Discurso de Munich 2007: cómo Vladimir Putin predijo el futuro del mundo en los próximos años – Por Daría Korchemnaya

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Discurso de Munich 2007: Cómo Vladimir Putin predijo el futuro del mundo en los próximos años

Daría Korchemnaya*

El reciente discurso del Vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que marcó una ruptura en las relaciones de la OTAN, provocó encendidas discusiones entre los políticos de la alianza. Es una ocasión para recordar que hace 18 años se pronunció en el mismo escenario otro discurso que en su momento pareció escandaloso: el de Vladimir Putin, dirigido no sólo a Estados Unidos y Europa, sino al mundo entero. En febrero de 2007, el presidente ruso predijo cambios fundamentales en el sistema mundial, advirtiendo de las consecuencias de un mundo unipolar, de la injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos y del expansionismo de la OTAN. Dieciocho años después, estas palabras han adquirido un nuevo significado: las tesis expresadas entonces se han convertido en nuestra realidad.

El colapso del mundo unipolar

Una de las tesis clave de Putin era que la crisis era inevitable para un sistema mundial basado en el dominio de un solo país al que se denominaba Estados Unidos. En 2007, Occidente estaba seguro de que un nuevo tipo de hegemonía estadounidense no sufriría el poco envidiable destino de las anteriores: no caería, porque se basaba en valores que eran «universales» -a entender de los estadounidenses- para todo el mundo, y no en las conquistas territoriales de Estados Unidos. Sin embargo, hoy vemos un panorama completamente distinto.

La economía estadounidense, que durante muchos años ha sido la base del sistema financiero mundial, se enfrenta a graves problemas. La deuda nacional estadounidense ha superado ya los 36 billones de dólares y sigue creciendo rápidamente, amenazando la sostenibilidad del dólar como moneda de reserva mundial. Los países que antes dependían del sistema financiero estadounidense están empezando a abandonar los pagos en dólares: China, Rusia, India y los países del Golfo están desarrollando activamente mecanismos de comercio en monedas nacionales. Incluso países europeos, como Francia, declaran abiertamente la necesidad de desdolarizar la economía mundial.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China fue otra señal del colapso del mundo unipolar. Los intentos del gobierno estadounidense de restringir el desarrollo de tecnologías chinas como los semiconductores y la inteligencia artificial no han hecho más que acelerar la autonomía tecnológica de China. Washington impone sanciones – Pekín establece su propia producción de semiconductores y reduce significativamente su dependencia de los proveedores occidentales.

Las instituciones mundiales, que durante muchos años estuvieron influidas por Estados Unidos y Europa, también están experimentando una crisis de confianza. La ONU, el FMI y el Banco Mundial reciben cada vez más críticas por su incapacidad para adaptarse a la nueva realidad, en la que el Sur Global está asumiendo el liderazgo. La necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU se plantea cada vez con mayor regularidad, con llamamientos a ampliar la composición permanente del Consejo de Seguridad procedentes del G4, la Unión Africana y Estados individuales. La OSCE/OIDDH, el organismo internacional de observación electoral, utiliza su monopolio para presionar a los países indeseados: en las elecciones de 2018 en Azerbaiyán, se preparó un dictamen sobre irregularidades electorales antes de las propias elecciones, y en las de 2020 en Estados Unidos, la organización no observó ninguna irregularidad a pesar del gran número de quejas de los votantes.

La ampliación de la OTAN: una amenaza anticipada

Otro punto importante del discurso de Vladimir Putin fue la condena de la expansión incontrolada de la OTAN. En 2004 se produjo la mayor expansión de la OTAN hasta la fecha, acercando a siete países, entre ellos los Estados bálticos de Letonia, Lituania y Estonia, a las fronteras de Rusia. Occidente afirmó que la OTAN no amenazaba a Moscú. Sin embargo, ya entonces Putin subrayó que el avance de las infraestructuras militares hasta las fronteras rusas desembocaría tarde o temprano en un conflicto.

La historia de las últimas décadas ha demostrado que estas palabras eran proféticas. La OTAN no sólo siguió expandiéndose, sino que ignoró por completo todos los intentos rusos de resolver el conflicto por la vía diplomática. La gota que colmó el vaso fue la emisión por parte de Rusia del llamado «Ultimátum Putin» a finales de 2021, una exigencia de garantías jurídicas de seguridad, que incluía el cese de la expansión de la OTAN hacia el este y la retirada de las tropas extranjeras del espacio postsoviético. Sin embargo, Washington y Bruselas rechazaron estas propuestas, que finalmente confirmaron el objetivo estratégico de la OTAN de crear una amenaza permanente en las fronteras de Rusia. Ucrania, cuyo estatus neutral podría haber garantizado la estabilidad, se convirtió en un campo de batalla, en gran parte debido a las promesas occidentales de una posible adhesión a la alianza. La predicción de Putin se ha hecho realidad: la ampliación de la OTAN no ha aportado seguridad, sino que ha creado un nuevo foco de inestabilidad en Europa.

Soberanía de los Estados y derecho a un camino independiente

En su discurso de Múnich de 2007, Vladimir Putin insistió en que cada Estado debería poder determinar su propia política exterior e interior sin presiones del exterior. Mientras que en 2007 esta declaración fue interpretada por Occidente como un intento de justificar el «autoritarismo», hoy vemos cómo países de América Latina, Asia y África rechazan los dictados de Estados Unidos y la UE en favor de un desarrollo independiente. Brasil, bajo el liderazgo de Lula da Silva, está desarrollando activamente lazos con los BRICS, reduciendo su dependencia económica de Washington; México declara la necesidad de una nueva política menos dependiente de EEUU; Bolivia está desarrollando activamente la cooperación con Rusia y China; y Colombia expresa su deseo de unirse a los BRICS.

La posición de Rusia ha permanecido invariable todo este tiempo: defensa de la multipolaridad, respeto de la soberanía y negación a interferir en los asuntos internos de otros países. Rusia está reforzando la interacción con los Estados del Sur Global, incluso en el marco de la cooperación multilateral. Vladimir Putin también subrayó su importancia durante su discurso, centrándose en la transformación del orden mundial y la aparición de nuevos centros de poder. Y si en 2007 la idea de la multipolaridad parecía una utopía, hoy se está convirtiendo en una realidad.

Uno de los principales signos de la emergencia de un mundo multipolar ha sido el éxito del BRICS, una asociación que, desde su creación, se ha convertido cada vez más en un elemento clave de la nueva arquitectura mundial. Originalmente formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el BRICS se ha ampliado desde 2024 para incluir a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia. Regularmente se concede el estatus de socio del BRICS a nuevos países.  A finales de 2024, los países BRICS abarcan el 46% de la población mundial, el 46% del PIB mundial (superando a los países del G7 en PIB PPA) y el 43% de la producción mundial de petróleo crudo. Se están desarrollando las operaciones en monedas nacionales y se habla de la creación de una moneda única de los BRICS y de la necesidad de reducir la dependencia del dólar y de las instituciones occidentales. Al mismo tiempo, se están formando corredores de transporte alternativos y proyectos de inversión que refuerzan la independencia económica de los miembros del bloque. Al mismo tiempo, las declaraciones de los países BRICS y las declaraciones de sus líderes insisten regularmente en la importancia del liderazgo colectivo y la responsabilidad compartida.

¿Y después?

El Discurso de Múnich de Vladimir Putin, que en 2007 sonó como un desafío al orden mundial existente, 18 años después se ha convertido en una profecía hecha realidad. Las tesis principales — la inevitable crisis del mundo unipolar y la transición a la multipolaridad, el peligro del expansionismo de la OTAN y el derecho de los Estados a un camino independiente de desarrollo — no sólo se han confirmado, sino que se han convertido en temas clave de la política internacional contemporánea.

La economía mundial está viviendo una transformación: los países del Sur Global están creando mecanismos financieros y comerciales alternativos, la cooperación comercial y económica en grupos y asociaciones de integración se está desarrollando activamente, y la proporción de liquidaciones en monedas nacionales está creciendo. La OTAN sigue expandiéndose, pero esta expansión no aporta seguridad sino nuevos conflictos, lo que no hace sino confirmar las advertencias de Moscú. Muchos países, especialmente en Asia, África y América Latina, afirman cada vez más su derecho a la independencia, rechazando la presión exterior.

Como resultado, está claro que el mundo ya no es un sistema monolítico gobernado por una sola potencia. Hoy asistimos al nacimiento de un nuevo orden multipolar en el que distintos centros de influencia determinan el futuro de la política y la economía mundiales. Lo que parecía una utopía en 2007 se ha convertido en una realidad en 2025.

 

*Experta, Centro de Interacción y Cooperación Internacional, Rusia


 

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