Costa Rica: hombres se manifiestan reclamando “igualdad ante la mujer”

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«Papi está luchando por volver a verte, Faby, te amo», reza una inscripción en la camiseta que lleva Mauricio, un desesperado padre que hace cinco años está apartado de su hija, librando -según dice- una desigual batalla ante la justicia en Costa Rica.

Mauricio Sánchez es uno de los poco más de cien manifestantes que al grito de «igualdad» desfilaron este domingo en San José para pedir al gobierno una revisión de las leyes de familia que, a su juicio, discriminan a los hombres.

«Hay cuatro estudios psico-sociales que confirman que soy apto para ejercer la paternidad, pero los jueces solo escuchan a la madre», dijo a la AFP este técnico hospitalario de 34 años, quien asegura que cumple puntualmente con el pago de una pensión de manutención.

La camiseta tiene estampada la foto de una niña de unos cinco años a quien, se quejó el manifestante, «se le está violentando su derecho a tener una figura paterna».

«Basta de la violación a los derechos fundamentales del varón»; «el INAMU discrimina a los hombres y se financia con nuestros impuestos», “la violencia doméstica no es un asunto de género», señalan algunos de los carteles que portan los manifestantes.

La protesta, convocada por la Fundación Instituto de Apoyo al Hombre (Fundiapho), recorrió cerca de un kilómetro desde su sede en Guadalupe, en el sector norte, hasta la casa del presidente Luis Guillermo Solís, en barrio Escalante (este), a quien hicieron llegar un pliego de peticiones.

Un lamentable desequilibrio

Costa Rica ha desarrollado varias leyes destinadas a proteger a las mujeres y niños de la violencia doméstica y garantizar que los hombres se responsabilicen por la manutención de sus hijos.

Dichas leyes contemplan medidas cautelares para alejar a los agresores de sus casas e incluso prevén prisión para quienes no paguen las pensiones impuestas por los juzgados.

El año pasado, las autoridades recibieron 7.298 denuncias de agresión contra mujeres, de las cuales 15 desembocaron en «feminicidio». En 2012 el número de víctimas mortales había llegado a 40.

Pero muchos hombres se quejan ahora de que la balanza de la justicia se ha inclinado hacia un solo lado, provocando un nuevo desequilibrio.

Manuel Herrera, director administrativo de Fundiapho, dijo que la principal queja de los hombres es que en los juzgados no reciben un trato equitativo. «Ni siquiera reciben asesoría legal gratuita, algo con lo que sí cuentan las mujeres», señaló.

Herrera manifestó que urge una revisión exhaustiva de la aplicación de la Ley contra la violencia doméstica, «porque hay una gran cantidad de falsas denuncias hechas por las mujeres para expulsar a los hombres de sus casas, privarlos de sus bienes y separarlos cruelmente de sus hijos».

«Hace cinco años, cuando se fundó Fundiapho, recibíamos a lo sumo tres visitas diarias de hombres afectados por estas situaciones, hoy tenemos cinco abogados que atienden entre seis y siete casos por día», acotó Herrera.

Una ideología falaz

Ana Laura Solís, una abogada que se especializa en temas de familia, fue una de las decenas de mujeres que desfilaron este domingo.

«En este momento hay más de 300 hombres en La Reforma por no pagar la pensión alimentaria», declaró la litigante.

«De esos 300 hombres, los que pueden reunir el dinero pagan y salen; los que se quedan en prisión tres, cuatro, seis meses son los vendedores ambulantes, los cuidacarros, los que la pulsean y aun así no les alcanza para pagar los montos de las pensiones fijadas por los juzgados», cuenta.

Solís asegura que el avance de «las ideologías de género y el feminismo radical» empujan al país a una «especie de dictadura».

Mauricio Sánchez dice que hace 10 meses no ve a su hija, desde que la madre dejó de llevarla a la visita supervisada autorizada por un juez.

«Actualmente pago pensión mediante deducción de planilla. Los tribunales solo aceptan lo que ella dice, a sabiendas de que no es real», apunta con amargura.

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