Milei y su batalla contra la cultura – Por José Steinsleger

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

José Steinsleger *

Primera parte

Uno. En febrero loco, visité a queridos cuates de la patria chica que, en otras épocas, fueron cuadros con ideas luminosas y ardiente voluntad política. Sin embargo, apenas uno consintió en comentar su estado de ánimo. Aunque puso condiciones: “Mirá…empecemos por lo importante: ¿trajiste el Herradura que te pedí?”

Dos. Chin-chin. Está buenísimo… ¡por México y por AMLO!, exclamó. Y echando mano a un periódico tras empinar el tercer tequilita, se puso a leer el párrafo elegido por Javier Milei, en su primer mensaje a la nación: “…alísate dos tablas de piedras como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste…”. Luego, infirió: “A ver… vos que vivís en un país racional… ¿qué carajo hacemos con esto? ¿Estudiar sicología de masas o criptografía bíblica?”

Tres. Meto reversa. A mediados de 2015, tras 12 años de relativa estabilidad y optimismo, pregunté a un alto funcionario de la Casa Rosada: ¿Hay plan B? Respuesta: Negativo. El candidato es Daniel Scioli, elegido por Cristina. Semanas después, con una diferencia menor a tres puntos, el mafioso argencalabrés Mauricio Macri derrotó a Scioli en las urnas.

Cuatro. Macri ejecutó un fortísimo plan de ajuste, y a finales de su mandato, con ayuda de Donald Trump, consiguió que el FMI le prestase 50 mil millones de dólares. El préstamo más cuantioso (e ilegal), otorgado a un país insolvente. El nuevo ajuste fue demoledor. Entonces, Cristina eligió de candidato al paniaguado Alberto Fernández (AF), impidiendo la relección del mafioso (2019).

Cinco. En tanto, los gobiernos progres de la subregión involucionaban. En Brasil, destitución leguleya de la presidenta Dilma Rousseff (2016), requisito para encarcelar a Lula y allanar el camino a Jair Bolsonaro; en Ecuador, traición de Lenín Moreno a la revolución ciudadana, iniciada por Rafael Correa (2017); en Venezuela, autodesignación de Juan Guaidó como presidente interino, y en Bolivia golpe de Estado contra Evo Morales (2019).

Seis. Hechos que precedieron a los del cuatrienio 20/23, junto con otros que hasta hoy, salvo en México, tienen a las gentes de razón más perdidas que turco en la neblina: 1) estragos sicoemocionales masivos por las restricciones del covid; 2) confusión total en la endeble portería de políticos y politólogos, goleados digitalmente por ultramontanos y conspiranoicos, y 3) crecimiento exponencial de las redes antisociales y sociales, que en niños, adolescentes y jóvenes sub-30 trastornaron, caóticamente, sus formas de percibir el mundo.

Siete. De esos lodos surgió (en Argentina y otras latitudes) el barro libertario de Milei. Un personaje agresivo, vociferante, inculto, confuso, sin trayectoria política, sin ideología, sin partido, sin familia y “doctor honoris causa” de una universidad patito de Buenos Aires. Las gentes de razón dijeron (dijimos): está loquito. Pero pocos repararon en la particular atención que empezó a prodigarle el poder financiero y mediático concentrado.

Ocho. Las analogías apenas sirven para ilustrar fenómenos históricos que guardan similitud. No obstante, frente a Milei fue ineludible recordar al pintor de brocha gorda que a finales de la Primera Guerra Mundial (I-GM) también fue calificado de loquito (adenda: con excepción de Franz Kafka). Como fuere, la pericia sicológica que la justicia realizó Milei en 2018 tras agredir verbalmente a una periodista, está guardada bajo siete llaves, según el abogado y consultor penal José Manuel Ubeira.

Nueve. Quisiera, ahora, detenerme en algo poco investigado. Me refiero a la mal llamada gripe española, una de las más desvastadoras epidemias de influenza de la historia humana (1918-19). En poco más de un año, 20 a 40 millones de muertos, cifra proporcionalmente superior a los 15/24 millones de la I-GM. Y on line, revolución en Rusia, contrarrevolución en Alemania, Tercera Internacional comunista de Lenin, los Fasci di Combattimento de Mussolini, y el Partido Obrero Alemán que precedió al nacionalsocialista de Hitler (1919).

Diez. ¿Cuál fue el impacto sicológico y emocional de tales flagelos en las juventudes europeas? No hubo, como hoy, investigaciones detenidas. Por ejemplo, el Informe sobre desarrollo humano 2023-24, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (reseñado por Laura Poy Solano en La Jornada (14/3/24).

Once. El informe alertó que más de 3 mil millones de habitantes en el planeta declaran que su nivel de estrés y preocupación aumentó tras la pandemia, añadiendo que nueve de cada 10 personas afirman mantener un apoyo inquebrantable a la democracia, pero que no deja de crecer el número de quienes apoyan a liderazgos políticos que la socavan.

Doce. Del ensayista argentino Marcelo Figueras: Los pibes y pibas que crecieron en Argentina de 2016 en adelante, están siendo enviados al frente de la batalla de la vida mal pertrechados, sin conducción, para dar la cara un enemigo infinitamente superior, que ni siquiera necesita trabarse en cuerpo a cuerpo porque minó el terreno, y además cuenta conque se maten entre ellos. Y nosotros, los adultos, hemos consentido que se los enviase a esa guerra, con un silencio vergonzante (portal El cohete a la luna, Buenos Aires, 14/7/24).

Segunda parte

Uno. En 10 meses de gestión, el liberticida Javier Milei logró que la pobreza creciera a 53 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Indicador que, de incluir a sectores bajos con ingresos fijos que vienen perdiendo poder adquisitivo, ascendería a 74 por ciento (35 de 47 millones de argentinos).

Dos. Desglosados, los números del Indec registran 8.5 millones de indigentes, y en pobreza más de la mitad de los menores de 14 años. Castigo que en los de 15 a 29 años trepa a 60 por ciento, en tanto 48.6 de los que tienen de 30 a 64 años, llevan una vida precaria. Ni hablar del salario mínimo, que perdió 26 por ciento.

Tres. Unicef estima que “un millón de niños se van a la cama sin cenar” en el país de los alimentos. Y con el miserable pretexto de que los movimientos sociales viven-delEstado, el liberticida dejó de suministrar alimentos a millares de comedores populares. De tal suerte que la Iglesia, de un lado, y el narco, por el otro, suplieron la tarea.

Cuatro. El electroencefalograma plano de Milei fue diseñado por el ultraliberal Alberto Benegas Lynch, quien en los años 90 sirvió de nexo entre los tecnócratas neoliberales formateados por el llamado Consenso de Washington, y el peronista faccioso Carlos Menem.

Cinco. Primo segundo del Che, Benegas Lynch inyectó en su criatura de laboratorio la idea de que la justicia social es una “aberración”, los derechos humanos “un curro” (negociado), los luchadores sociales “terroristas”, la educación pública “un costo”, y las universidades estatales, junto con los institutos de investigación científica, “centros de adoctrinamiento”. A más de impugnar la memoria histórica y símbolos patrios, la noción de soberanía, el respeto a jubilados, el acceso gratuito a la salud y medicamentos, siga usted.

Seis. Orientado por su tutor, Milei prestó atención al economista Ludwig von Mises (1881-1973), ideólogo de la “escuela austriaca” (pionera del neoliberalismo), que en su libro Liberalismo (1927), vislumbró en el fascismo una “herramienta de emergencia” contra el bolchevismo. No obstante, creer que Milei es “fascista”, sería ofender a Mussolini, subestimando a millones de jóvenes que lo votaron para expresar su enojo contra la deplorable gestión presidencial de Alberto Fernández, denunciado hoy, penalmente, por satiriasis.

Siete. Más atinado, creo, sería decir que lejos de ser un outsider o “fenómeno político”, el liberticida surgió del perfil histérico de una sociedad culturalmente yoísta, apátrida, antipopular, conservadora, y visceralmente antiperonista, que en el balotaje, con fina intuición clasista, volcó sus votos (25.66 por ciento) a los cosechados por “La Libertad Avanza” (sic) en la primera ronda electoral (29.99).

Ocho. Ahora bien. ¿Cómo se logró en tiempo récord, el desastre de lo que el liberticida, hieráticamente, llama “milagro argentino”? ¿Destruyendo el Estado “desde adentro”, como suponen algunos, o usándolo de garantía para subastar los recursos naturales del país, y honrar-los-compromisosexternos? (leáse: saqueo del FMI y los fondos buitres de inversión).

Nueve. Para ello, Milei degradó o eliminó 12 ministerios de un plumazo, congelando la obra pública y dejando a docenas de miles de trabajadores estatales en la calle, a saber:

Ministerios de Educación, Cultura, Trabajo, Desarrollo Social y de la Mujer, agrupándolos en el “Ministerio de Capital Humano” (sic).

Ministerios de Transporte, Obras Públicas y Desarrollo, agrupándolos en el “Ministerio de Infraestructura” (sic).

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto con el de Turismo y Deportes, transferidos al Ministerio del Interior (Gobernación). En tanto, el de Ciencia, Tecnología e Innovación pasó a la jefatura de gabinete, y el de Justicia y Derechos Humanos cambió su nomenclatura a, simplemente, “Ministerio de Justicia”.

Diez. Días atrás, Milei disertó en la asamblea general de la ONU, y criticó al organismo por imponer una “agenda ideológica” (sic). Entonces, el grueso de los 193 representantes abandonaron el recinto, y algunos recordaron, posiblemente, el Día Mundial del Gorila (sic, 24 de septiembre).

Once. De paso, nuestro héroe del mes asegura estar librando una “batalla cultural contra el socialismo” (sic). Sólo que en casa, tal “batalla” se libra contra el peronismo desde hace fúuuu… Una identidad político/ cultural, que la fauna oligárquica ha tratado de erradicar con leyes antilaborales, persecuciones, cárcel, tortura, desaparecidos, asesinatos y genocidio. Habiendo sido el fallido magnicidio contra Cristina Fernández el último intento para dispersar la caballada que no olvida a Juan Domingo Perón.

Doce. El gran pensador cubano José Antonio Portuondo (1911-96), decía: “la cultura es la expresión de la conciencia nacional”. Por consiguiente, veremos si en el país de Maradona y Freud, el cruel humanoide que “las fuerzas del cielo” (sic) sentaron en la silla presidencial, consigue borrarla de todo un pueblo, enajenando a una sociedad enferma.

* Periodista y escritor argentino residente en México. Columnista de La Jornada de México.

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