OMC, de protagonista a testigo virtual, a golpe de aranceles

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OMC, de protagonista a testigo virtual, a golpe de aranceles

Eduardo Camín * 

Sin dudas que las tensiones en materia de política comercial han ido escalando rápidamente a nivel planetario. En las últimas, semanas algunas grandes economías han anunciado o aplicado nuevos aranceles de gran alcance y han reactivado un instrumento de política que muchos pensaban que había quedado relegado en gran medida al pasado. Ha sido suficiente que los delirios de un arlequín soslayaran la internacionalización de sus dificultades, derivadas de las propias contradicciones cada vez más evidentes e importantes del capitalismo, para generar un torrente dudas y desequilibrios por doquier. Estos acontecimientos han generado una avalancha de análisis políticos, y artículos de toda índole, pero, detrás de la dialéctica y la incertidumbre, debemos tratar de esclarecer la función que tienen realmente los aranceles.  Por otra parte, insistimos que la crisis económica-comercial, son fenómenos inevitables por cuanto su causa principal radica en la propia esencia del régimen capitalista y ellas mismas son una manifestación de las contradicciones del sistema, lo que definió Karl Marx como su contradicción económica fundamental, la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación capitalista.Es decir, las contradicciones inherentes al modo capitalista de producción provocan la aparición tarde o temprano de un cumulo de crisis, económicas o comerciales que actúan como una forma de ajuste violento de los desequilibrios existentes, y constituyen un mecanismo de autorregulación del sistema que convierte a las crisis como algo inevitable.Nos apoyamos para este artículo en un reciente análisis del Economista jefe de la OMC, Ralph Ossa, que se muestra esclarecedor en la materia explicando que, en esencia, los aranceles son simples: elevan el precio interno de los bienes importados, no obstante, sus efectos repercuten en la economía de formas mucho más complejas, alterando los precios, los salarios, los tipos de cambio y los patrones comerciales. A medida que los gobiernos revisan esta poderosa palanca, comprender los mecanismos económicos en juego nunca ha sido más importante. Por lo tanto, en el nivel más básico, podemos definir un arancel como un impuesto sobre los productos importados, que abre una brecha entre el precio mundial y el precio interno. Por ejemplo, dice el experto, si se impone un arancel del 10 por ciento a un producto con un precio mundial de 100 dólares de los EE. UU., el precio interno pasa a ser de 110 dólares de los EE. UU. La diferencia, de 10 dólares EE. UU., se recauda en forma de ingresos arancelarios, que el gobierno puede utilizar para financiar sus gastos. A su vez los aranceles también pueden afectar el precio mundial de un producto, especialmente cuando son impuestos por una gran economía.La lógica es que los precios internos más altos reducen la demanda interna, lo que a su vez reduce la demanda mundial y, por lo tanto, los precios mundiales. En nuestro ejemplo, el precio mundial podría caer a 95 dólares después de imponer el arancel, lo que daría como resultado un precio interno de 104,50 dólares. En este caso, parte del arancel es efectivamente pagado por productores extranjeros.Señalando además que este desplazamiento de costos crea incentivos para que las grandes economías impongan aranceles unilateralmente. Sin embargo, este llamado argumento de la tarifa óptima pasa por alto la posibilidad de represalias. Si el país A impone aranceles al país B, el país B tiene un incentivo para responder de la misma manera. El resultado final es una guerra comercial que deja a ambos bandos en peor situación, recordamos que este ha sido y es el análisis de China. Esta lógica sustenta la principal teoría de las negociaciones comerciales. Si todas las economías intentan beneficiarse mutuamente a expensas de las demás, todas terminan en peor situación, y esto crea incentivos para la formulación de políticas comerciales cooperativas. La literatura económica sobre política comercial ha demostrado que los principios básicos de la OMC de reciprocidad y no discriminación son instrumentos eficaces para escapar de la lógica de los aranceles mutuamente perjudiciales (Bagwell y Staiger 2002)El grado en que los aranceles se trasladan a los precios al consumidor es, en última instancia, una cuestión empírica. La evidencia de la ola inicial de aranceles de EE. UU. a China sugiere una transferencia total a los consumidores de EE. UU. (Amiti et al.2019; Faigelbaum et al. 2019).Sin embargo, estos estudios se centran en los efectos a corto plazo y utilizan metodologías que no pueden dar cuenta plenamente de los ajustes macroeconómicos más amplios. Los modelos cuantitativos estándar de comercio suelen predecir al menos algunos desplazamientos de costos a productores extranjeros.Una pregunta más amplia es cómo afectan los aranceles a la inflación. Cuando un país impone un arancel, provoca un aumento puntual en el nivel de precios internos, pero esto no necesariamente se traduce en una inflación sostenida. Un canal a través del cual un arancel podría conducir a una inflación persistente es una espiral de precios y salarios, que es similar a lo que puede suceder con otros choques de oferta. Los aranceles no solo afectan a las importaciones, sino también a las exportaciones.Un canal directo es el aumento de los precios de los bienes intermedios, que socavan la competitividad de las empresas exportadoras; Pero también son importantes los efectos de equilibrio general más amplios. Los aranceles permiten que los sectores que compiten con las importaciones se expandan, lo que aleja recursos -como la mano de obra, el capital y la tierra- de otros sectores, incluidos los exportadores.Este proceso opera a través de cambios en el tipo de cambio real, que mide los precios internos en relación con los precios extranjeros, ajustados por el tipo de cambio nominal. A medida que los sectores que compiten con las importaciones se expanden, demandan más trabajadores, lo que eleva los salarios en toda la economía. Los salarios más altos elevan los costos de producción de las empresas exportadoras, haciéndolas menos competitivas en los mercados internacionales. El resultado es una apreciación del tipo de cambio real, lo que encarece relativamente las exportaciones al extranjero.Otra pregunta relacionada es qué sucede con el tipo de cambio nominal. Un canal es el directo: los aranceles reducen la demanda de importaciones y, por lo tanto, la demanda de divisas, lo que lleva a una apreciación de la moneda nacional. Otro canal es indirecto: los aranceles pueden llevar a los mercados a anticipar una política monetaria más restrictiva para contrarrestar la inflación, lo que también puede provocar la apreciación de la moneda nacional. Para los efectos comerciales, lo que importa en última instancia es la variación del tipo de cambio real; El hecho de que esto ocurra a través de ajustes en los salarios, los precios internos o el tipo de cambio nominal es de importancia secundaria.Por lo tanto, existe un equilibrio entre los efectos inflacionarios y los efectos de los aranceles sobre la competitividad. Si el tipo de cambio se aprecia fuertemente, los precios internos suben poco, pero la competitividad se resiente significativamente. Si se aprecia ligeramente, los precios internos suben más, pero la competitividad se ve menos afectada. De cualquier manera, los aranceles imponen costos económicos.

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Durante muchos años, los teóricos defensores del sistema capitalista -en los cuales están inmersos la mayoría de los intelectuales de estas organizaciones- se empeñaron en ignorar el carácter inevitable de las crisis.  Pero la realidad no se puede ocultar eternamente y se impone, a tal punto que ya todos reconocen el “carácter cíclico” (cada vez más frecuente) de la economía capitalista.Corren malos tiempos para el multilateralismo, la prolongada agonía del comercio mundial entre otras cosas ha ido debilitando a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Se ha llegado a un callejón sin salida: el intento de transformar la OMC para adaptarla a las necesidades e intereses de los países más desfavorecidos ha fracasado. Si a esto le agregamos las múltiples guerras comerciales que libran EE. UU. China y la Unión Europea, a golpe de aranceles, se instala un mar de dudas que generan un fuerte cuestionamiento de la Organización, a tal punto que algunos expertos predicen la desaparición de dicho organismo.Sin embargo, son muy pocos los que reconocen que las crisis son una enfermedad crónica del capitalismo y que, por lo tanto, su desaparición sólo es posible con la desaparición de este sistema.La teoría económica de Marx aporta dos conclusiones fundamentales en relación con las crisis económicas: en primer lugar, que éstas surgen del mismo desarrollo del capitalismo, como una solución a las desproporciones que inevitablemente se reproducen como consecuencia del patrón de acumulación del sistema y, por lo tanto, son inevitables.En segundo lugar y derivado de lo antedicho, mientras exista el capitalismo, existirán las crisis económicas, sin importar las medidas que tomen los organismos internacionales o los gobiernos para tratar de evitarlas. Por lo tanto, estas sólo desaparecerán cuando el capitalismo no exista.Asistimos al vergonzoso espectáculo del capitalismo neoliberal; y no se puede limitar hoy simplemente a la crisis del multilateralismo, es algo que viene de larga data.  En los últimos años, como consecuencia de estas políticas y de esta orientación neoliberal, hemos visto emerger algunos fenómenos nefastos relacionados con la globalización, al promover políticas de liberalización y libre comercio para defender las finanzas, la propiedad y las inversiones, en desmedro de los derechos de los seres humanos. Un esperpento crecimiento económico exponencial y acumulativo sin una base material clara en la cual apoyarse un mundo fetichista de fantasía e ilusión.*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)Question


 

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