Un alto al fuego que no significa paz – Por Paula Giménez

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Un alto al fuego que no significa paz

Por Paula Giménez *

Desde la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, la política exterior de Washington respecto a Ucrania ha experimentado un giro radical. Apenas unos días después de la elección, Donald Trump Jr. dejó entrever un posible cambio al publicar un video en redes insinuando que la ayuda estadounidense a Kiev estaba en peligro. Esto se confirmó el 25 de enero, cuando Trump suspendió por 90 días toda asistencia económica al exterior, afectando directamente el respaldo financiero a Ucrania en la guerra.

El 9 de febrero, Trump sostuvo una conversación con Vladimir Putin y anunció su intención de iniciar negociaciones de paz directas, adelantando que se reunirían en Arabia Saudita para discutir un alto al fuego a corto plazo. Sin embargo, el 11 de febrero, el mandatario estadounidense endureció su postura y declaró que Estados Unidos debía recuperar el dinero invertido en la guerra mediante el acceso a recursos naturales ucranianos, especialmente tierras raras, con un valor estimado en 500.000 millones de dólares. Esta declaración generó un fuerte rechazo del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, quien insistió en que cualquier acuerdo debía contar con la participación de Ucrania para ser legítimo.

A pesar de la negativa de Kiev, el 18 de febrero se concretó el inicio de las negociaciones en Arabia Saudita con la presencia exclusiva de Estados Unidos y Rusia, lo que profundizó la tensión entre Washington y Kiev. Al día siguiente, Trump intensificó sus críticas a Zelensky en su cuenta de X, calificándolo como «un dictador sin elecciones» y cuestionando el elevado gasto estadounidense en el conflicto. Además, lo acusó de haber manipulado a la administración Biden y de no haber garantizado la transparencia en el uso de los fondos recibidos. El 28 de febrero, sin embargo, Zelensky viajó a EE.UU. para firmar un acuerdo sobre las tierras raras, lo que sugería una nueva dinámica en las relaciones bilaterales, que finalmente no se concretó.

La discusión entre Zelensky y Trump en el Salón Oval

En el marco de la visita de Zelensky a EEUU, tuvo lugar una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en la cual el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo un fuerte cruce con su par ucraniano por el conflicto con Rusia.

Trump y su vicepresidente, J.D. Vance recriminaron duramente la negativa de Zelensky a firmar el acuerdo de paz con Rusia. El acuerdo propuesto por Estados Unidos estipula que Ucrania cedería el 50% de sus ingresos de explotación de minerales, crudo y gas natural, incluyendo unas 19 millones de toneladas de reservas probadas de grafito, fundamental para la fabricación de baterías de autos eléctricos. Mientras tanto, Ucrania insiste en que su mejor garantía de paz sería el ingreso a la OTAN, algo que tanto la administración Trump como el Kremlin rechazan categóricamente.

«Señor presidente, con respeto, creo que es una falta de respeto venir a la Oficina Oval y discutir esto enfrente de los medios estadounidenses. En este momento ustedes están forzando a los reclutas a las líneas de frente porque tienen falta de soldados», recriminó el vicepresidente J.D. Vance.

Zelensky respondió enérgicamente: «¿Has estado en Ucrania para decir qué problemas tenemos? Durante la guerra todos tienen problemas. Incluso ustedes. Pero tienen un bonito océano y no lo sienten ahora. Pero lo sentirán en el futuro…». Sin embargo, Trump lo interrumpió de inmediato: «No nos digas lo que vamos a sentir. Estamos tratando de resolver un problema. No estás en posición de dictar lo que vamos a sentir. Nos vamos a sentir muy bien y muy fuertes. Ahora mismo no estás en una muy buena posición. Estás apostando con la vida de millones de personas, estás apostando con la tercera guerra mundial».

El acuerdo no se firmó y, en consecuencia, se canceló la rueda de prensa conjunta prevista. Posteriormente, Trump declaró en Truth Social: «Volodymyr Zelensky no está preparado para la paz».

Suspensión del intercambio de inteligencia

Como parte de esta reconfiguración en la política de Washington, Estados Unidos ha decidido cortar el intercambio de inteligencia con Kiev, lo que afectó gravemente la capacidad del ejército ucraniano para atacar a las fuerzas rusas. Esta medida siguió a la suspensión de la ayuda militar a Ucrania y refleja la creciente distancia entre Trump y Zelensky. La cooperación de inteligencia de Estados Unidos ha sido fundamental para que Ucrania identifique y ataque objetivos estratégicos rusos, incluyendo centros de mando y movimientos de tropas.

Cuatro funcionarios estadounidenses confirmaron que Washington había congelado los canales de inteligencia con Kiev, mientras que el director de la CIA, John Ratcliffe, declaró que Trump tenía «serias dudas sobre el compromiso del presidente Zelensky con el proceso de paz». Aunque Ratcliffe sugirió que el apoyo podría restablecerse en el futuro, la medida ha sido vista como una clara presión sobre Ucrania para que acepte las condiciones de negociación de Estados Unidos y Rusia.

El gobierno norteamericano también ha prohibido a sus aliados compartir inteligencia con Ucrania, aunque se estima que algunas naciones con activos en la región continuarán proporcionando información. No obstante, esta restricción afectará particularmente los datos urgentes y de alto valor, como la ubicación de objetivos móviles rusos. Analistas militares han advertido que si la situación no se revierte pronto, Ucrania perderá una ventaja clave en el campo de batalla.

Rusia recupera Kursk

Los primeros días de guerra en Ucrania sin el apoyo de Estados Unidos han obligado a sus tropas a ceder territorio ruso que habían logrado tomar el año pasado en la región de Kursk. El deterioro se produce mientras los soldados ucranianos se enfrentan a la perspectiva de luchar sin el apoyo de Estados Unidos antes de las cruciales conversaciones con ese país en Arabia Saudita esta semana.

Rusia intensificó su ofensiva en Kursk durante el último fin de semana y ahora amenaza con cortar el estrecho corredor entre Ucrania y la ciudad de Sudzha, que Kiev capturó en una ofensiva sorpresa en agosto del año pasado. Los ataques con drones rusos y norcoreanos han reducido repetidamente el área controlada por Ucrania en alrededor de dos tercios desde entonces.

En el campo de batalla, el predominio de los drones, así como la dependencia de Rusia de ataques a pequeña escala y tácticas de infiltración, significan que la decisión estadounidense de suspender la entrega de armas luego de la reunión en la Casa Blanca entre Trump y Zelensky puede no sentirse inmediatamente por las tropas de primera línea. Sin embargo, la creciente presión en el terreno podría forzar a Ucrania a considerar concesiones en las próximas negociaciones.

Alto al fuego temporal

Las autoridades ucranianas anunciaron la aceptación de los términos para un alto el fuego provisional de 30 días, propuesto por Estados Unidos, prorrogable con el visto bueno de las partes y sujeto a “la aceptación y aplicación simultánea” por parte de Rusia.

El anuncio se dio luego que delegaciones de ambos países mantuvieran un encuentro en Yeda tras el que coincidieron en la importancia de «iniciar un proceso hacia una paz duradera», y para ello Kiev se ha abierto a aceptar una propuesta de Estados Unidos, si bien Washington deberá trasladar a Moscú que “la reciprocidad es la clave para alcanzar la paz”.

Por otro lado, las autoridades de Estados Unidos se han comprometido a reanudar “inmediatamente” el intercambio de datos de Inteligencia y asistencia de seguridad con Ucrania sobre la situación bélica en el marco de la invasión rusa, según se desprende de una declaración conjunta publicada por la Presidencia ucraniana.

Mientras tanto, el presidente ruso Vladimir Putin ha adoptado una línea dura frente a cualquier acuerdo para detener los combates en Ucrania, aunque dijo que “apoya la idea” de un cese del fuego de 30 días respaldado por Estados Unidos. Sin embargo, advirtió que cualquier alto el fuego debe llevar a una solución final del conflicto que resuelva las causas fundamentales de su invasión.

Con respecto al acuerdo, señaló que su implementación plantea muchas dudas, especialmente en lo que respecta a la verificación a lo largo de un frente de batalla extenso; y que podría ser utilizada por Ucrania para reorganizarse y rearmarse.

Algunas consideraciones

El conflicto en Ucrania está redefiniendo el panorama geopolítico mundial. Con el retorno de Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos ha tomado un rol protagónico en la búsqueda de un cese de hostilidades, aunque bajo condiciones favorables para Washington y Moscú. En este nuevo escenario, Ucrania enfrenta un difícil equilibrio, viéndose forzada a aceptar pérdidas territoriales significativas y la imposibilidad de integrarse a la OTAN. Mientras tanto, el reajuste estratégico de las potencias refleja una lucha por la influencia global en la que Europa se encuentra relegada y China observa con cautela. La guerra en Ucrania no solo altera las fronteras en el este de Europa, sino que marca el inicio de una nueva etapa en la competencia por el control territorial global.

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos, directora de NODAL. 


 

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