Cuba – EEUU: Guerra híbrida contra el sistema eléctrico cubano

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Por Magencio

El ataque a los sistemas eléctricos de países a los que Estados Unidos considera sus enemigos, por ejemplo en el caso de Venezuela (apagones y sabotajes contra instalaciones eléctricas) y Rusia (sabotaje contra el gasoducto NordStream II) es una prioridad de los organismos de inteligencia estadounidenses. Por poner un ejemplo de actualidad, en la Siria de Bashar al Assad, gracias a las sanciones occidentales, los apagones habían llegado a las 20 horas diarias.

La destrucción del sistema eléctrico cubano, al que los estrategas estadounidenses consideran la principal vulnerabilidad de la Revolución, es una prioridad altísima para la CIA y para ello han destinado cuantiosos fondos.

Gracias al entramado de leyes del bloqueo estadounidense, endurecidas por Donald Trump en su anterior mandato, y que no fueron revertidas por la saliente administración Biden, actualmente se obstruye todo tipo de adquisición de repuestos y maquinarias para el sistema eléctrico de la isla, ni siquiera teniendo el dinero.

Es de un gran cinismo el que los Estados Unidos, en defensa a las acusaciones cubanas en este sentido, digan que las criminales leyes del bloqueo establecen “exenciones para la exportación de [ciertos] productos básicos a Cuba”.

El bloqueo es la principal razón por la que los mantenimientos no se realizan a tiempo y se produzcan apagones.

Para colmo de males, la energía en Cuba es generada en base a petróleo, que a su vez es objeto de las sanciones estadounidenses a pesar de los grandes esfuerzos que realizan países amigos como Irán y Venezuela para abastecer de combustible a la isla. Esto es reconocido incluso por las mismas fuentes anticubanas de Miami, que a la vez que niegan la existencia del bloqueo estadounidense, dicen que este tipo de restricciones le cuestan a Cuba entre 100 y 150 millones de dólares al mes.

Toda naviera o empresa petrolera que quiera enviarle combustible a Cuba es sujeto de sanciones, presiones y chantajes de todo tipo, entre otras cosas impidiéndole atracar u operar en el territorio estadounidense.

Aún teniendo el combustible, y si los repuestos para el sector eléctrico llegan a la isla, lo hacen tres veces más lento y más caro de lo previsto a causa de las triangulaciones que se deben hacer para esquivar las disposiciones del bloqueo, e incluso se da el caso de que a menudo esos equipos llegan a Cuba con desperfectos producidos por acciones de sabotaje ejecutadas por la CIA en puertos estadounidenses.

Costosos equipos para la generación distribuida de energía de reconocidas empresas como Rolls-Royce y MTU adquiridos por Cuba llegan a puertos estadounidenses en perfectas condiciones pero al ser descargados en la isla tienen daños que solamente podrían ser ocasionados intencionalmente.

Se sospecha que intereses desestabilizadores, más allá del mero oportunismo, podrían estar detrás de casos de robo del aceite de transformadores eléctricos, lo que además de producir cortes de energía, daña a esos equipos y causa serias afectaciones a la población.

Pero este no es el único tipo de sabotajes que afectan al sector eléctrico cubano. Los Estados Unidos son capaces de llegar a extremos absurdos para hacer valer el ilegal bloqueo a Cuba. Un ejemplo de ello es el caso de la compra por la estadounidense General Electric, parte integrante del complejo militar-industrial estadounidense, de la empresa francesa Alstom, dedicada a la fabricación y reparación de equipos de generación eléctrica.

Esa compra se realizo a perdida para General Electric bajo presiones de los Estados Unidos con el solo fin de impedir el abastecimiento de repuestos a Cuba – es decir, una compra netamente política con el objetivo de golpear el corazón del sistema eléctrico cubano: la Central Termoelectrica Antonio Guiteras, en la provincia de Matanzas.

Todos sus generadores de Guiteras provienen de esa empresa, que al pasar a manos de la General Electric queda sujeta a las leyes del bloqueo, lo que le impide venderle a Cuba repuestos y realizar las actividades programadas de mantenimiento de los equipos.

La central de Guiteras, fundada en 1988, es la que mayor estabilidad le proporciona al sistema eléctrico cubano ya que en condiciones normales puede generar más de 280 mega watts-hora al Sistema Electro-energético Nacional y funciona en base a crudo nacional con alto contenido de azufre, lo que abarata los costos pero acorta los ciclos de mantenimiento y aumenta el deterioro de los metales. Esa central fue semi-automatizada en el año 2002 y los acuerdos de mantenimiento con Alstom databan del año 2003, pero gracias a la compra hostil de la CIA/General Electric, ya no se pueden realizar.

Obviamente, una medida estratégica de Cuba en el terreno de la energía debe ser disminuir la dependencia de las importaciones y aumentar la generación de fuentes renovables como la energía solar y la eólica. Y es precisamente allí donde los Estados Unidos tratan de atacar a Cuba con más vigor.

Según el ingeniero Lázaro Guerra Hernández, director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), la estrategia actual de generación busca priorizar las fuentes nacionales con una “matriz de generación diversificada, que priorice las fuentes propias, como son el crudo nacional; el gas acompañante de la extracción del petróleo cubano, y las fuentes renovables de energía”.

Actualmente, el 83% de las inversiones de Cuba en el sector energético corresponden a fuentes renovables nuevas, entre ellas la energía de la biomasa, la eólica y la fotovoltaica. Especialmente esta última es el sector de mayor crecimiento en la actualidad en Cuba seguida de la eólica.

La CIA y los planificadores estadounidenses están muy ocupados recabando toda la información posible sobre este tipo de acciones de Cuba, que en realidad se encuentran disponibles en fuentes abiertas.

Recordemos que el Decreto Ley No. 345, “Del desarrollo de las fuentes renovables y el uso eficiente de la energía”, rige en Cuba desde finales de 2019, trazando el camino y establecido vías, objetivos y regulaciones para que la isla paulatinamente revierta la matriz de generación, pasando de un 95% de dependencia del petróleo a una mayoría de fuentes renovables.

Como parte de esa estrategia, desde inicios del 2024 se lleva a cabo un amplio proceso de inversión que consta de dos proyectos, el primero de ellos permitirá instalar mil mega-watts, en un periodo de dos años. El segundo proyecto, de igual cantidad de generación, debe estar listo en el 2031.

“Son 26 parques solares fotovoltaicos los que en la actualidad se encuentran en diferentes fases de construcción en todas las provincias, lo cual significa un esfuerzo constructivo enorme para el país”, informó Alfredo López Valdés, director general de la Unión Eléctrica, en octubre pasado.

Este tipo de proyectos le está quitando el sueño a los planificadores imperiales, que por todos los medios buscan sembrar dudas sobre su factibilidad afirmando que este tipo de proyectos “no es viable”, siendo que Cuba es un país que se caracteriza por su exposición a la radiación solar, y especialmente tomando en cuenta con que China es la líder mundial en este tipo de tecnologías.

Todo este desarrollo se da a pese de los esfuerzos y las presiones de Estados Unidos. Mientras tanto, los grupos a sueldo de Washington en la Florida redoblan sus esfuerzos mediáticos y de sabotaje para obstruir la generación de energía en Cuba, tanto la tradicional como los nuevos proyectos.

Desde Miami, los grupos anticubanos llaman abiertamente a la población de la isla a cometer actos de sabotaje contra las redes eléctricas a sabiendas de que ese tipo de llamados son rechazados por el pueblo y más bien sirven de mampara para la ejecución de actividades terroristas contra ese servicio esencial para la sociedad.

El gobierno de Cuba alerta que una prioridad de la CIA para los próximos meses es mantener los sabotajes a la generación de electricidad, tanto la tradicional como la de nuevas tecnologías, así como arreciar la persecución financiera contra todo tipo de repuestos y equipos procedentes de Europa, Panamá, etcétera y saboteando la producción nacional de petróleo.

Una vía de ataque contra Cuba se le cerró recientemente a la CIA con la detención del ex director de Petróleos de Venezuela, Pedro Tellechera, detenido por las autoridades venezolanas por ceder el control de la petrolera nacional a una empresa controlada por la Inteligencia estadounidense.

Resumen Latinoamericano

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