a la comunidad. Sí tenemos calculado que en un plazo de 10 años, con una erogación importante, se tienen que tener los logros, tienen que dejar de ser simplemente aspiraciones.
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EC – Uno de los logros, de los grandes éxitos de la administración Vázquez fue la política que se instauró para restringir el consumo de tabaco, sobre todo regulando de manera muy exigente el consumo en lugares públicos. ¿Cuál es su posición al respecto?
LLP – Yo tuve que ver en este sentido. Porque el primer mecanismo que se encontró fue vía decreto, y la Constitución no habilita que ese tipo de medida tomada por el doctor Vázquez sea mediante ese acto jurídico, debía ser por ley. Así que yo fui muy crítico de esa limitación de la libertad desde el punto de vista del decreto. Esto fue una imitación -o una copia- de una ley española. La ley española deja una válvula de escape un poquito mayor en lo que hace a determinados lugares de mayor tamaño, reservar un lugar acondicionado específicamente, etcétera, para fumar.
Pero básicamente en lo que hace a la política de tabaco y de convivencia entre los fumadores, creo que fue un éxito. Y rápidamente la gente lo tomó para sí, los que no fuman obviamente, pero los que fuman también. Y después se constitucionalizó la medida, porque fue hecho por ley, así que se subsanó un error que para mí, si bien es de forma, es muy importante. Es muy importante porque a cualquier hijo de vecino lo hacemos cumplir con la Constitución y con la ley y a veces los gobernantes parece que tienen coronita. Básicamente me parece una política a continuar.
EC – ¿Respalda la posición de Uruguay en el litigio que le ha planteado Phillip Morris?
LLP – No tengo claro cuáles son los argumentos de uno y otro. Sé que este tipo de litigios, de perderlos, de no salir favorecidos, generarían una erogación importante y el cambio en alguna conducta.
EC – Pero a usted puede tocarle seguir el litigio.
LLP – Obviamente. Si nos toca seguir, nos reuniremos con la gente que está llevando adelante estos juicios. Yo soy partidario de que, si lo viene haciendo de buena manera, siga la misma representación profesional del Estado.
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EC – El ateneo de presidenciables que se realizó a comienzos de mes parece que cerró definitivamente la posibilidad de un debate entre los candidatos que pelean por llegar a la Presidencia de la República. Primero, porque Tabaré Vázquez no concurrió. Y después, porque usted no aceptó la invitación a debatir mano a mano que esa misma noche le formuló Pedro Bordaberry. Cuando lo consultó Fabián Cambiaso, de la producción de En Perspectiva, a la salida del ateneo, usted contestó que solo debatiría con Vázquez. ¿Por qué?
LLP – Yo entiendo que cada uno tiene sus estrategias, el doctor Bordaberry tiene las de él y las respeto. Yo ahí dije seis veces, pero estuve siete veces con todos los candidatos, salvo con el doctor Vázquez, que fue solo una vez, a la de las cámaras empresariales. Después estuvimos siete veces con todos los candidatos exponiendo sobre responsabilidad social empresarial, educación, economía, agro, de todo un poco…
EC – Pero esto era otra cosa, era debate mano a mano.
LLP – En ese sentido, llegada la instancia de que faltaban 14, 15 días para el fin de la campaña, yo entiendo que con el doctor Pedro Bordaberry, con el PC, a partir del domingo que viene –y quizás con algún otro partido también– vamos a tener que sentarnos a conversar, no solo para ganar el gobierno, sino para ingresar en un gobierno de convicción, que es un gobierno de construcción de mayorías. Y entendiendo y respetando la estrategia de Pedro Bordaberry, en mi opinión, después de haber estado siete veces –no es que yo me he borrado y me he escondido, todo el mundo sabe lo que pienso en todos los temas–, no me parece que tenga que buscar más diferencias. Al revés, me parece que tenemos que buscar más coincidencias.
EC – ¿Y aquella frase suya de Tacuarembó del mes pasado: «Siempre estoy dispuesto a debatir, no puedo cambiar de opinión, y si lo hago me llamás y me hacés acordar porque tengo que ser coherente», que se publicó en El Avisador de Tacuarembó?
LLP – He sido coherente, he estado siete veces intercambiando con todos los candidatos. Tú entenderás que yo con el PC y con su candidato, Pedro Bordaberry, a 14 días de la elección tengo que encontrar más coincidencias que diferencias. Entonces, así como respeto la estrategia de él para ver si crece en el electorado, la entiendo, la valoro, entenderán la mía, que va un poquito más allá, que es a partir del 26 de octubre de noche buscar coincidencias. No he rehuido estar en ningún lado, tú lo sabés. Sabés que el otro candidato, quizás el candidato del continuismo, ha rehuido estar en muchos lugares. Toda la opinión pública me ha puesto la lupa, no se debe de haber escrito más artículos ni se deben de haber dedicado más horas de radio y de televisión que sobre mi candidatura. Lo acepto, está bien, somos un bicho raro, con 41 años tratamos de gobernar ahora y de gobernar bien. Pero entiendo que se me tiene que respetar mi estrategia también. Y justamente va en consonancia con buscar coincidencias con el PC y con Pedro Bordaberry y no a 10 días buscar diferencias. Yo no puedo sacrificar un gobierno de entendimiento, un gobierno de convicción, para satisfacer las expectativas legítimas de otra persona.
EC – Para el cierre de campaña eligió Las Piedras.
LLP – Voy a estar a 40 metros de donde inicié mi vida política, en el Centro Comercial de Las Piedras.
EC – ¿Ese es el motivo?
LLP – Creo que uno nunca se debe olvidar de los orígenes, que uno nunca tiene que dejar de ser agradecido a quienes en aquel momento lo acompañaron. Éramos 14 y nos mirábamos sin entender muy bien qué empezaba, pero algunos ya soñábamos hacia dónde íbamos a llegar. Y me parece que esta etapa la tenemos que cerrar en la ciudad de Las Piedras como un reconocimiento a los que empezaron, pero sobre todo a los que vinieron.
EC – Esa decisión ya despertó reacciones. El intendente de Canelones, Marcos Carámbula, dijo a La República que usted «se opuso a cualquier cosa que representara un avance» para Canelones.
LLP – Es uno más que sacó número para pegar. Creo que hay mucho nerviosismo por la alternancia en el poder, mucho nerviosismo por soltar el poder. Es triste que el poder se pegue tanto que uno tenga que hacer cualquier cosa. Y el intendente de Canelones, que va a ser recordado por haber dejado el departamento en las condiciones en que lo va a dejar, de endeudamiento y de falta de obras, es uno más que ha sacado número para pegarnos. Está en todo su derecho, simplemente no ofende quien quiere sino quien puede.
EC – Efectivamente usted tiene diferencias serias con Carámbula, está claro.
LLP – Sí, sí, por supuesto. Me ha parecido un mal intendente del departamento de Canelones y un mal gestor de los recursos públicos. Te lo digo a ti como lo he dicho en todos lados, esto no es nuevo y me parece que lo tengo que decir tranquilamente, porque es lo que pienso. Entre otras cosas, hay negocios de la Intendencia de Canelones que nunca supo explicar.
EC – ¿A cuáles alude, por ejemplo?
LLP – Por ejemplo, al parque industrial que anda en la vuelta, cerca de donde yo vivo.
EC – ¿Qué es lo que falta explicar ahí?
LLP – Pregúntele al Tribunal de Cuentas qué dictámenes hay al respecto.
EC – Hablemos del Partido de la Concertación (PdelaC). Se sabe que ese lema va a llevar dos o tres candidatos: uno de ellos, colorado, Ney Castillo, pero falta definir quién será el candidato propuesto por el PN y, eventualmente, un tercero, independiente. ¿En qué momento se va a definir el candidato que el PN propondrá como su nombre para pelear por la Intendencia de Montevideo? Es cierto que en principio no hay urgencia, las elecciones departamentales son en mayo del año que viene. Pero había quienes especulaban que usted podía lanzar ese nombre en estos días, de modo de motivar a los votantes de la capital, que son muy importantes para cualquier definición electoral. ¿En qué está ese tema?
LLP – El otro día en Montevideo, ahí a espaldas del Obelisco, hablé del tema del PdelaC, que nadie había mencionado hasta el momento en la campaña. Quise simplemente dejar en la mente de la gente cuál es nuestra proyección, ya no solo a nivel nacional, de gobierno nacional para la capital, sino en la coincidencia con un futuro gobierno de la Concertación, si es que la gente lo entiende.
Con relación a las urgencias, allí, como en toda actividad de grupo, hay que saber coordinar los tiempos personales con las urgencias electorales. Desde mi punto de vista –esto lo he hablado con los interesados, y obviamente queda en reserva, pero tenemos conversaciones bastante periódicas al respecto– uno va tratando de ir cohesionando y buscando la persona y el momento.
EC – Su nombre es Sebastián Bauzá.
LLP – (Se ríe.) Casi, casi me prendo del anzuelo, pero no es momento de hablar del candidato todavía.
EC – Él mismo lo ha dicho.
LLP – ¿Quién?
EC – Él mismo lo ha dicho, en entrevistas de prensa.
LLP – ¿Sebastián ha dicho eso?
EC – Sí, y que quedó en contestar, que todavía no tiene una respuesta. Estaba meditando a propósito de lo complejo que es el desafío, más allá de que consideraba un honor que se le hubiera presentado esa opción.
LLP – No escuché esa entrevista a Sebastián. Simplemente, como he tratado de ser siempre en mi vida, muy cuidadoso del nombre de las personas, de su intimidad, de los directamente involucrados y también de aquellos que de alguna manera son involucrados colateralmente. Así que el día que vaya a hablar de esto será cuando haya hablado y decidido este tema dentro del partido, que va a ser quien tenga un candidato. Ahí ya excede a Luis Lacalle Pou simplemente.
EC – ¿O sea que queda para después de las elecciones nacionales esto?
LLP – (Se ríe.) Sí, antes del 26 seguro que no vamos a hablar de otra cosa.
EC – ¿Y Jorge Gandini? ¿Qué posibilidad tiene de ser de todos modos candidato?
LLP – Con Jorge Gandini he construido una muy buena relación, muy directa, muy franca. Este tema lo hemos hablado de forma personal y él no puede estar ajeno a ningún proceso que incluya recuperar el gobierno de Montevideo.
EC – Había una posibilidad: que Gandini fuera el tercer nombre.
LLP – Hasta ahí lo que yo voy a hablar de este tema.