Los poderosos amigos de la industria tecnológica de James Vance – Por Theodore Schleifer y Ryan Mac

944

Los poderosos amigos de la industria tecnológica de James Vance

Por Theodore Schleifer y Ryan Mac *

El paso de Vance por la industria tecnológica fue crucial para forjar conexiones con ejecutivos e inversores multimillonarios, entre ellos Peter Thiel, David Sacks y Elon Musk.

El mes pasado, J. D. Vance voló a San Francisco con el fin de celebrar un acto de recaudación de fondos para Donald Trump y organizar una cena privada posterior con dos decenas de ejecutivos e inversionistas en tecnología y criptomonedas.

El lugar de reunión fue la opulenta mansión de Pacific Heights de David Sacks, un empresario y podcastero a quien Vance había conocido a través del inversionista tecnológico Peter Thiel. Vance, que ahora tiene 39 años, trabajó en 2016 para una de las firmas de inversión de Thiel en San Francisco.

Durante la cena de esa noche, que tenía un costo de 300.000 dólares por persona, Trump, quien estaba sentado entre Sacks y otro inversor tecnológico, Chamath Palihapitiya, hizo un sondeo informal en la sala consultando a quién debería elegir como compañero de fórmula. Aunque estaba presente Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte que también aspiraba a la vicepresidencia, tanto Sacks como Palihapitiya y los demás respondieron lo mismo: elija a Vance, le dijeron a Trump, según dos personas familiarizadas con la conversación.

Vance, el senador por Ohio elegido por Trump esta semana para ser su compañero de fórmula, pasó menos de cinco años en la industria tecnológica de Silicon Valley, donde trabajó como capitalista de riesgo junior y ejecutivo de biotecnología. Pero aunque dejó poca huella en la escena tecnológica, fue un periodo formativo que ha impulsado su asombroso ascenso en el Partido Republicano, y es probable que influya en su futuro político.

El paso de Vance por la industria tecnológica fue crucial para forjar conexiones con ejecutivos e inversores multimillonarios, entre ellos Thiel, Sacks y Elon Musk, quien es propietario de la red social X. Una y otra vez, esos hombres han financiado las ambiciones políticas de Vance, han elevado su perfil entre otros donantes ricos y en las redes sociales, y han presionado a Trump para que lo elija como su compañero de fórmula.

Antes de las elecciones intermedias de 2022, Thiel donó 15 millones de dólares para apoyar la campaña de Vance al Senado. Sacks donó un millón a un comité de acción política de apoyo a la carrera del Vance. El lunes, en un post en la red Truth Social, Trump citó la “muy exitosa carrera empresarial en tecnología y finanzas” de Vance como una de las razones por las que fue elegido como su compañero de fórmula.

“Su experiencia en tecnología ha influido absolutamente en su manera de pensar”, dijo Nathan Leamer, director ejecutivo de Fixed Gear Strategies, una consultora de políticas tecnológicas, sobre Vance. “Se relacionó con algunas personas influyentes que ahora están con Trump”.

Sin embargo, si Trump y Vance son elegidos para la Casa Blanca en noviembre, no está claro si Vance estará de acuerdo con los intereses de Silicon Valley. Ha elogiado a la Comisión Federal de Comercio, que ha presentado demandas antimonopolio contra las mayores empresas tecnológicas, y ha pedido la disolución de Google porque era una “empresa tecnológica explícitamente progresista”.

Los representantes de Vance, así como la campaña de Trump y Sacks no respondieron a las solicitudes de comentarios.

“JD es una elección excepcional”, dijo Palihapitiya en un mensaje de texto. “Todos estaremos mejor mientras él trabaja en nombre de todos nosotros”.

El camino de Vance hacia la industria tecnológica comenzó cuando era estudiante en la Facultad de Derecho de Yale. En 2011, conoció a Thiel después de que el inversionista pronunciara un discurso en Yale, donde se burló de las perspectivas profesionales de los estudiantes de Derecho y argumentó que su tiempo podría estar mejor empleado en Silicon Valley.

“La charla de Peter sigue siendo el momento más significativo de mi estancia en la Facultad de Derecho de Yale”, escribió Vance en un ensayo publicado en 2020 en una revista literaria católica.

Vance, quien se graduó en Derecho en Yale en 2013, se mudó al área de la Bahía de San Francisco y trabajó como ejecutivo en Circuit Therapeutics, una empresa de biotecnología.

Frederic Moll, el director ejecutivo de Circuit en ese momento, dijo que contrató a Vance porque “era un tipo muy inteligente con una impresionante experiencia en leyes, pero también fue un favor para Peter”, refiriéndose a Thiel. La empresa de capital riesgo de Thiel ya había invertido en una de las empresas de Moll.

El actual candidato republicano a la vicepresidencia se mantuvo en contacto con Thiel, quien escribió una reseña promocional para Hillbilly, una elegía rural, el libro de memorias de Vance que fue publicado en 2016. Thiel también impulsó la contratación de Vance para un cargo en Mithril Capital, una firma de riesgo que el inversionista cofundó, según dijo una persona con conocimiento de esa situación.

Vance se unió a la empresa en 2016 como director. Sus colegas lo recuerdan principalmente por presentarles el refresco ultra dulce Big Red, muy lejos de las bebidas La Croix que definen la cultura de Silicon Valley, dijo un colega inversor.

Por ese entonces, el perfil de Vance comenzó a subir mientras Hillbilly, una elegía rural se convirtió en un éxito de ventas. Mientras que Thiel había ganado atención por su apoyo a Trump, Vance fue en una dirección distinta, presentándose como un “tipo que nunca apoyaría a Trump” en una entrevista con Charlie Rose ese otoño.

Varios meses después, Vance dejó Mithril Capital después de enfrentarse con el socio gerente de la firma, Ajay Royan, según dijeron tres personas familiarizadas con la situación.

“JD es un amigo, y fue un miembro talentoso y valioso del equipo de Mithril”, dijo Royan en un comunicado.

En 2017, Vance se convirtió en socio de Revolution, una firma de riesgo fundada por el cofundador de America Online, Steve Case, y comenzó a dividir su tiempo entre Ohio y Washington, donde la firma tenía su sede. Trabajó allí durante unos 18 meses.

En entrevistas, Case ha dicho que Vance “no trabajaba mucho” en Revolution. Case declinó hacer comentarios a través de una portavoz.

En 2020, Vance fundó su propia empresa de riesgo, Narya Capital, en Cincinnati. Recurrió a sus conexiones tecnológicas, incluido el ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, el inversor multimillonario Marc Andreessen y Thiel, para recaudar un fondo de 120 millones de dólares. Thiel accedió a formar parte del comité asesor de liderazgo de Narya, dijo una persona con conocimiento de la relación.

En esa época, Vance se interesó en respaldar las plataformas tecnológicas favorecidas por los conservadores, incluyendo la red social Parler. Asesoró a Rebekah Mercer, accionista mayoritaria de Parler y una importante donante republicana, y consideró la posibilidad de invertir en la empresa, dijeron dos personas con conocimiento de las conversaciones.

Narya no invirtió finalmente en Parler, pero invirtió junto con Thiel en Rumble, un competidor de YouTube favorecido por los conservadores, en 2021. Narya también invirtió en AppHarvest, una empresa de cultivo en interiores localizada en Kentucky, que salió a bolsa a finales de 2020. AppHarvest se declaró en quiebra el año pasado.

Alrededor de ese tiempo, Vance cofundó una red de importantes donantes conservadores con algunos líderes tecnológicos, llamada Rockbridge Network. En julio de 2021, anunció su candidatura al escaño del Senado por Ohio, que pronto quedaría vacante. Thiel accedió a respaldarlo e intermedió en las conversaciones entre Trump y Vance, quien buscó el apoyo del expresidente.

“Al igual que otros, JD Vance puede haber dicho algunas cosas no tan buenas sobre mí en el pasado, pero ahora lo entiende, y lo he visto con creces”, dijo Trump cuando finalmente apoyó la candidatura de Vance al Senado.

La relación de Thiel con Trump se ha deteriorado desde entonces, mientras que los lazos de Vance con el expresidente se han fortalecido. En una conferencia en Aspen, Colorado, el mes pasado, Thiel dijo que votaría por Trump solo “si me ponen una pistola en la cabeza”.

Thiel hizo llamadas para animar a Trump a elegir a Vance, dijeron dos personas informadas sobre las llamadas. Con Vance como compañero de fórmula de Trump, es mucho más probable que Thiel apoye la candidatura, afirmaron otras dos personas cercanas al inversor. Después de que Trump anunció a Vance como su elección el lunes, Thiel envió un mensaje a sus asociados cercanos para expresar su entusiasmo, dijeron.

Vance “era muy amigo de la red Thiel desde hace años”, dijo Crystal McKellar, un capitalista de riesgo que trabajó con Vance en Mithril Capital. “Parecía que Peter veía algo realmente especial en él y quería impulsarlo”.

Musk también animó al Trump a elegir a Vance en comunicaciones privadas recientemente. El lunes, Musk dijo que la selección de Vance fue una “excelente decisión”.

Vance ha confiado en Sacks, a quien llamó “uno de mis confidentes más cercanos” en la política en una gala celebrada esta primavera. Después de ese evento, Vance presentó a Sacks al hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr.

El expresidente ha quedado impresionado por la riqueza y el perfil mediático de Sacks, dijo una persona familiarizada con la opinión de Trump, y Sacks habló el lunes en la Convención Nacional Republicana.

El mes pasado, en la recaudación de fondos para la campaña de Trump celebrada en San Francisco, Sacks le devolvió el favor a Vance. El evento de alto perfil, que recaudó 12 millones de dólares para la campaña de Trump, no habría ocurrido sin Vance, dijo Sacks, según una persona con conocimiento de sus comentarios en la reunión.

“Este es el que quiero al lado de Trump”, publicó Sacks en X el lunes. Y añadió: “Dios bendiga a JD, Dios bendiga a Trump y Dios bendiga a los EE.UU.”.

* Theodore Schleifer y Ryan Mac son periodistas del The New York Times. Schleifer cubre los financiamientos de campaña, centrando gran parte de mi reporte en los multimillonarios y su influencia en la política estadounidense. Mac trabaja desde Los Ángeles, cubriendo la responsabilidad corporativa en toda la industria tecnológica global.

NYTimes

Más notas sobre el tema