«Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia». Nuevo informe Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual advierte que América Latina y el Caribe reducen inequidad y aumentan el desarrollo humano, pero a un ritmo más lento

514

En comparación con otras regiones en desarrollo, América Latina y el Caribe tiene el índice más alto de desarrollo humano (IDH), una medida compuesta de la longevidad, el nivel de vida y la educación. Sin embargo, el progreso se ha ralentizado en esta y otras regiones en los últimos cinco años en comparación con el periodo 2000-2008, y las vulnerabilidades persistentes amenazan con revertir los logros alcanzados, de acuerdo con el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado hoy.

El informe, titulado «“Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia», destaca que a pesar de registrar la mayor caída en la desigualdad, la región sigue siendo la más desigual del mundo en términos de ingresos, mientras que la inseguridad ciudadana sigue siendo alarmante. Estos desafíos clave se deben abordar para mejorar la vida de las personas en la región, dice el informe del PNUD.

El informe muestra que la tasa de crecimiento anual promedio en el IDH de la región se redujo casi a la mitad en los últimos cinco años en comparación con el crecimiento entre 1990 y 2000. Esto fue una caída mayor que en todas las demás regiones, con excepción de los estados árabes.

El informe atribuye parte de la desaceleración del IDH a la crisis financiera y económica mundial. Para aumentar la resistencia y reducir la exposición de la región a futuros contagios financieros y a la volatilidad, el PNUD aboga por la creación de un Fondo Monetario Latinoamericano para complementar los fondos globales.

El informe también recomienda la prestación universal de servicios sociales básicos, políticas más fuertes de protección social y el pleno empleo como medios para promover y asegurar el avance en desarrollo humano y al mismo tiempo lograr la reducción de las vulnerabilidades, particularmente entre los grupos más desfavorecidos y entre quienes se encuentran en los períodos más sensibles de su ciclo de vida, como los niños, los ancianos y los jóvenes que ingresan al mercado laboral.

El informe revela que hay más de 45 millones de personas vulnerables en América Latina y el Caribe que, en caso de enfrentarse al impacto de una crisis financiera, natural o de otro tipo, se encuentran en riesgo de caer en pobreza multidimensional, es decir con carencias concurrentes en salud, educación y nivel de vida.

«Impulsar la capacidad de recuperación ahora es crucial para asegurar las ganancias logradas en la región», dijo Jessica Faieta, Subsecretaria General de las Naciones Unidas y Directora del PNUD para América Latina y el Caribe. «Esto es particularmente importante para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés), que son aún más vulnerables a desafíos que van desde la deuda externa y el desempleo, al cambio climático y el aumento del nivel del mar, lo que hace su camino hacia el desarrollo sostenible aún más complejo.»

Mientras que la desigualdad de ingresos ha aumentado en varias regiones, en América Latina y el Caribe ha disminuido en parte debido a la expansión de la educación y las transferencias públicas a los pobres, dice el informe. En la región también se ha ido cerrando la brecha en las desigualdades en salud.

«La desigualdad importa no sólo para los que están en el extremo más pobre […] sino para la sociedad en su conjunto, ya que amenaza la cohesión social y dificulta la movilidad social, lo que alimenta las tensiones sociales y pueden conducir a disturbios civiles y a la inestabilidad política», dice el informe.

«Los extremos de la desigualdad económica conducen inevitablemente a la desigualdad en política también – que resulta en gobiernos que son menos propensos a ofrecer sistemas de protección social que puedan salvaguardar a los más pobres cuando se presenta una crisis», dijo Khalid Malik, Director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD.

El informe hace hincapié en la inseguridad ciudadana como un desafío clave en la región, que registra las mayores tasas de homicidios de  jóvenes, especialmente entre los hombres, de alrededor de 70 por cada 100.000 habitantes. Y muchos, especialmente las mujeres, sienten que su seguridad personal está en riesgo, dice el informe.

Entre los grupos más vulnerables, el informe resalta que los pueblos indígenas están particularmente expuestos, ya que tienden a tener menor nivel de instrucción, acceso desigual a la tierra y a otros bienes productivos, y menos oportunidades.

Los trabajadores – en su mayoría informales, en zonas urbanas y con medios de vida precarios – también son altamente vulnerables, dice el informe, reiterando el llamado a la protección social universal: «En el largo plazo el acceso a más empleos decentes será fundamental para impulsar el desarrollo humano, la confianza social y la seguridad ciudadana. »

Este año, tres países de la región – Chile, Cuba y Argentina – se encuentran en el grupo de Desarrollo Humano muy alto, con la mayoría de los 33 países de la región agrupados entre los de desarrollo humano alto o medio. Sólo uno, Haití, permanece en el grupo de desarrollo humano bajo.

El IDH de este año refleja una importante revisión de los datos de población de las Naciones Unidas y factores de conversión de paridad de poder adquisitivo (PPA), que han impactado las cifras sobre la esperanza de vida de los países y su poder adquisitivo.

En su conjunto, América Latina y el Caribe supera a todas las regiones en desarrollo en todos los componentes del IDH a excepción de la media de años de escolaridad. La esperanza media de vida al nacer es de 74,9 años en la región (frente a 74,2 en 2010), es decir, más de cuatro años por encima de la media mundial, y su ingreso nacional bruto per cápita promedio es ligeramente superior al promedio mundial, con 12.926 dólares PPA en 2010, frente a 13,767 dólares PPA en 2013. El promedio de años de estudio (7.9) de la región se mantuvo inalterado entre 2010-2013.

Asimismo, la región ocupa el primer lugar entre las regiones en desarrollo en el nuevo Índice de Desarrollo de Género, según el cual el valor del IDH para las mujeres es ligeramente más bajo con respecto al IDH de los hombres (un equivalente al 96,3 % de este último). Sin embargo, Argentina, Barbados y Uruguay se encuentran entre los 16 países en el mundo en el que los valores del IDH para las mujeres son iguales o superiores a los de los hombres.

 

Informe completo: http://hdr.undp.org/2014-report/download

 

http://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/presscenter/pressreleases/2014/07/24/regi-n-de-am-rica-latina-y-el-caribe-reduce-inequidad-y-aumenta-el-desarrollo-humano-pero-a-un-ritmo-m-s-lento-/

Más notas sobre el tema