Cartes y el Mercosur – Por Víctor Báez

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El nuevo gobierno plantea un reacomodo en el Mercosur. Sin embargo, no sería extraño que el debilitamiento del Mercosur sea un objetivo de la política exterior norteamericana y que Cartes entre en esa lógica.

Los periódicos brasileños dicen que Cartes esperará hasta el año que viene, cuando Venezuela pase la presidencia del bloque a Argentina, para reintegrar al Paraguay al Mercosur. Esto le permitirá aquietar las aguas en el frente interno con los empresarios por lo menos por un tiempo, con la prensa y con los sectores políticos más conservadores. Al final de cuentas, ya logró su objetivo de conformar su bloque parlamentario conservador, sin mucho ruido sobre el tema venezolano.

Pero las disyuntivas externas no van a dar tregua. Por ejemplo, estaría proyectada una visita de HC a Sao Paulo, donde se reunirá con la FIESP (Federación de Industrias de Sao Paulo) que nuclea al empresariado más poderoso del Brasil y que presionó fuertemente al Congreso brasileño para que Venezuela entrara al Mercosur. Incluso, en la época, José Sarney, quien era presidente del Congreso, se vio obligado a cambiar de posición para aceptar el ingreso venezolano al proyecto de integración.

Dentro de la FIESP y del empresariado brasileño en general, el sector de la construcción es preponderante. Por ello, no tengamos dudas de que, muy a pesar de las protestas de la derecha en Paraguay, los empresarios brasileños, especialmente los de la construcción, también van a acoger con mucha alegría las solicitudes de ingreso de Ecuador y de Bolivia -y van a presionar a favor de que ello ocurra- por el simple hecho de que se darán mayores oportunidades de negocios para ellos.

Puede ser también que el nuevo presidente, que juega sin dudas en el tablero capitalista, quiera desempeñar en su gobierno el papel de alfil. Podría estar pensando en salir del Mercosur, aliarse definitivamente al libre comercio con el Trans Pacific Partnership -TPP (Acuerdo Trans Pacífico, por sus siglas en inglés) y convertir al país en plataforma de exportación de eventuales productos que las empresas brasileñas produzcan en Paraguay o exporten a través de nuestro país, además de aumentar las exportaciones de productos primarios, para satisfacer las necesidades chinas. En este juego están Canadá, Estados Unidos, México, Colombia y Chile, junto a los asiáticos.

Las dos alternativas reflejan el embate político, económico e ideológico que se da en América del Sur entre los Estados Unidos, principal potencia mundial, China con su creciente presencia y el Mercosur que aspira a alcanzar crecimiento económico acompañado de desarrollo social.

No es secreto para nadie que fueron los gobiernos del Mercosur, junto al de Venezuela, los que truncaron las pretensiones norteamericanas de lograr un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en el año 2005, en Mar del Plata. Eso pudo ocurrir por la menor dependencia de los países del Mercosur en relación a los Estados Unidos. Por tanto, no sería extraño que el debilitamiento del Mercosur sea un objetivo de la política exterior norteamericana y que Cartes entre en esa lógica.

La opción por el libre comercio significa una política de eliminación de los obstáculos al comercio y a la libre circulación de capitales, no favorecer a las empresas nacionales frente a las extranjeras, no regular la actividad empresarial (ni siquiera la de las empresas financieras) y también la privatización de las empresas nacionales. Parte de la premisa falsa de que todos los Estados están en un mismo nivel de desarrollo.

La opción por la integración es aquélla en la que se parte de la necesidad de la acción de los Estados para superar los desafíos que enfrentan los países periféricos, como la reducción de las disparidades sociales, la eliminación de las vulnerabilidades externas y el pleno desarrollo de su potencial de recursos naturales, de su mano de obra y de su capital.

Todo esto ocurre en momentos en que varios sectores están peleando en las Naciones Unidas para lograr la aprobación de documentos de mayor compromiso hacia el derecho humano al desarrollo.

Pero volviendo a las dos alternativas que nos ocupan, la de mayor probabilidad es que el Paraguay continúe en el Mercosur, junto también a Venezuela, Bolivia y Ecuador, en un futuro no muy lejano. Los dos primeros han salido en tiempos diferentes de la Comunidad Andina de Naciones, que ha quedado prácticamente agonizando. Ecuador, aunque permanece en la CAN, ha manifestado su intención de unirse al Mercosur. Una de las razones es probablemente la misma por la que el Paraguay opte por permanecer en el Mercosur: el Brasil tiene el recurso del financiamiento de una banca de desarrollo muy poderosa, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que financia incluso a las empresas brasileñas que operan en el exterior. Esto permite al gobierno brasileño mantener una tropa más o menos disciplinada de su propio empresariado nacional, poniendo algunos condicionamientos a sus inversiones en el exterior.

Si van a haber inversiones masivas brasileñas en Paraguay, gran parte de ellas será con financiamiento del propio gobierno brasileño. Lo que está atrayendo a otros países al Mercosur es lo que haría que el Paraguay no se salga de él.

http://vientofuerte.com/articulo.php?art=22313#.UhR8rudg8x4

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