Noboa sin políticas ni propuestas para las mujeres – Por Soledad Buendía Herdoiza

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Noboa sin políticas ni propuestas para las mujeres

 

Por Soledad Buendía Herdoiza*

Las políticas de género han emergido como una herramienta clave para combatir las desigualdades, promoviendo equidad en diversos ámbitos sociales, económicos y políticos. Estas buscan eliminar brechas estructurales y transformar relaciones de poder que han perpetuado la subordinación de las mujeres. Abarcan un conjunto de medidas y estrategias implementadas por los Estados para garantizar la igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres.

El gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Noboa si algo ha hecho muy bien es destruir los avances en políticas públicas de género, desestimando las herramientas institucionales que en su momento convirtieron los privilegios en derechos.

El incremento de la violencia de género no es un problema aislado, sino un fenómeno estructural que responde a patrones históricos de dominación. Según la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea), entre el 1 de enero y el 27 de septiembre de 2024, se registraron 180 feminicidios en el país. De estos casos, 96 fueron feminicidios íntimos, familiares y/o en contextos sexuales, 13 correspondieron a mujeres transgénero, y 71 estuvieron vinculados a contextos criminales, donde las bandas utilizan los cuerpos de las mujeres para enviar mensajes violentos.

Estas cifras elevan el total de feminicidios en Ecuador a 1,891 desde 2014, año en que se tipificó este delito en el Código Penal. En 2023, el país cerró con una de las cifras más altas de muertes violentas de mujeres desde que existen registros, con 112 casos oficiales y 321 contabilizados por la sociedad civil.  Datos que reflejan la necesidad de desmontar la cultura patriarcal que perpetúa la violencia y la discriminación, pero el gobierno de Noboa contrariamente a lo requerido profundiza y refuerza los patrones machistas.

El gobierno ha reducido el presupuesto destinado al Ministerio de la Mujer. En la proforma presupuestaria de 2024, se evidenció una disminución del 23% en los recursos asignados a esta cartera de Estado, pasando de USD 17,2 millones a USD 13,2 millones. Esta reducción es un contrasentido en un contexto de creciente violencia de género, donde es imperativo fortalecer, y no debilitar, las instituciones encargadas de promover los derechos de las mujeres. La impunidad en los casos de feminicidio y violencia de género es alarmante. El sistema de justicia reproduce estereotipos de género que obstaculizan la protección efectiva de los derechos de las mujeres lo que se agudiza frente a la resistencia de los sectores conservadores, que hoy gobiernan como capataces en hacienda bananera el Ecuador.

Noboa ha implementado varias mascaradas orientadas a aparentar acciones por la equidad de género, dando becas educativas a mujeres, asimismo, lanzó la Iniciativa de Paridad de Género (IPG) sin impacto alguno.

Desde el inicio de su mandato ha adoptado una postura de «mano dura» para combatir el aumento de la criminalidad en el país. Esta estrategia ha incluido la declaración de estados de emergencia prolongados, permitiendo medidas como allanamientos sin orden judicial y la suspensión del derecho de reunión, con evidentes violaciones de derechos humanos y un debilitamiento del estado de derecho.  La negativa de Noboa de tomar licencia y ceder temporalmente el poder durante el periodo electoral, como lo exige la constitución ecuatoriana, y las leyes vigentes muestra su autoritarismo en un país que esta muy lejos de ser democrático.

Su posición de todo poderoso por encima de todas las personas y en especial de todas las mujeres, se hace evidente en su campaña por la reelección donde las usa y desecha, las objetiviza y estigmatiza en un contexto donde persisten desigualdades arraigadas culturalmente.   Es evidente entonces una notable ausencia de propuestas específicas dirigidas a las mujeres. Para su gobierno las mujeres son objetos, no personas con derechos, por tanto, no ha promovido políticas de seguridad y desarrollo económico, no ha presentado iniciativas concretas que aborden las necesidades y desafíos particulares que enfrentan las mujeres ecuatorianas. Esta omisión refleja una falta de compromiso con la equidad de género, un manejo del estado que refuerza las violencias y la discriminación y una subestimación de las luchas feministas.

Ante las elecciones de este domingo 9 de febrero, el electorado y las mujeres ecuatorianas están frente a un gran reto, por un lado, profundizar las violencias y desigualdades en un país donde son asesinadas por el hecho de ser mujeres, donde la justicia no las escucha y revictimiza, donde secuestran, torturan y quemas a sus hijos.

La democracia y la justicia son principios fundamentales para la construcción de sociedades equitativas e inclusivas. Sin embargo, el último año de gobierno en Ecuador ha demostrado que estos valores no siempre son aplicados. La exclusión sistemática de las mujeres en la toma de decisiones políticas, en el acceso a la justicia, su objetivación y el ejercicio de múltiples violencias contra ellas ha evidenciado el retroceso que causa la derecha en el poder.

Por otro lado, la democracia y la justicia no pueden entenderse sin la erradicación de las desigualdades que persisten en estos ámbitos, se debe recorrer caminos distintos a los impuestos por la derecha fascista para construir una sociedad más equitativa. Como sociedad, es imperativo avanzar hacia una democracia que no excluya y violente a las mujeres.

Es imperativo retomar la lucha porque lo personal es político y construir desde las mujeres el país de derechos y justicia que se merecen.

*Soledad Buendía Herdoiza es politóloga feminista ecuatoriana ex ministra de estado y ex asambleísta. Especialista en políticas con enfoque de género

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