Los BRICS y el futuro latinoamericano – Periódico Los Tiempos, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Los países latinoamericanos tendrán que elegir entre aceptar un lugar subordinado bajo la hegemonía china o buscar sus propias fórmulas

La VI Reunión Cumbre de los países que integran el grupo Brics, (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), que tuvo lugar en días pasados en Brasil, ha sido calificada de manera unánime por quienes observan las tendencias económicas y políticas del mundo actual como un verdadero éxito. Es que a diferencia de muchas otras reuniones similares, que con frecuencia congregan a presidentes de los más diversos grupos de países a lo largo y ancho del planeta sin más resultados que grandilocuentes declaraciones de buenas intenciones, la cumbre de los Brics se plasmó en una serie de decisiones concretas, la más importante, pero no la única, fue la creación de sus propias instituciones financieras, comenzando por un Banco de Desarrollo y un Fondo de Reservas.

Ambas instituciones financieras nacerán con un vigor suficiente para incidir decisivamente en el escenario económico mundial.

Los países fundadores se han comprometido a hacer aportes de capital de 100.000 millones de dólares para cada una y eso, sumado al peso específico que ya tienen China e India, consolida las condiciones necesarias para que los organismos financieros internacionales creados después de la Segunda Guerra Mundial (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) tengan al frente una competencia suficientemente fuerte para poner en duda su hegemonía.

Si a ello se suma el notable éxito que el Brics tuvo al reunir a los presidentes de Unasur (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) además de Cuba, Costa Rica y México, los que fueron convocados para ser informados de las decisiones adoptadas, pero no incorporados, queda fuera de toda duda el enorme potencial no sólo económico sino político de este grupo de países.

La importancia de las decisiones adoptadas y la cantidad de mandatarios que participaron del encuentro se hace más notable aún si se contrasta con la absoluta y total irrelevancia con que suelen concluir reuniones similares. Baste recordar por ejemplo la reciente cumbre del G-77, en la que se hizo notoria la ausencia de los más importantes de sus miembros y que no dio más resultado que una muy confusa declaración final de poco efecto y menos utilidad.

Hay, sin embargo, en medio de todas las fortalezas que exhiben los Brics, muchos asuntos que permiten poner en duda la viabilidad de sus ambiciosos proyectos. Uno de ellos es que no será nada fácil compatibilizar los intereses a largo plazo de naciones como Brasil y todas las latinoamericanas, que de ningún modo están dispuestas a aceptar el papel que China e India pretenden asignarles en el nuevo escenario económico planetario. Lo que ambos países asiáticos buscan en esta parte del mundo no es más que una fuente segura de materias primas, y muy especialmente alimentos, y un mercado para sus exportaciones manufactureras, rol que ningún país latinoamericano está presto a aceptar.

Se teme, por eso, que llegado el momento de disponer de los fondos del Banco de Desarrollo de los Brics, lo que está previsto para 2016, los países latinoamericanos tengan que elegir entre aceptar pasivamente un lugar subordinado bajo la hegemonía china o buscar fórmulas propias de desarrollo. Un dilema en el que se juega gran parte del futuro de cada uno de nuestros países.

http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20140721/los-brics-y-el-futuro-latinoamericano_267327_586281.html

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