Bolivia | El indio permitido Camilo Katari
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Camilo Katari *
Hace ya mucho tiempo atrás, una socióloga mexicana nos comentó acerca del “indio permitido” y su experiencia personal, ya que su pareja cumplía con esa figura. El “indio permitido” es aquél que a través de su formación académica o éxito económico logra un lugar en la sociedad, superando el estigma de ser “indio”, por supuesto que estamos hablando de un contexto de una sociedad racista.
Hoy ha corrido mucha agua en el rio de la teoría y los conceptos, Roberto Enrique González, autor jujeño, en su libro: “Indianismo Kolla jujeño-salteño: fase superadora de la dialéctica ¿indio resistente o indio permitido?” define que el Indio Permitido “es el que se somete a la tutela de los estados modernos y es funcional a éstos, que ejercen el control sobre él y sus pueblos.”
Esta brevísima introducción es el telón de fondo para analizar una sistemática campaña para lograr que Andrónico Rodriguez, actual presidente de la Cámara de Senadores, abandone a Evo Morales y se convierta en el “personaje de la unidad” para “salvar el proceso”.
Un primer punto para analizar son las características que reuniría el presidente del senado para asumir el liderazgo político del MAS, con la aquiescencia de las elites políticas tradicionales (oligárquicas/racistas), estas cualidades serían: su formación académica, la experiencia política legislativa (pactos y acuerdos) su juventud. Estas “cualidades” ajenas a la figura de Morales, especialmente en el tema de su formación académica, se aproximan bastante a la figura del “indio permitido” ya experimentado en Bolivia con un aymara que fue vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Frente a la emergencia histórica incontrastable de los pueblos originarios como los sujetos sociales y principales actores del quehacer político en Bolivia, las elites políticas (que nunca dejaron de existir) asumieron como primera medida exitosa el debilitamiento organizativo de los pueblos originarios, divisiones practicadas desde tiempos del MNR concretadas en las “ch’ampas guerras”, luego asimilarlas al sistema democrático occidental y finalmente fundirla en la llamada “nación boliviana”.
La paulatina fortaleza ideológica del movimiento de pueblos originarios, especialmente en el occidente del país, ha permitido superar los conatos de divisiones, aceptando el principio de unidad como el principal valor organizativo, frente al riesgo de fractura, por ejemplo, cuando el Katarismo perdió hegemonía en la CSUTCB frente al MBL.
Esta consolidación de la ideología de la CSUTCB logró articular el Pacto de Unidad y luego presentar una de las propuestas más importantes de Constitución en la Asamblea Constituyente; definiendo su carácter de fuerza política-electoral. Lamentablemente el MAS en el gobierno fortaleció únicamente el aspecto electoral sobre el organizativo-ideológico, esto tiene hoy, consecuencia como la actual división, pérdida de la fuerza electoral y la falta de liderazgos en todos los movimientos de pueblos.
* Escritor e historiador potosino