Honduras: elecciones primarias rumbo a las presidenciales – Por Paula Giménez y Matías Caciabue

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Honduras: elecciones primarias rumbo a las presidenciales

Por Paula Giménez y Matías Caciabue*

Este domingo 9 de marzo la República de Honduras realiza elecciones primarias e internas para definir las candidaturas de las principales fuerzas políticas que se presentarán en las elecciones generales programadas para el domingo 30 de noviembre de 2025. Ese día, 5,8 millones de electores, elegirán 3.064 cargos, incluidos la Presidencia de la República, diputaciones y gobiernos municipales.

El gobernante partido Libertad y Refundación (Libre), definirá en las urnas si será Rixi Moncada, actual Secretaria de Estado de Defensa Nacional y ex ministra de Finanzas del gobierno de Manuel “Mel” Zelaya derrocado en 2009, quien encarne la continuidad del socialismo democrático, o si será Rasel Tomé, actual vicepresidente del Congreso Nacional.

El Partido Libre, fue fundado en 2011 como el brazo político del Frente Nacional de Resistencia Popular, creado tras el golpe de Estado de 2009. Acudió a las urnas en 2013 y 2017 y en ambas oportunidades, se consolidó como segunda fuerza. En 2017, luego de que un corte de luz frenara el conteo y se produjera una inversión de los guarismos a favor del gobierno de Hernández, Mel Zelaya, como coordinador del Frente Amplio de Oposición denunció que los resultados habían resultado fraudulentos. Hubo protestas populares y fueron fuertemente reprimidas. En 2021, cuando el gobierno de Hernández tambaleaba frente a las acusaciones por narcotráfico en Honduras, Xiomara Castro logró la victoria electoral.

De la misma manera que Libre, el Partido Nacional decidirá su representante en los comicios a través del voto popular. En este caso los votantes deberán optar entre el exalcalde de Tegucigalpa Nasry “Tito” Asfura, quien inscribió su candidatura en el Consejo Nacional Electoral bajo el ala del movimiento “Papi a la orden”;  la exprimera dama, Ana García de Hernández; el actual diputado Jorge Zelaya y el exgerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Roberto Martínez Lozano.

El tradicional Partido Nacional hondureño es el que llevó a la presidencia del país, por dos mandatos consecutivos (2014- 2022) a Juan Orlando Hernández, extraditado y condenado en EEUU a 45 años de prisión por narcotráfico y tráfico de armas. Bajo su gobierno, que se erigió como un poderoso narco estado, Honduras se convirtió en una de las principales rutas para el ingreso de narcóticos al país norteamericano.

En el caso del Partido Liberal (PL)  los actuales diputados Jorge Cálix y Maribel Espinoza, el académico Luis Zelaya, y el político y presentador de televisión Salvador Nasralla son los precandidatos presidenciales.

Los restantes 11 partidos minoritarios buscarán candidaturas únicas o formar coaliciones pero no participarán de las internas de marzo. Además de los candidatos de cada fuerza para la Presidencia de la República,  este domingo se elegirán las 128 diputaciones del Congreso Nacional, las 298 alcaldías municipales y los 20 asientos al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

El martes 4 de marzo el país inició el periodo conocido como de silencio electoral en sus dieciocho departamentos, con un total de 298 municipios. La medida restringe la propaganda política en medios de comunicación y actos públicos previos a las elecciones de este domingo.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) ratificó su compromiso institucional durante los comicios del próximo domingo, por lo que aseguran que los equipos biométricos en cada mesa de votación son la herramienta definitiva para garantizar transparencia. El país cuenta con 5.741 centros de votación distribuidos en todo el territorio nacional. Además, la jornada tendrá más de 1,000 observadores nacionales y 11 organizaciones internacionales se han acreditado para estas elecciones primarias.

Se espera que el Poder Electoral brindará los primeros resultados desde las 20:00 horas a partir del procesamiento de los 5741 Centros de Votación a nivel nacional.

El proyecto del socialismo democrático busca continuidad

Desde la llegada de Xiomara Castro al poder en 2022, Honduras ha experimentado una profunda reconfiguración política y social que rompió con el histórico bipartidismo imperante en Honduras y trabajó en la reconstrucción de un país en ruinas, a partir de un programa basado en la ampliación de derechos económicos políticos y sociales y un espíritu integracionista hacia la región centroamericana y latinoamericana. La gestión de Libre, ostenta el gabinete más joven de la región, integrado por los cuadros políticos que se forjaron en el Frente que resistió el Golpe de Estado en 2009 y los embates de la narco dictadura que lo sucedió.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la tasa de pobreza general pasó del 73.6% en 2021 al 64.1% en 2023, de esta cifra la pobreza extrema descendió del 53.7% al 41.5% en el mismo período. En noviembre de 2024, la mandataria aseveró ante Naciones Unidas que durante su mandato la pobreza se redujo en 12 puntos.

En su primer año de gobierno, Castro derogó las Zonas de Empleo y Desarrollo (ZEDEs), un conjunto de zonas francas que favorecía a la élite política y económica para la explotación de territorio y sus recursos naturales mediante el establecimiento de un vacío institucional. En favor de la estabilidad laboral de las y los trabajadores anuló la Ley de Empleo por Hora y para combatir la corrupción derogó la Ley de Secretos. Otorgó subsidio a los combustibles y a la energía eléctrica para los más pobres; prohibió la minería de cielo abierto; rescató la Empresa de Energía Eléctrica; reactivó el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola  (BANADESA) y aumentó los presupuestos de salud y educación. Esto se suma a la intención de dictar la Ley de Justicia Tributaria para una reforma impositiva progresiva que deje de privilegiar a los sectores más pudientes del país. El impulso a la infraestructura ha sido otro pilar fundamental para la generación de empleo. Honduras lleva a cabo una política de pavimentación de carreteras sin precedentes en su historia, abarcando no solo las vías principales, sino también caminos que, durante la temporada de lluvias, quedaban intransitables. Esta mejora ha permitido conectar comunidades antes aisladas y facilitar la comercialización de las cosechas. Además, se han implementado bonos ganaderos para fortalecer la producción agrícola en un país que aún depende de la importación de alimentos.

Estas políticas encuentra detractores en las fracciones de la sociedad con poder más concentrado, lo que se tradujo en intentos desestabilizadores: “Estoy amenazada por las mismas fuerzas que hace 15 años dieron un golpe de Estado contra Manuel Zelaya; esta conspiración la denuncié en las calles el 14 de septiembre”, indicó Xiomara Castro en la Asamblea General de la ONU en 2024.

En 2024, Castro asumió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). «La paz es terminar con el hambre, que es la peor forma de violencia», aseveró la mandataria durante la apertura de la VIII cumbre del organismo que nuclea a todos los países de la región. En junio de 2024, Honduras albergó la II Cumbre Social de la CELAC en Tegucigalpa, con la participación de más de 400 organizaciones políticas y sociales. La cumbre centró su discusión en la necesidad de consolidar a la región como una “zona de paz” y defender los procesos progresistas ante los avances radicalizados de los sectores más conservadores de la región. En este espacio se condenó, entre otros, el intento de golpe de Estado en Bolivia contra el presidente Luis Arce. Sin embargo, la cumbre generó controversia cuando varios países, incluidos Argentina, Uruguay y Chile, rechazaron oficialmente la declaración final, alegando que no reflejaba la posición del bloque y que la iniciativa “CELAC Social” no formaba parte de la agenda oficial de la organización.

En los últimos años, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha ganado relevancia como plataforma regional para promover ciertos grados de autonomía regional frente a las grandes potencias. Se refleja en su postura en defensa de la soberanía territorial, especialmente en su rechazo a las políticas unilaterales de Estados Unidos y de injerencia extranjera. Un claro ejemplo de ello ocurrió en la Asamblea General de la ONU en octubre de 2024, donde la CELAC, bajo la presidencia pro tempore de Honduras, renovó su condena al bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba, destacando los impactos negativos sobre el desarrollo económico de la región. La CELAC también mostró su solidaridad con Palestina en su declaración sobre la crisis en Gaza. En la misma línea, la CELAC instó a una mayor cooperación entre los países miembros para hacer frente a las amenazas externas y a los intentos de desestabilización en la región, como lo evidenció el rechazo conjunto a las políticas de injerencia en países como Venezuela y Nicaragua.

A mediados de abril de 2024, desde Honduras se convocó una Cumbre Virtual Extraordinaria de la CELAC tras la invasión de la embajada mexicana en Quito, Ecuador. La reunión resultó en una condena generalizada de la agresión y expresó el apoyo a México. En este marco, el por entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador solicitó el respaldo de los países de la CELAC para presentar el caso ante el Tribunal Internacional de Justicia, además de pedir la expulsión de Ecuador de la ONU.

Cambios de seña en EEUU

La llegada de Trump a la presidencia estadounidense junto a la política conservadora, proteccionista y las medidas tomadas sobre deportaciones y restricciones migratorias señala un sinuoso camino a recorrer en materia de entendimiento.

En relación a las deportaciones de migrantes la presidenta Xiomara Castro anunció en Cadena Nacional estar abierta al diálogo con Estados Unidos y ofreció un retorno seguro de migrantes a través de vuelos privados. Indicó que el gobierno está dispuesto a financiar los vuelos y sostuvo que el trato que se les dará en el país contará con alimentación, asistencia médica, psicológica, servicio de llamadas telefónicas, kit de higiene, vestuario y transporte hasta el lugar de origen. Asimismo, alojamiento y atención en casos con necesidad de atención por violencia.

Como parte del programa “Hermano, Hermana vuelve a Casa” la presidenta ofreció 100 dólares a cada migrante retornado desde Estados Unidos, además de 1,000 dólares de capital semilla para los que desean emprender. Declaró que “los migrantes no son criminales, son seres humanos y debemos tratarlos como tal, migrar es un derecho humano no un delito”.

Con la llegada de 163 migrantes el 12 de febrero, el gobierno estadounidense ha retornado un total de 2.790 hondureños en lo que va de 2025.

Según cifras oficiales, alrededor de 1,8 millones de hondureños, entre residentes legales e indocumentados viven en Estados Unidos, y 261.651 tienen orden de deportación, aunque no están bajo resguardo de las autoridades estadounidenses

El pasado 18 de febrero, Castro anunció un acuerdo con la nueva administración de los Estados Unidos para mantener vigente el Tratado de Extradición, un punto siempre álgido en las relaciones entre ambos países, ya que habilita marcos para la injerencia externa. El anuncio de la jefa de Estado llegó 10 días antes de que el Tratado expirara.

El gobierno hondureño mantiene también relaciones con China, que restableció en marzo de 2023, luego de cesar su vínculo con Taiwán.

Así, el escenario electoral hondureño se configura bajo una fuerte presión externa, signada por la nueva administración estadounidense que promete mano dura en materia de aranceles y seguridad, orientada a combatir la migración y el narcotráfico.

Es en este contexto en el que el  30 de noviembre de 2025 se disputará el destino de los más de 10 millones de habitantes de un país que posee importancia estratégica por su salida a los dos océanos y por su posición privilegiada en América Central y el Caribe.

En síntesis, las elecciones de 2025 en Honduras no solo definirán el futuro político del país, sino que también serán un campo de batalla crucial en la lucha entre dos visiones opuestas de desarrollo y soberanía en América Latina, que se disputa de manera multidimensional.

“Honduras solo tiene dos opciones: volver al bipartidismo (con nacionalistas y liberales), golpes de Estado y dictadura con aval de militares oscuros, o seguir levantando la bandera y proyecto de la refundación que comenzó la presidenta Xiomara Castro”, señaló Rixi Moncada, frente a la multitud que la acompañó en la inscripción de su candidatura. Moncada se perfila como la figura preferida para representar el proyecto político de Libre.

Del triunfo de Libre en noviembre depende la consolidación de un proyecto de transformación social que intenta grados de autonomía en la obra redistributiva que inició en 2006 y que fue interrumpida en 2009 por aquél fatídico golpe de Estado, que intentó frenar el avance del proceso de integración con el proyecto revolucionario  que el país emprendía por aquél momento. El desenlace de esta contienda dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno de Xiomara Castro para disuadir las presiones externas, apoyada en la fuerza popular que construyó el amplio movimiento de resistencia que la llevó al poder frente a las estrategias de intervención y desestabilización, siempre renovadas, del imperialismo angloamericano.

El Destape

 

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos, directora de NODAL. Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y ex Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional UNDEF en Argentina. Ambos son investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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