Heraldo Muñoz, canciller chileno: “Seguiremos con Alianza del Pacífico, en la medida en que no se transforme en bloque político e ideológico excluyente”
Desde la campaña presidencial del año pasado que el bacheletismo expresó una posición crítica ante el manejo de la Cancillería de Sebastián Piñera. Uno de esos cuestionamientos apuntaba a una definición estratégica: privilegiar la relación con la Alianza del Pacífico, foro que reúne a países de la costa oeste del continente que promueven crear un área de libre comercio, por sobre el vínculo con los gobiernos del ala izquierda, de la costa del Atlántico, como Brasil y Argentina.
En ese cuadro, tras asumir, el canciller Heraldo Muñoz realizó inmediatas gestiones para descongelar la relación con Dilma Rousseff y relanzar los nexos con Cristina Fernández. Aunque con una prevención: Chile impulsará una «convergencia en la diversidad», manteniendo un equilibrio entre ambos bloques.
En esa línea, de manera inédita, Muñoz invitó a los cancilleres de Brasil y Argentina, Luiz Alberto Figueiredo y Héctor Timerman, a la reunión del Consejo Consultivo Empresarial de Apec, cita previa a la cumbre de líderes de las economías de la cuenca del Pacífico que se realizará en octubre en China.
-¿Cuál es la señal al invitar a sus pares de Brasil y Argentina a un foro de empresarios de economías de la cuenca del Pacífico?
-La señal responde al planteamiento programático del gobierno en el sentido de ser un «país puente», un «país puerto». Si tenemos la intención de serlo, tenemos que ser puerto para alguien y no sólo para nosotros mismos. Por lo tanto, la idea es atraer a los países del Atlántico para que saquen sus productos y miren hacia el Pacífico y nos ayuden a concretar esta idea de Chile «país puerto». Eso es uno. Lo segundo es que creemos que una región dividida no le ayuda a Chile ni a la región. Cada vez más a nivel mundial están negociando las regiones y uno ve los bloques de países que hacen sus planteamientos económicos especiales. Y una región dividida entre el Atlántico y el Pacífico no le favorece a Chile. La labor nuestra va a ser mucho más potente en la medida en que estemos coordinados con los países del Pacífico, y queremos estarlo, sin lugar a dudas, pero también estar en sintonía con aliados tradicionales como Brasil y Argentina, por nombrar sólo dos. Ese es el propósito, tener una convergencia en la diversidad. Hay diferencias en las perspectivas de cada país en cómo avanzan al desarrollo y hay que respetarlas, pero eso no significa que no podamos hacer los esfuerzos por la mayor convergencia posible.
-Algunos han mencionado que Brasil confía en que Chile se volcó al Atlántico y que va a frenar el avance de la Alianza del Pacífico…
-Esa sería una ingenuidad, porque lo que queremos es tener con Brasil las mejores relaciones, pero lo hemos dicho, con las velocidades diferenciadas, como ha sido el caso de Europa. Es decir, los países que estén disponibles para avanzar más rápido, por ejemplo los de la Alianza del Pacífico, en materia de liberalización comercial, perfectamente pueden hacerlo y deben hacerlo. Pero eso no significa que vamos a perder de vista una arquitectura regional de convergencia. Es decir, podemos avanzar más rápido en materia comercial, pero eso no quita que hagamos esfuerzos con el Mercosur -Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela- para avanzar en movilidad de personas, integración física, facilitación de turismo, cooperación en medidas sanitarias, en intercambio estudiantil o cooperación científico-técnica. Nosotros somos miembros asociados de Mercosur. Hoy, en términos comerciales o de regulaciones, evidentemente que sería muy difícil concebir una convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, pero tenemos que hacer el esfuerzo de avanzar en lo que es factible. Y ese es el planteamiento de Chile: reconoce las realidades como son.
-¿La idea de invitar a los cancilleres de Brasil y Argentina apuntó entonces a dejar atrás el diagnóstico de que Chile estaba demasiado inclinado a favor de la Alianza del Pacífico?
-Es más bien de favorecer una convergencia, un diálogo, entre los países del Atlántico y del Pacífico, porque eso conviene a Chile. Tenemos un mercado muy importante en Mercosur, hay más de US$ 24 mil millones invertidos en Brasil. Cómo no nos va a importar acercarnos más a Brasil, a un país limítrofe como Argentina. Entonces, la idea no es que vamos a optar por un lado o por el otro, vamos a seguir avanzando con la Alianza del Pacífico, no tenemos duda, en la medida en que no se transforme en un bloque político-ideológico excluyente de otros mecanismos de integración, en algunos de los que participamos, como es Mercosur.
-¿O sea, habrá un planteamiento de Chile para que Brasil y Argentina abran un diálogo con Alianza del Pacífico?
-Esta es una primera instancia de diálogo, pero hay que avanzar en esto de manera gradual, buscando la complementariedad y eso es lo que Chile va a proponer. Hasta ahora ha habido buenas reacciones de algunos países de la Alianza y también en Brasil, Argentina. Entonces, hay que hacerlo de manera gradual. En las reuniones que tengamos de aquí por delante de la Alianza vamos a poner este tema, porque la Alianza -por lo demás- se planteó abierta y no excluyente. De modo que vamos a recordar ese planteamiento fundamental para que podamos explorar estas posibilidades. No se trata de hacer lo imposible ni de poner un freno al avance de la Alianza, sino que buscar las complementariedades que nos favorezcan a todos.
-Hay una cumbre de presidentes en junio, en México, de Alianza del Pacífico. ¿Será la oportunidad para plantear este tema?
-Claro. Hay una cumbre en junio, ahí puede ser una oportunidad. No hay una decisión todavía por parte de la Presidenta Michelle Bachelet de si va a participar, oportunamente ella tendrá que decidir. Pero hay una reunión ministerial (de Alianza) a fin de mes en México, yo tengo intención de ir a esa reunión, así que habrá que ver de qué manera participamos, pero nuestra intención es hacerlo de la manera más proactiva.