Perú: Dina y nuestra incapacidad moral permanente – Por Rudecindo Vega Carreazo

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Rudecindo Vega Carreazo *

La primera presidenta mujer del Perú, con el perdón de las mujeres, lamentablemente, es una incapaz moral permanente. No reúne las condiciones para ejercer el cargo, pero lo seguirá usurpando por obra y gracia de la mafiosa coalición autoritaria que gobierna y le da soporte desde el congreso y; por la apatía ciudadana que no ha logrado convertir su 94% de rechazo en efectiva protesta (excluyendo a esa vanguardia provinciana, social y gremial activa siempre) que procure un recambio.

Ella estará en el cargo mientras sea la títere útil, sus aliados no permitirán ninguna investigación por infracción o acusación constitucional. No será vacada hasta que la mafiosa coalición no haya terminado su faena de organizar su criminal reelección.

Que continúe gobernando a pesar de su incapacidad moral permanente, quizás sea producto de nuestra propia incapacidad moral permanente para defender, como ciudadanos, nuestra patria, república y democracia. La incapacidad, inmoralidad, ilegitimidad permanente de nuestros gobernantes es cabal expresión de la incapacidad, inmoralidad e indignidad democrática y patriótica nuestra. Muchos citan la frase del ultramontano Joseph de Maistre “Toda nación tiene el gobierno que se merece” para dar cuenta de nuestra desgracia. Los peruanos no merecemos los gobernantes que tenemos; parece más cierta, pero igual de dolorosa, el parafraseo de André Malraux “la gente tiene los gobernantes que se le parecen”.

La incapacidad moral permanente de la presidenta se parece, como la otra cara de la moneda, en vergonzosa complicidad, a la incapacidad moral permanente nuestra para tolerarlos.

La presidenta, en todo sentido, ha demostrado su incapacidad gubernamental, la ineficiencia e ineptitud es atroz, destruye y pone en riesgo todo: el deterioro económico, aumento de desempleo, pobreza y desnutrición, el déficit  fiscal y disminución de ingresos tributarios no puede ser maquillado por las mejores precios internacionales de los minerales que nos salva de la debacle; la corrupción en metástasis generalizada, institucionalizada y familiarizada, hoy es ostentosa y frívola  también; y, para nuestra desgracia, ella y sus “piquichones ministeriales” han convertido la inseguridad ciudadana en criminalidad desbocada. Dina es muy incapaz y su gobierno también.

La presidenta, en todos los ámbitos, es también inmoral, acumula varias acusaciones constitucionales de la Fiscalía de la Nación, todas congeladas en el congreso por sus “jefes aliados”: la primera es por las decenas de asesinatos y miles de heridos en el marco de las protestas ciudadanas del 2022-2023, esta bañada en sangre; la segunda es por corrupción, los rolex y joyas  personales recibidas a cambio de asignar presupuesto público para obras, esta bañada en oro; y, la tercera, la investigación fiscal iniciada por abandono de la presidencia para sus cirugías  estéticas, esta bañada en frivolidad. Son tres casos del organismo constitucional titular de las denuncias penales, el Ministerio Público; hay muchas denuncias más sobre la inmundicia gubernamental: periodísticas, ciudadanas y de la oposición. No tiene noción de moral, no existe o es tan gaseosa su noción que hasta la dignidad se ha evaporado. Sin dignidad para pedir perdón, no hay para renunciar y pensar en el país.

Incapaz moral permanente es nuestra presidenta. Lo ha sido desde que asumió el cargo, traicionó a sus votantes ganadores de izquierda y abandono sus propuestas de campaña; para, ya juramentada, gobernar con los partidos perdedores de derecha y asumir sus propuestas. Eso, nos muestra y demuestra, una y otra vez, siempre, para dolor y vergüenza de los peruanos. Tan permanente y creciente es su deterioro, que en 2 años ha consolidado su propia ilegitimidad política, el rechazo ciudadano aumentó 26 puntos, de 68% a 94%, y su aprobación bajó 18 puntos, de 21% a 3%; hay estratos sociales y regiones territoriales en los que el margen de error (2.8%) es casi el triple de la aprobación presidencial. Ese es su logro hoy, al cumplirse 2 años de gobierno.

También es récord presidencial, quizás mundial, acopiar en un año, este 2024, 7 pedidos de vacancia por incapacidad moral permanente, va unido al récord congresal apátrida de sus aliados de haberla salvado en todos. Los 6 primeros fueron propuestos por sus traicionados congresistas de izquierda y desaprobados por sus actuales aliados de la mafiosa coalición gubernamental de derecha. El séptimo, referido al abandono de la presidencia para sus cirugías estéticas, seguirá igual suerte: reunirá el número de firmas para ser presentado, no conseguirá los votos (52) para ser admitido, como los 6 casos anteriores o, si los tuviera, no alcanzará los 87 votos para ser aprobado. La mafiosa coalición gubernamental, avala y tapa todo, no admite las acusaciones para no debatirlas y menos para aprobarlas.

Martín Hidalgo, periodista de El Comercio ha documentado a las bancadas mayoritariamente de derecha que la apoyan y que nosotros llamamos mafiosa coalición autoritaria: APP de Cesar Acuña, Fuera Popular de Keiko Fujimori, Somos Perú, Avanza País y Bloque Magisterial; las que secundan ese apoyo jugando al doble mensaje: Renovación Popular de Rafael López Aliaga y Honor y Democracia, Podemos de Luna Gálvez y Acción Popular de “los niños”. Las “izquierdas”, siempre divididas, terminan ninguneadas, aisladas y en permanente minoría.

Cuando la mafiosa coalición autoritaria que nos gobierna tenga garantizada su permanencia hasta el 28 de julio del 2026 y consumada su reelección criminal, siguiendo la práctica gubernamental, la ayudará a fugar, en cofre y avión presidencial, con autorización de viaje al extranjero, luego, ya fugada, la vacaran. Ocurrirá con las elecciones convocadas (abril del 2025) y asegurándose que no perderán un día en sus cargos (28 de julio del 2026), será en agosto del próximo año, tendremos el tercer gobierno de transición de los últimos 25 años y el segundo que ocurre en el último año de un periodo gubernamental en los últimos 6 años. El actual pedido de vacancia, por más justificado que esté, no pasará, como no pasaron los anteriores; ella lo sabe, se empodera y confronta, su mafiosa coalición lo sabe, la utiliza y soporta.

Todos hemos sido traicionados por la clase política y nuestros gobernantes, los que votaron y ganaron hoy están fuera del gobierno y son oposición y; los que perdieron y asaltaron el gobierno, hoy gobiernan con alguien que desprecian. La traición y deslealtad nacional esta consumada, una vez más, para ganadores y perdedores. Esa práctica nacional, ayuda explicar, el desprecio ciudadano a la clase política actual, la falta de representatividad y la ilegitimidad de este régimen gubernamental y autoridades en general.  No representan a nadie, solo a sus intereses. Sin representatividad ciudadana no hay legitimidad democrática. No merecemos, no queremos estos gobernantes, tolerarlos o cambiarlos, sólo en nosotros está.

*Abogado y político peruano. Fue ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento en el gobierno de Alejandro Toledo, así como Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo en el gobierno de Ollanta Humala.

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