Juan Orlando Hernández, presidente hondureño: “Yo creo que buena parte de este fenómeno (la migración) tiene que ver con la falta de oportunidades en Centroamérica»
Honduras lanzó un llamado a Estados Unidos para que sea corresponsable en la crisis migratoria y colabore con los países expulsores de indocumentados.
Entrevistado por Grupo Imagen Multimedia, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, solicitó apoyo para miles de centroamericanos que viajan hacia la frontera norte.
“Quiero pedirle a quienes toman decisiones en Estados Unidos que piensen que su país en algún momento tuvo un crecimiento extraordinario por muchas personas que venían de diferentes partes del mundo.
“No es construyendo barreras como se va a detener esto, es atacando la raíz del problema y la raíz es el tema de inseguridad que, a su vez, genera falta de oportunidades”, explicó.
—¿De qué manera debería contribuir Estados Unidos?
—Honduras vive una emergencia desde hace una década a raíz de que EU y Colombia hicieron operaciones contra las drogas. Posteriormente lo hizo México. Con el esfuerzo que hace Honduras saldríamos más rápido.
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras pide más apoyo ante crisis migratoria
Para encarar la problemática se requiere una responsabilidad compartida, afirma el mandatario, quien también propone mejorar el control de las fronteras y trabajo conjunto.
México tiene que hacer más para exigirle a sus oficiales de policía y de migración que sean más conscientes en el trato humano a los hondureños, reclamó Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras.
El mandatario centroamericano relató que los migrantes de su país que atraviesan México con el sueño de llegar a Estados Unidos sufren abuso verbal y maltratos por parte de agentes mexicanos.
“Son personas que van con una gran ilusión, saben que se están arriesgando, pero en el momento en que son detenidos, moralmente se derrumban. Y aunado a eso está el maltrato físico, verbal. Son seres humanos en necesidad, pensando que su situación va a mejorar si llegan allá”, afirmó Juan Orlando Hernández.
Además, se pronunció porque Estados Unidos, país considerado como el mayor consumidor de drogas, se vuelva corresponsable del problema y colabore con naciones que como Honduras tienen una gran cantidad de migrantes y que son sólo zonas de paso hacia territorio estadunidense.
“Creo yo, con el respeto a la política, a las decisiones que otro país pueda tomar, que no es construyendo barreras como se va a detener esto, es atacando la raíz del problema, y la raíz del problema es el tema de inseguridad que, a su vez, genera falta de oportunidades,” sostuvo.
Hernández destacó también que Honduras está haciendo su parte, pero que requiere del apoyo internacional en un marco de corresponsabilidad.
El presidente hondureño habló además de la migración infantil y contó lo que la falta de oportunidades le está haciendo a las familias en su país.
—Señor Presidente, ¿cuál es su evaluación de la problemática migratoria?
—Bueno, es un problema muy complejo. Es una verdadera crisis humanitaria. Creo que todo ser humano conoce qué pasa con los migrantes centroamericanos, y aun los mexicanos, pero también qué pasa con los niños en este momento, de octubre para acá… ha sido en mayor volumen el movimiento de ellos hacia Estados Unidos.
“Es algo que impacta, es algo fuerte, por eso hemos venido trabajando en enfrentar esa situación, y Honduras está haciendo su parte. Obviamente tenemos una complejidad, como la raíz de este problema, pero estamos tratando de atacar cada uno de esos puntos, pero sin duda vamos a requerir del apoyo internacional, bajo el principio de lo que hemos llamado la corresponsabilidad compartida y diferenciada al mismo tiempo.
“Yo creo que buena parte de este fenómeno tiene que ver con la falta de oportunidades en Centroamérica, que a su vez tiene su origen en un clima de violencia, y que esta violencia, casi en un 85 por ciento, está relacionada con el tema del tráfico de drogas.
Nosotros no producimos droga, estamos nada más en el paso entre quienes la producen y quienes la consumen, y por eso para nosotros es importante un llamado a Estados Unidos, siempre lo hemos hecho en privado y en público, a compartir con nosotros esa responsabilidad para enfrentar este problema.
“Lo hablaba recientemente con el vicepresidente (de Estados Unidos, Joe) Biden. De igual forma, en su momento, lo conversamos con el presidente (de México, Enrique) Peña Nieto, con el canciller (mexicano José Antonio) Meade, y lo hemos hablado con nuestros compatriotas en lo interno, pero también a nivel de Centroamérica.
“Así que éste es un tema que creo yo que requiere un abordaje multinacional, porque al final son seres humanos.”
—El fenómeno de los niños se ha dicho que pudo haberlo generado la difusión aviesa de que se les iba a dar el estatus migratorio para poderse quedar en Estados Unidos, y también se ha dicho que es la violencia la que está expulsando a los niños. ¿Es una combinación de ambas o cuál sería la causa?
—Yo creo que es una combinación de ambas. Platicaba con mis colegas, (el presidente Salvador) Sánchez Cerén, de El Salvador, y también el presidente Otto Pérez, de Guatemala, porque hemos estado reunidos conversando sobre este tema y poniendo a nuestros técnicos a analizar el origen del problema, sin duda, como le decía anteriormente, que tiene que ver el tema de la violencia.
“Pero también en este debate que se dio en Estados Unidos sobre la reforma migratoria siento yo que mucha gente percibió que se abrían espacios. Y eso lo aprovecharon muchos de los delincuentes llamados coyotes para, como decimos popularmente en Honduras, endulzar el oído a muchos padres. Es muy natural que si están en Estados Unidos busquen que sus hijos estén con ellos. O para un niño, es muy natural el querer estar con su padre, con su madre. En este sentido, yo creo que es una combinación de ambos, como usted lo plantea.”
—¿De qué zonas de Honduras está saliendo la mayor parte de estos niños que estamos viendo?
—Bueno, nosotros hemos hecho un estudio a nivel de una fuerza de tarea que está dirigiendo mi esposa, que estuvo en la frontera allá en Estados Unidos, pero también parte del estudio a los niños y familias que están siendo retornadas de México, de Guatemala o de nuestra frontera entre México y Guatemala. Y buena parte, en el caso de los niños, son de centros urbanos, hijos de familias que su padre o su madre ya está en Estados Unidos, en su gran mayoría.
“Y obviamente centros urbanos que también tienen esa característica por zonas, de ser zonas donde en este momento todavía tenemos enfrentamientos entre Maras, entre bandas del crimen organizado y que estamos enfrentando, y muchos de ellos que han sido capturados buscan desde las cárceles continuar bajo el reclutamiento de menores, porque la condición de un menor en una actividad delictiva le da un estatus diferenciado.
“Desgraciadamente de manera perversa han querido utilizar a los niños, eso también contribuye al problema.”
—En Estados Unidos esto ya forma parte de un debate político rumbo a las elecciones intermedias de noviembre. Ahora mismo hay críticas muy severas en contra de la petición que ha hecho el presidente Obama de fondos adicionales, porque hay quien no está de acuerdo, como el Partido Republicano, de cómo se quieren usar estos fondos. Los republicanos o la mayoría de ellos preferirían que se hiciera para labor coercitiva en la frontera, impedir la entrada, y Obama lo ha pedido para ampliar el sistema de jueces de migración. ¿Usted cómo ve este debate, señor Presidente?
—Primero, mi formación política, mi formación personal, me obliga a pensar por mis convicciones que primero, y al final, como objetivo, siempre tiene que estar la dignidad de la persona humana, y en ese sentido quiero yo pedirle a quienes toman decisiones en Estados Unidos que piensen que su país en algún momento tuvo un crecimiento extraordinario por muchas personas que venían de diferentes partes del mundo, la gran mayoría de ellos son nacidos hijos de inmigrantes. Así fue que se fue robusteciendo Estados Unidos.
“Nuestros migrantes cuando llegan allá, llegan a trabajar, llegan a aportar, pero cuando hablamos de los niños, el sentimiento todavía es mayor, no estamos hablando de cualquier cosa, estamos hablando de seres humanos, estamos hablando de niños, del vínculo tan natural de estar cerca entre padres e hijos.
“Yo les quisiera pedir a ellos que se pongan en la condición, por segundos, de estos compatriotas nuestros que viven esta situación, y creo yo, con el respeto a la política, a las decisiones que otro país pueda tomar, que no es construyendo barreras como se va a detener esto, es atacando la raíz del problema, y la raíz del problema es el tema de inseguridad que a su vez genera falta de oportunidades.
“Nosotros en Honduras estamos haciendo nuestra parte y estamos dispuestos a seguir haciéndolo porque es nuestro compromiso, pero lo justo, lo digno en función no sólo de Estados Unidos, sino de la humanidad entera, es que Estados Unidos contribuya aquí, en la raíz del problema, y no tendrían inconvenientes allá. Aquí tenemos mucha gente en el campo que ahora está empezando a trabajar y a tener mejores condiciones. No quieren irse a otro lugar, y estoy seguro que muchos de los que están cuando ya miran que las zonas donde estamos ya generando un clima de paz y tranquilidad quieren regresarse porque añoran su tierra.
“Entonces, mi llamado es que no importa el orden ideológico que cada quien tenga, es primero pensar en la dignidad de la persona.”
—¿Contribuir de qué manera? ¿De qué manera debería contribuir Estados Unidos y ser corresponsable con la situación?
—Número uno: Honduras vive una emergencia desde hace una década, probablemente más. ¿A raíz de qué? A raíz de que Estados Unidos y Colombia hicieron operaciones importantes en la lucha contra las drogas. Posteriormente lo hizo México. Entonces, el fenómeno se concentró en la parte norte de Centroamérica, entre Guatemala, El Salvador y Honduras. Eso nos está generando a nosotros un serio problema que dispara esta migración.
“Si trabajáramos en conjunto en ello, como se trabajó con Colombia, como se trabajó con México, estoy seguro que con el esfuerzo que Honduras está haciendo, ya liberando ciertas zonas, estoy seguro que saldríamos mucho más rápido.
“El otro punto es que siempre Estados Unidos va estar cerca de Centroamérica, y como alguien lo decía en el congreso americano, prácticamente somos su tercera frontera.
“Si Honduras es un espacio, al igual que Centroamérica, de oportunidades, de crecimiento económico, de vivir en paz y tranquilidad, nadie emigraría para allá; si acaso alguien iría de visita, pero luego de regreso a su tierra; que yo creo que ahí tiene que aceptarse esa responsabilidad, porque para Estados Unidos, para ciertos funcionarios, el problema del consumo de drogas es un problema de salud, y cuánto cuesta rehabilitar a alguien o evitar que se convierta en adicto.
“Para nosotros aquí es perder la vida, que dos o tres generaciones de jóvenes se vayan a La Mara, que es el brazo armado del narcotráfico, entonces la dimensión del problema es muy diferente. Yo sólo aprovecho para pedirle a los mismos líderes estadunidenses que recuerden cuando en Los Ángeles el trasiego de drogas se combinó con la violencia, en Nueva York, en Miami. Ellos vivieron eso allá, bueno, ahora nosotros lo estamos viviendo. Entonces, lo justo, lo correcto, es que si Honduras y Centroamérica no producen drogas, nada más estamos en el paso, que van a quienes la consumen, el mayor mercado, Estados Unidos, es que nos ayuden a enfrentar ese problema.
“Honduras está haciendo un sacrificio muy importante de su Producto Interno Bruto (PIB) en cuanto a temas de seguridad y prevención, entonces yo creo que lo justo es un acompañamiento importante.
“Le diría yo a usted lo que le dije al vicepresidente (Joe) Biden en una plática que tuvimos hace poco. Le decía que es importante el esfuerzo que están haciendo en la frontera, en atender, pero en igual proporción o más, estoy seguro que seríamos más efectivos atacando la raíz del problema aquí. Ése es el punto.”
—¿Cuál es la perspectiva estadunidense, desde su punto de vista, sobre esa petición?
—La última conversación que tuve con el vicepresidente (Joe) Biden lo sentí muy receptivo y compartiendo que había que atacar la raíz del problema. También estoy por recibir a ciertos congresistas tanto demócratas como republicanos, este domingo (ayer) precisamente, y mi aspiración es poderles explicar y que puedan vivir la realidad hondureña y conocerla, y estoy seguro que no importa de qué partido sean van a llegar a la misma conclusión: que lo importante es atacar la raíz del problema.
—Señor Presidente, en el debate que se ha dado en América sobre el consumo y el trasiego de drogas hay posturas que se inclinan hacia la despenalización. ¿Usted, en lo personal, qué postura tiene para resolver el problema del narcotráfico a largo plazo?
—Mire, yo he sido del criterio que debe haber una lucha frontal, porque eso genera pérdida de vidas humanas, eso genera también pérdida de generaciones, de jóvenes, pero también cuando yo contrasto esta posición con las decisiones que están tomando ciertos estados de Estados Unidos con respecto, por ejemplo a la mariguana, entonces, ¿nos vamos a quedar unos en el mundo con una posición y otros con una posición de demanda legal?
“Yo creo que ese debate tenemos que iniciarlo y agotarlo, por la humanidad, no solamente por Honduras ni Estados Unidos, sino por toda la humanidad. En ese sentido, sigo creyendo que debemos de evitar que nuestros jóvenes, que nuestra población consuma drogas, pero también es importante pedirle a quienes piensan de igual forma que no sigamos separados, que nos sentemos en una mesa y que debatamos, pero que tomemos una decisión que sea uniforme, porque si no, imagínese usted qué va a pasar. Nosotros con todo el esfuerzo para detener esta situación, pero se va a estar generando una demanda clandestina que luego ya genera violencia, pero allá en ciertos estados va a ser normal, va a ser legal.”
—¿Ya tocó fondo la situación de violencia relacionada con el narcotráfico en Honduras?
—Yo creo que estamos en una situación mucho más difícil hace al gunos años, hace algunos meses.
“Nosotros tenemos muy mapeado el país donde más actividad ha existido y hemos ido retomando el control de ciertos sitios; obviamente existen represalias, pero yo estoy viendo ahora ya la mayor parte de los operadores de justicia que han entrado en esa dinámica positiva de esta lucha y he sentido también a las iglesias muy comprometidas, el Estado en general, pero también he encontrado mucho eco en sociedades civiles, ONG nacionales, internacionales, que nos están ayudando a trabajar en prevención.
“Poco a poco vamos rescatando espacios y dándole a la gente la libertad con la que nació para caminar y convivir sanamente, pero obviamente que hemos estado en una situación difícil, compleja, pero la estamos enfrentando, sería mucho más fácil y mucho más rápido si tuviéramos el concurso de quienes nos han generado este problema.”
—Hay distintos modelos de cooperación con Estados Unidos. México tiene uno, Colombia otro. En México influye mucho el nacionalismo mexicano, ¿cuál sería para Honduras la relación óptima de cooperación con Estados Unidos para combatir los efectos del narcotráfico?
—Yo he estudiado ambos casos y creo que ambos han tenido sus lecciones aprendidas. Estamos nosotros estudiando mucho y también nutriéndonos bastante de lo que fueron las buenas prácticas y siguen siendo las buenas prácticas en materia de prevención en México. Cómo la comunidad se organiza, la madre, los padres y en los parques para niños, para adultos, cómo esa sana convivencia reconstruye ese tejido. Y en la parte de la represión del delito hemos estado más de cerca de Colombia, pero creo que de ambos países hemos aprendido.
“Tristemente, ambos países, al igual que nosotros, hemos tenido que pagar con muchas vidas, y yo conversaba hace poco con alguien y le sacaba las estadísticas, y éste es el momento en la historia de Honduras, de Centroamérica, quizá de Mesoamérica, incluido México y Colombia, donde más vidas hemos perdido, y eso no es justo.
“Por tanto, Estados Unidos, Canadá, los países consumidores, tienen que ayudarnos a salir de este problema.”
—Volviendo al tema migratorio, son muchos hondureños los que salen de aquí, pasan por Guatemala, pasan por México, pues se topan con esas bandas, bandas que no sólo se dedican al narcotráfico, sino al secuestro, al tráfico de personas. ¿Cómo siente el papel de las autoridades mexicanas en el control de estos grupos?
—Creo que están en una buena disposición, pero creo que podemos ser más efectivos. Hablaba con el presidente Peña Nieto cuando vino a Honduras y le planteaba los requerimientos de Honduras para que nos den permiso de abrir nuevas oficinas consulares a lo largo de la ruta, pero también hace poco tuve la oportunidad de hablar con el canciller Meade, y nuestra canciller estuvo allá; llegábamos a la conclusión de que tienen que darnos la versatilidad de movernos, porque en aquel momento, hace tres o cuatro meses, una era la ruta, ahora es otra, y nosotros tenemos que ir acompañando a nuestra gente para prestarle los servicios.
“Y creo que México también tiene que hacer más en cuanto a exigirle a sus oficiales de policía, de migración, que sean más conscientes en el trato humano a nuestra gente.
“Ayer mi esposa recibió a un grupo de migrantes retornados y estuvo conversando con ellos largamente, y en la noche ella me decía que sentía mucho pesar por la inconformidad que generaba el maltrato de parte de oficiales mexicanos a nuestros compatriotas. Y yo aprovecho este programa suyo para pedirle al presidente Peña Nieto, a las autoridades, que nos ayuden.
“Nosotros aquí, cuando pasan personas que a veces las detenemos y son de Cuba, de Ecuador, son de otros lugares, tratamos de darles el mejor trato posible si al final lo que tenemos es que detenerlos y regresarlos, pero no es justo el maltrato, debemos evitar eso.
“Pero por otro lado también, ser más efectivos en el control, en conjunto de nuestras fronteras. Hace una semana yo decidí clausurar por completo la Dirección de Migración, crear un nuevo ente, que es el Instituto de Migración. Ya estamos en proceso de concurso con perfiles altos, académicos y de idoneidad para el reclutamiento de nuevos funcionarios, pero también hemos empezado a capturar muchos coyotes, a muchos funcionarios que estaban coludidos con ellos y me parece que eso debe ser general porque si no, no vamos a enfrentar un problema únicamente desde un abordaje local, cuando es transnacional y también, además, están relacionados los que están con el tráfico de drogas, están con la trata de personas, con el tráfico de niños, entonces tenemos que trabajar en conjunto todos.
“No me cabe la menor duda que lo que me afianzó el presidente Peña Nieto, cuando tocamos este tema, tiene la convicción de su parte de trabajar en conjunto, por esos están nuestras autoridades aquí.”
—En qué podría mejorar el trato de las autoridades migratorias mexicanas?
—Cuando van los buses el coyote le paga, en algunas ocasiones, al oficial que está inspeccionando el bus, pero también cuando se detiene hay un abuso en el tema verbal de cómo tratar a la persona.
“Son personas que van con una gran ilusión, saben que se están arriesgando, pero en el momento en que son detenidos moralmente se derrumban. Y aunado a eso está el maltrato físico, verbal, son seres humanos en necesidad, pensando que su situación va a mejorar si llegan allá. Yo diría que es estructural entre todos los países de Centroamérica que estamos viviendo esto, principalmente el cono norte de Centroamérica, México y Estados Unidos, una fuerza de tarea que nos permita poder tener certeza de que quien esté en una frontera, en un punto fronterizo o a lo largo del tránsito de la ruta, sean personas correctas y que además nos ayuden a desarticular las bandas.
“Porque imagínese usted un caso tan doloroso; una niña llegó prácticamente a la frontera con Estados Unidos, sus padres la estaban esperando, pero el coyote no le permitía llegar porque no había terminado de pagar 600 dólares, de probablemente siete mil. Y qué es lo que ocurre con estas niñas o niños, o los mandan a campos agrícolas o a las niñas las mandan a antros.
“Me comentaba la fiscal para la niñez que conformó esta fuerza de tarea que llegó a Estados Unidos y ha estado conversando con estas niñas; los coyotes les dan píldoras anticonceptivas a las niñas, y en más de un 50 por ciento ellas aducen que son abusadas en el camino.
“Entonces yo les digo a las autoridades que tienen que ver con todas estas decisiones, en Estados Unidos, en México, en Centroamérica, pongámonos a pensar qué haríamos nosotros si fuera una hija nuestra, aquí tenemos que unirnos todos para evitar que esas desgracias sigan ocurriendo.”
—¿Qué piensa del tema de las visas? ¿Serviría de algo que México otorgara visas a los hondureños que pretenden cruzar el territorio nacional para llegar a Estados Unidos?
—Yo creo que es un derecho que perfectamente podría afianzar más nuestra relación. Si nosotros pedimos una visa para poder identificar de qué persona estamos hablando, eso puede ayudar, pero también cuando usted facilita el tránsito usted une más a los países. Pero igual mientras siga la raíz del problema como está, creo que muy poco hace la diferencia.
—¿Está preparado Honduras para un regreso masivo de deportados?
—Yo no le puedo decir que estamos 100 por ciento preparados, pero la voluntad de recibir de la mejor manera a nuestros compatriotas, humildes, que se han ido engañados para allá, o con una gran esperanza, la voluntad la tenemos. La mitad de mi gabinete estuvo con mi esposa recibiendo personalmente a un grupo que ingresó y dejando delegados ya por cada secretaría de Estado a personas que toman decisiones, porque estamos analizando caso por caso para ver cómo les apoyamos, que lleguen hasta sus hogares de donde salieron, pero también queremos tener certeza que en el caso de un niño no pretendan mandarlo inmediatamente o de regreso otra vez, si no ver qué otras opciones le podemos dar, dentro de la escuela, ligada a la escuela, y a los adultos también oportunidades de empleo.
“Estamos trabajando con el sector privado en un programa que llamamos ‘Con chamba a vivir mejor’, y a quien se baja del bus y a quien entra al albergue le damos ese charla de orientación de las diferentes opciones que puede tener.
“Los créditos especiales que estamos dando en el campo para la parte agroalimentaria, para pequeños productores, también se los ponemos a su disposición. Le explicamos por qué es un enorme riesgo volverlo a intentar. Y estamos en una importante campaña también, explicando a todo el pueblo por qué no deben hacer eso, y todos los riesgos que conlleva. Así es que estamos trabajando.
“Tenemos toda la voluntad. Ahora, podríamos estar en mejores condiciones si contáramos con más recursos, pero también el sector privado, en alguna medida, ya se está uniendo a esta causa, sociedad civil también y las iglesias de igual forma.”
—¿Tiene usted información de que pudieran venir una cantidad más importante de retornados que en el pasado? Porque eso es lo que predice la prensa estadunidense.
—Tenemos dos universos: el universo de nuestros hermanos compatriotas que van en camino o en tránsito. Entonces México está siendo cada vez más severo, las restricciones de entrada entre Guatemala y México, y también nosotros en nuestra frontera.
“Éste es un grupo que va regresando en cantidades importantes.
“El segundo universo es quienes ya llegaron allá. Las familias, los grupos familiares. Las noticias que tengo es que los van a deportar inmediatamente. Es más, el lunes (hoy) creo que recibimos el primer avión. Nosotros ya estamos acondicionando una base aérea hondureña, que es Palmerola, para que puedan aterrizar con mayor facilidad allí, y ahí tenemos más condiciones, más amplitud.
—¿Cuántos regresarían el lunes?
—Probablemente entre 200 y 300 personas. Pero, como le digo, son familias, grupos familiares. Padres, madres, uno, dos, tres niños, o una madre con tres hijos o dos hijos, pero son personas que tienen una característica: no reportan tener parientes en Estados Unidos.
“Luego está el tema de los niños. Los niños tienen su derecho, al margen de una opinión política. Por eso nosotros hemos apelado al interés superior del niño, una vez que está en Estados Unidos. Al derecho del niño y de sus padres a reunificarse. Yo esperaría que las leyes de Estados Unidos tengan ese concepto jurídico y que los jueces y las oficinas administrativas respeten ese derecho.”
—Decía usted que desde el punto de vista migratorio, Honduras también está haciendo cosas. ¿Consistiría en además de tratar de disuadir para que no se vayan, en impedir físicamente la salida de niños?
—Tenemos toda una campaña de disuasión, tenemos también operaciones de intervención en policía de fronteras, en migración porque hemos descubierto que funcionarios han estado coludidos.
“En este momento ya se están judicializando casos contra estos funcionarios. Hemos encontrado contracoyotes, contra todas esas redes. Entonces el esfuerzo es fuerte y entiendo que ese disuasivo de atacar estas redes ya se empieza a sentir.
“Entonces estamos haciendo en diferentes áreas, desde el esfuerzo de disuadir desde la escuela a través de los maestros, a través de gente que va y pueda orientar a los niños, porque hay muchos casos de niños que crecieron y tienen 10 o 12 años y quizás solo el primer año vieron a su madre.
“Y me contaba mi esposa que le decía una niña: ‘Mire, yo sí quiero ir a conocer a mi mamá, pero después yo me quiero regresar porque crecí con mi abuela’. Imagine qué drama. ¿Qué va a sentir esa madre cuando le diga su propia hija que ‘yo me quiero regresar’? Que su sentimiento más cercano es con quién creció, que es su abuela, y así hay cantidades de casos. Por eso insisto que la solución a esto es un trabajo en conjunto, pero en la raíz del problema que son las causas que provocan esta situación.”
—Por último, señor Presidente, tanto en Honduras como en México y otros países expulsores de migrantes, el tema de las remesas es muy importante. ¿Teme Honduras que el proceso de deportación pudiera significar una caída en las remesas?
—Bueno, obviamente que ésa es una consecuencia que sería muy negativa para Honduras. De hecho, la cantidad de deportados durante esta administración ha sido sin precedentes. Al inicio, o diría yo hace tres o cuatro años, que la situación económica estaba compleja en Estados Unidos, y también sentíamos aquí. Buena parte del soporte de nuestra economía está en las remesas.
“Por eso yo insisto, nuestros compatriotas no van pedir de regalado, van a trabajar. Si algo tiene el pueblo hondureño es que es un pueblo trabajador y al llegar a trabajar vamos a devengar, quienes van de mis compatriotas, van a devengar, a ganarse con el sudor de su frente, con jornadas de más de ocho,10, 12, 13 horas diarias, a ganarse el dinero y van a contribuir a la economía de Estados Unidos, y obviamente contribuyen a la economía nuestra.
“Mi aspiración es que tengamos esas oportunidades aquí, para eso estamos trabajando, pero va a pasar un tiempo mientras eso ocurre.”
En estado de crisis
Estados Unidos han detenido entre octubre de 2013 y junio pasado a más de 52 mil menores no acompañados entrando de manera ilegal.
La mayoría de esos menores, provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala.
La semana pasada el presidente estadunidense Barack Obama solicitó al Congreso de su país tres mil 700 millones de dólares en fondos especiales para atender la oleada de inmigrantes clandestinos, especialmente de niños centroamericanos.
Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos dijeron que el monto, superior a lo que la Casa Blanca había anunciado que pediría una semana antes“refleja la exhaustiva estrategia del gobierno para resolver esta situación de una manera agresiva y efectiva”.
El dinero estaría destinado a varias agencias del gobierno y financiaría el aumento de jueces de inmigración, funcionarios de asilo y agentes fronterizos, instalaciones de detención y la aceleración de deportaciones, señalaron los funcionarios.
Parte de los recursos se usarían además en una campaña para informar en Centroamérica sobre los peligros del viaje hacia Estados Unidos, especialmente para los menores, y en iniciativas para impulsar mejoras en seguridad y economía en los países de la región.
“Estamos tomando un enfoque agresivo desde ambos lados de la frontera”, dijo uno de los funcionarios, que habló en condición de anonimato.
La cifra de menores que han sido detenidos en la frontera estadunidense ha provocado una crisis política y humanitaria que el gobierno de Obama intenta gestionar, pese al rechazo de la oposición republicana.
El secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, que visitó Guatemala para tratar el tema de la crisis, reiteró que el gobierno estadunidense pondrá freno a la entrada de menores, al tiempo que agilizará las deportaciones.
En la reunión con Jeh Johnson y funcionarios de Guatemala también participó por México el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Las autoridades mexicanas trabajan “para detener a todos estos integrantes del crimen organizado. Me refiero a los polleros”, dijo.
No sólo serán perseguidos y sometidos los traficantes de personas, sino también aquellos “que en el tránsito agreden, abusan y lastiman (a los migrantes)”, garantizó.
Expone a congresistas “enfoque integral”
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, se reunió ayer con una delegación de siete congresistas de Estados Unidos para hablar sobre las causas estructurales que provocan la migración infantil.
La Casa Presidencial indicó en un comunicado que Hernández señaló que la violencia, la delincuencia y la falta de información sobre el proceso legal de la reforma migratoria en Estados Unidos son algunas de las razones por las cuales los menores centroamericanos deciden emigrar ilegalmente a ese país.
La misión, encabezada por la congresista republicana de Texas, Kay Granger, presidenta del Comité de Apropiaciones y del Subcomité de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados, llegó ayer a Honduras luego de reunirse el sábado con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.
Hernández dijo que su gobierno aborda la crisis humanitaria por el problema de los niños migrantes “con un enfoque integral” y, por ello, creó recientemente la Fuerza de Tarea del Niño Migrante.
Además pidió a los países de origen, tránsito y destino de los migrantes que “asuman esfuerzos compartidos en su lucha contra la inseguridad que origina el fenómeno”.
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