Gabriel Boric, diputado y expresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile: “El acuerdo por la Reforma Tributaria es un profundo atentado a la democracia”

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El diputado de la Izquierda Autónoma plantea que no hay mucha diferencia entre el acuerdo al que arribó el oficialismo con la oposición en el Senado, con lo que hacía la Concertación en los años 90. Dice que se daña a la democracia y que “el gobierno y la Nueva Mayoría prefirieron negociar en la casa de un amigo en Las Condes que derechamente en el Parlamento de manera pública”. Advierte que, frente a la reforma educacional, el gobierno de Michelle Bachelet deberá optar entre llegar a un acuerdo con los empresarios o con el movimiento social, y señala que no existe la llamada “bancada estudiantil”.

Gabriel Boric dice que no tiene ningún tipo de compromiso con el gobierno. Que su lealtad está con el movimiento social y que, frente a los llamados de diferentes dirigentes políticos a replicar en la reforma educacional el acuerdo al que llegó la Nueva Mayoría con la oposición en el Senado, la salida es impulsar la movilización. El parlamentario asegura que aún existe margen para que el Ejecutivo busque arribar a un acuerdo con el movimiento estudiantil y no con quienes pretenden mantener el statu quo en materia educativa.

En conversación con El Mostrador, llama a sus pares de la coalición oficialista a “tener un poco de valoración por sus cargos”, ya que dice que estos se vieron pasados a llevar con la firma en el Senado de un acuerdo transversal por la Reforma Tributaria. Boric manifiesta que buscará lograr convergencias políticas con sus pares para no ser una voz en el desierto; por tal razón, mantiene conversaciones constantes con Giorgio Jackson y Camila Vallejo frente a los temas coyunturales.

-Me imagino que no está contento con el acuerdo al que arribó el gobierno con la derecha por la Reforma Tributaria…
-No. Hay dos dimensiones para evaluar ese acuerdo, y las dos son igualmente relevantes. Una de fondo y otra de forma. Respecto al fondo, me gustaría primero hacer una aclaración, porque desde nuestro punto de vista la Reforma Tributaria que presentó el gobierno en un inicio ya era insuficiente. Porque si acá lo que se buscaba era recaudar más recursos, no se explica por qué motivo no se tocó a las grandes empresas mineras mediante el aumento del royalty, porque esas empresas se están llevando el cobre, que es nuestro principal recurso –y que no es renovable–, y se lo están llevando a un precio absurdo en términos comparados. Y, además, porque si el segundo objetivo declarado de la reforma era mejorar la equidad, tampoco se entiende que no hayan tocado o modificado el IVA, que, como todo el mundo sabe, es un impuesto de carácter regresivo y es el que más recauda en nuestro país. Que sea regresivo significa que los pobres son los que más lo pagan. Yo ya estaba disconforme con el proyecto original, al que no se le pudo hacer modificaciones en la Cámara de Diputados porque se lo discutió muy velozmente, y ahora con el acuerdo en el Senado se desnaturaliza incluso lo que había presentado la Nueva Mayoría, que ya era insuficiente. En particular, abre nuevos espacios de elusión y, mediante la creación de una suerte de FUT 2.0, va a terminar beneficiando a los grandes empresarios.

-A su juicio, ¿por qué no se tocó a las grandes mineras?
-El gobierno no tiene una voluntad de transformar estructuralmente las bases de la economía chilena. Somos un país primario exportador y acá, según mi punto de vista, lo que se necesita es una industrialización, y para eso se requieren recursos. Hoy el principal recurso es el cobre, y el gobierno me imagino que no se querrá meter con las grandes mineras. Sé que hay temas de legalidad y constitucionalidad, pero eso se enfrenta debatiendo, y acá lo que se hizo fue cerrar la puerta al debate respecto al cobre. Me parece que eso, en el marco de una Reforma Tributaria grande, como siempre se dijo, debió haber sido discutido.

-Sobre la forma… ¿cuáles son las implicancias del acuerdo en el Senado?, porque ha habido un festival de interpretaciones diciendo que volvió la política de los acuerdos…
-Me parece que es un error demonizar la idea de los acuerdos, si la política finalmente es ponerse de acuerdo entre gente que piensa diferente. La pregunta es entre quiénes se realizan esos acuerdos, y la principal característica de la transición chilena a la democracia fue que esos acuerdos se realizaron entre una pequeña elite –que es muy endogámica–, y donde primaban los poderes fácticos y los intereses de los más poderosos, los que tienen más plata en este país. Y con este acuerdo tributario eso se replica. Porque finalmente el gobierno y la Nueva Mayoría prefirieron negociar en la casa de un amigo en Las Condes –de Juan Andrés Fontaine, ex ministro de Sebastián Piñera– que derechamente en el Parlamento de manera pública, para que todos pudiéramos conocer los argumentos que se estaban exponiendo. Lo que nos presentaron a toda la sociedad es un acuerdo firmado y a mí me gustaría saber cuáles fueron los argumentos que llevaron a ese tipo de acuerdo, con el que yo, tanto en forma como en fondo, discrepo. Me parece que esto es un profundo atentado a la democracia, y que no se puede minusvalorar. Acá tenemos una democracia muy deslegitimada, muy dominada por grupos fácticos y, en esta pasada, claramente los empresarios fueron los grandes ganadores. Para ese tipo de política no estoy disponible. Además, la democracia ya está lo suficientemente desprestigiada, y no estoy dispuesto a seguir pegándole, es cosa de ver por qué la mayoría de la gente no participa de sus procesos.

-¿Cuál cree usted que es la diferencia entre este acuerdo con los que se lograron en los anteriores gobiernos de la Concertación? ¿Hay una diferencia? Muchos hablan de que estamos en un nuevo ciclo político.
-No, no, no. Lo señalé hace tiempo. Me parece que en esto de nuevo ciclo hay mucho de bravuconería, pero cuando los empresarios levantan la voz se termina actuando en consecuencia, y eso me parece muy impresentable, porque finalmente el poder que tienen los empresarios es tremendo. Acá los empresarios dijeron que no iba a haber inversión, que iba a haber desaceleración y que iba a aumentar el desempleo, y ellos lo dicen pero son, además, los que lo hacen. O sea, si hay desaceleración o más desempleo es porque ellos mismos dejan de invertir. Entonces, tienen una suerte de posición negociadora que es impresentable para una democracia. Un gobierno no debiera someterse a eso y creo que con este acuerdo el gobierno se somete a esa lógica. Y no se entiende que el ministro Arenas haya defendido de manera tan categórica la reforma en la Cámara de Diputados. O sea, ¿por qué se dieron esa voltereta tan grande? No hay mucha diferencia con lo que ocurría en los 90. Lo que pasa es que ahora se hace más evidente y causa más indignación, porque hay otros actores en el Parlamento que no respondemos a estas lógicas.

EL BRAZO DEL ACUERDO TRIBUTARIO
-El senador Andrés Allamand, primero, y luego voces en la DC, salieron a pedirle al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, que repita este consenso en la reforma educacional. ¿Cree que la cosa va para allá?
-Esto sienta un precedente tremendamente peligroso para lo que va a ser la tramitación de la reforma educacional. Me pregunto para qué cresta sirve el Parlamento. O sea, si esta cuestión la van a terminar negociando en las casas de los amigos, de espaldas a quienes nos hemos movilizado por reformas estructurales, la verdad es que el Parlamento al final es un adorno. De hecho, en el debate por la Reforma Tributaria la Cámara de Diputados fue un adorno, y más allá que el acuerdo se firmó en el Senado, este se logró en la casa de Fontaine. ¿Dónde se va a llegar a acuerdo por la reforma educacional? ¿Se va a hacer con los movimientos sociales, con el estudiantil, o se va a hacer con un grupo de empresarios preocupado de no perder sus privilegios? Creo que esa es una decisión fundamental que tiene que tomar el gobierno. Y mi postura es que, ante estas amenazas, lo que hay que hacer es movilizarse. La historia ha demostrado que sin movilización y sin organización no hay grandes avances, y mi rol en el Parlamento es perfectamente compatible con apuntar a la movilización para conseguir la reforma que todos esperamos ver. Yo quiero que se consiga una buena reforma, que se termine el lucro, que se termine la selección y el copago, pero que también se fortalezca la educación pública y eso, en los proyectos del gobierno, no lo veo.

-Ya hay señales. El ministro Eyzaguirre ha dicho que la reforma va a tener que ser más gradual de lo que él pensaba, que no está dispuesto a comprar colegios y que se va a ir por el “ancho camino del medio”. ¿El ministro ha ido suavizando la reforma a medida que avanza el tiempo?
-Creo que dentro de la Nueva Mayoría siempre hubo muchas indefiniciones y que lo que está pasando es que esas indefiniciones van tendiendo a aclararse. Ahora, yo creo que el gobierno aún está a tiempo de enmendar el rumbo y llegar a acuerdos con los movimientos sociales, que son los que han hecho posible este debate. Si el movimiento por la educación durante cerca de tres años tuvo el apoyo de cerca del 70% de la ciudadanía, durante mucho tiempo ha tenido una gran capacidad de convocatoria. Han planteado propuestas desde diferentes frentes, tanto en materia tributaria, como educacional, de financiamiento, institucionalidad… entonces, yo me pregunto por qué el acuerdo, en vez de llegarse a él con un grupito de senadores a puertas cerradas, o con un grupito de empresarios, no se llega con el movimiento social, y esa es la postura que hay que defender ahora.

-¿Cómo ve el rol que están jugando el PC y Revolución Democrática en la reforma educacional? Son fuerzas que están dentro del Mineduc, que también tienen representantes en el Congreso y en el movimiento social.
-Más allá de que podamos tener tesis diferentes sobre el carácter del gobierno, creo que tanto al PC, como RD, o a nosotros como Izquierda Autónoma, nos interesa que la reforma educacional vea la luz y que tengamos una reforma que este en función de lo que ha planteado el movimiento social. Yo al menos me voy a mantener en esa línea y mis compromisos son claros: con el movimiento social y no con el gobierno, con la reforma educacional y no con un grupo de senadores o algún poder fáctico. No me cabe ninguna duda que en Revolución Democrática o en el PC, su compromiso también está allí. Y, por lo tanto, espero que eso se demuestre durante la tramitación de las diferentes reformas.

-¿Y el rol del movimiento estudiantil? Se lo pregunto porque la semana pasada Giorgio Jackson dijo que, en el caso de la solicitud de retiro de los proyectos de ley, el movimiento estudiantil terminaba coincidiendo con la UDI.
-Los movimientos sociales siempre son de ciclos largos. Me parece que es sumamente inapropiado hacer evaluaciones tan cortoplacistas. Creo que el movimiento estudiantil sigue teniendo una gran capacidad de convocatoria, manteniendo en alto las banderas que le hicieron sentido a gran parte del país y, por tanto, yo voy a seguir apoyando al movimiento estudiantil, mientras este movimiento siga con las mismas demandas de los últimos años. Creo que el movimiento social ha madurado exponencialmente, que todos lo hemos ido construyendo, y que hoy el movimiento estudiantil en particular está totalmente en condiciones de presentar un acuerdo para que el gobierno se incline por hacer una reforma con ellos y no con los empresarios.

-¿Cómo se resuelve la tensión que puede existir en el movimiento social? Porque muchos de los que lo formaron el 2011 hoy están en el gobierno, y las fuerzas políticas que operan dentro pueden tener objetivos distintos.
-Es importante respetar la autonomía del movimiento social y entender que no hay dos vías que sean contradictorias. La institucional y la de la movilización. Creo que una es condición de la otra, sin movilización no va a haber reforma, y esta no se va a lograr por una delegación del poder transformador que tiene el movimiento estudiantil a los cuadros técnicos del gobierno. El movimiento tiene que ser activo partícipe de la reforma y no me cabe ninguna duda que todos los dirigentes están en la parada de que la reforma vea la luz. No me imagino otra posición.

-Ahora la tramitación de la Reforma Tributaria vuelve a la Cámara y se van a empezar a ver más a fondo los proyectos de la reforma educacional, ¿cómo se va a mover en esa discusión, entendiendo que es el único diputado de Izquierda Autónoma?
-Represento a una región, que es la de Magallanes, y mi prioridad ha estado en deliberar en conjunto con los actores constituidos en Magallanes. Para la tramitación del sueldo mínimo, por ejemplo, la cotejamos con lo que estaban planteando los sindicatos de la región y con la CUT regional, lo mismo para la tramitación del Multirut, y ahora vamos a seguir haciendo lo mismo.

-Pero, en términos políticos, su esfuerzo de deliberarlo con las organizaciones sociales puede ser aislado y terminar siendo una voz en el desierto…
-Desde ya he estado conversando con diferentes diputados planteándoles mi posición sobre el asunto, y espero que los diputados de la Nueva Mayoría no acepten este atentado a la democracia y que en la Cámara de Diputados salgamos en defensa de lo público, defensa de los espacios de deliberación pública, y eso creo que tiene que ser transversal, independiente de la democracia o de la militancia que tengan. Porque acá todos quedaron bypaseados, y me imagino que los diputados de la Nueva Mayoría tienen que tener un poco de valoración por su cargo.

-¿Sigue en pie la llamada bancada estudiantil?
-Nunca ha habido una bancada estudiantil, porque ninguno de nosotros es estudiante y hoy tenemos incidencia en temas que van mucho más allá de lo educacional, y además la Carol y la Camila son parte, legítimamente, de un gobierno del cual yo no me siento parte, entonces espero que las alianzas vayan en función de convergencias políticas más que de coincidencias etáreas. Ahora, con la Camila y con Giorgio seguimos teniendo un diálogo permanente y hemos conversado este tema de la Reforma Tributaria, y el PC también ha planteado una posición en eso y espero que esa posición se refleje en el voto en la Cámara.

http://www.elmostrador.cl/pais/2014/07/14/el-acuerdo-por-la-reforma-tributaria-es-un-profundo-atentado-a-la-democracia/

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