Manuela Gamucio, directora del Observatorio de Medios chileno: «Estamos orientados claramente hacia una política de democratización de los medios»

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La viuda de Miguel Enriquez es directora del Observatorio de Medios chileno. Habló de ese y otros temas en un programa de Radio Madres.

Estoy aquí, a pesar de que en Chile no existe una defensoría, como en la Argentina. Somos un pequeño observatorio de medios. Nos parecemos mucho en propósitos y en la preocupación: estamos orientados claramente hacia una política de democratización de los medios. Nos preocupa el escaso pluralismo. Chile es el único país que tiene una situación tan pobre en diversidad de medios. En Argentina incluso existe prensa bastante popular, hay muchas expresiones.»

–¿Quiénes son los dueños de las noticias de Chile?

–En la prensa escrita hay una alta concentración que no existía antes del golpe cuando sí había mucha diversidad. Con el golpe se cerró todo aquello que no era partidario de la dictadura. Hay dos grandes grupos: COPESA dueño del diario La Tercera, y El Mercurio, dueño de ese diario y, de La Última Noticia, entre otros. Marcan la agenda. Sus editoriales y los entrevistados solo responden a los intereses de su mundo político, que es el mundo de la derecha chilena.

–La herencia pinochetista en términos culturales es muy fuerte.

–La televisión chilena había nacido con una vocación mixta, para que hubiera TV pública, universitaria, privada… Pinochet la privatizó cuando ya había perdido el plebiscito. Yo formé la comisión del primer gobierno democrático para discutir sobre qué íbamos a hacer: hubo un planteamiento al interior, de que era buena la privatización pero que había que regularla y porque además ya se había pagado por esos canales, y eso se ha ido deteriorando cada vez mas. Los propios canales universitarios que quedaban se vendieron a grupos empresariales. Al canal público, después de la dictadura para poder sobrevivir se le exigió que fuera auto-financiado con publicidad. Y cuando hace algo bueno, lo hace como si fuera un gran favor. Tiene directores conservadores.

–Acá se avanzó mucho con la Ley de Medios, que en algunas cosas es menos restrictiva que la de otros países, por ejemplo se permite que los dueños de multimedios audiovisuales también sean propietarios de diarios. En la legislación americana o francesa no. En Argentina tenemos un cable-operador que maneja la mayoría de las señales y a su vez son dueños del diario que marca agenda que es Clarín…

–No pudimos incorporar una medida de ese tipo. En Chile todavía persiste, una idea de que los medios de comunicación son sólo un negocio y que las obligaciones de los dueños de los medios son mínimas.

–Una mirada mercantilista…

–Difícil de cambiar. A pesar de que el consejo de TV que hace encuestas, demuestra una gran insatisfacción, si le preguntas a la gente, dice que «bueno, ellos son los que tienen los recursos» como si fuera un orden establecido que no se puede modificar…

–La gran victoria de la Ley de Medios argentina fue considerar a la comunicación como un derecho humano.

–Estamos a mil años luz de eso.

–Si el Estado no aparece para ayudar a ser plurales directamente, no hay ningún tipo de pluralismo…

–Si hay algo complejísimo de analizar es el pluralismo, porque efectivamente tu puedes llevar a un programa a mucha gente que piense diferente, pero ponerla en determinado tipo de formato hace inútil su participación y hasta irritante. Alguien que tiene una posición interesante, pero no se puede expresar, le tocan solo 5′.

–La defensora Cynthia Ottaviano siempre les pregunta a los programadores de los canales si ellos pueden ver la televisión que hacen junto a sus hijos y la respuesta en el 99% es que no.

–Estamos muy ocupados en tratar de cambiar el modo en la que se tratan las noticias policiales y judiciales. En Chile una persona que ni siquiera ha sido formalizada por la justicia es llevada a declarar de una manera indigna, debe cubrirse la cara de una manera ridícula y la gente dice que es bueno que se conozca la cara del malhechor. Yo digo que algún día puede ser su hijo el que esté ahí, tal vez siendo inocente…

–En Argentina, el 70% de las noticias de los canales son policiales. Lo que hacen es apelar al morbo…

–Y dar certificado de que la policías están operando. Pero si te das cuenta la delincuencia sigue y la gente está sometida igual a bastante peligro…

–Señalabas esta idea de que cuando alguien es detenido o está enfrentando determinado proceso, en la mayoría de los casos aparece en los medios como condenado.

–Y gente que no ha sido probada su culpabilidad y que después nadie limpia. Cuando un medio te ha hecho daño es imposible una reparación…

–Estas involucrada en política.

–Soy hija de un ex senador fundador de varios partidos políticos, nieta de dos abuelos que fueron echados de Chile por razones políticas…

–Hay una mirada que se corta el 11 de septiembre de 1973. Para la mayoría el discurso final de Allende, el bombardeo a La Moneda… como que ahí se nos acabó un Chile que percibíamos como muy cercano.

–Tiene mucho que ver también con los medios de comunicación, pasó en pos de una paz social… Por ejemplo yo trabajaba en la TV pero por razones políticas me echaban de los programas que hacía, que tenían bastante éxito. El primero que inventé cuando volvimos de la dictadura era para hacer entender que pensar distinto es posible, sin necesidad de matar al otro porque piensa de otra manera. Creamos una cosa que fue divertidísima, el «Show del Debate», que copié de un programa de Italia donde una pareja se peleaba a muerte. Hice el mismo ring y puse los temas que en Chile estaban prohibidos… Teníamos que buscar gente que no tuviera matices, con pensamientos completamente opuestos. El juego estaba en elegir bien a la persona. Tuvo mucho éxito, pero los pinochetistas de corazón, tenían que manifestar su pensamiento que no era popular, y había operado siempre de manera natural. Por ejemplo que alguien viniera al programa a decir: «Yo le pego a mi hijo porque dios me dio el mandato y tengo que corregir el árbol desviado…» Cuando me echaron hicimos un programa de economía que era sobre cuánto valían las cosas y planteamos cuanto valía La Moneda. Se decía que no tenia ningún valor porque como fue bombardeada el 11 de septiembre ya no es un monumento histórico, lo único que queda histórico es una chimenea… Me hicieron sacarlo, porque era reavivar esta triste historia. Chile tuvo que esperar 30 años para que por primera vez se diera un documental sobre el 11-9-73..

–¿Con su segundo mandato, Bachellet rompe con el consenso de la Concertación y va en búsqueda de un nuevo Chile?

–Su intención es ser mucho mas radical. Muchos analistas consideraban que si bien Marco no ganó la elección, su programa sí llego. La primera vez que Marco se enfrentó a la Concertación tuvo un 20%, muchísimo. Esta segunda vez dio la tónica para atreverse a ser candidato y surgieron nueve… Entusiasmó a jóvenes a ecologistas, etcétera. Bachellet es, como dicen en Chile, un tsunami, una cosa impresionante y es digno de análisis como es querida por los chilenos.

–¿La izquierda es posible hoy?

–Los chilenos, a la hora de votar usan el voto mucho más de acuerdo a quien les da confianza, a la empatía que a sus convicciones. Votaron por ella y efectivamente fue un triunfo de Marco. Pero todos luchaban por ser bastante radicales y rupturistas.

–Viene con la idea de que algo sucedió y que pueda un gobierno distinto al que hizo la otra vez.

–Está en un escenario mucho más complejo porque empezó la primera reforma, la tributaria, y vino un debate de quienes quieren volver «al país de los acuerdos». En el fondo se usaron los medios de comunicación que no cambiaron. O sea todos los gobierno de la Concertación no han tocado nada. Si tu tienes esta masacre comunicacional diciéndote el día entero que le vas a obligar a las grandes empresas a pagar más impuestos vas a amenazar las fuentes de trabajo y la gente obviamente elige no arriesgar… Está muy complicado y no se si va a resistir pero está llevando reformas importantes con gran dificultad. Ahora, hay una tercera interpretación de las cosas: se ve que están llevando adelante reformas importantes pero no lo hace bien, no las explican bien…

–¿Marco es periodista?

–No, él quería estudiar cine y yo se lo prohibí, jaja, porque como buena profesora de cine sabía que las escuelas no son muy interesantes. Estudió filosofía, pero se orientó cada vez más hacia la política… «

Una vida en la política y los medios

Manuela Gamucio es la ex esposa y compañera de militancia del médico Miguel Enríquez, fundador y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, asesinado en 1974 en un enfrentamiento. Ella se exilio con su hijo Marco en París, trabajó como productora de cine y TV, y formó pareja con Carlos Ominami, también ex MIR. Marco Enríquez Ominami fue diputado por el Partido Socialista y candidato presidencial en 2009 y 2013 por el P. Progresista (en ambas obtuvo la tercera minoría). Manuela es doctora en Sociología de la Comunicación de la Universidad de París. Es la directora del Observatorio de Medios / FUCATEL (Chile) y pasó por Buenos Aires cuando la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual organizó el Primer Congreso Latinoamericano de Defensorías de las Audiencias.

Tiempo Argentino

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