G20 en Brasil | Lula anunció la creación de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza 

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Lula presentó la «Alianza Global contra el Hambre» en una reunión del G2O

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó este miércoles a los gobiernos del mundo a «actuar juntos» y adoptar «soluciones duraderas» contra el hambre, una tragedia «inaceptable» en el mundo moderno. Lula anunció en Río de Janeiro la creación de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, abierta a todos los países y a la que propone financiar con un impuesto a las grandes fortunas. El nuevo mecanismo, que será oficialmente lanzado en noviembre, es una prioridad de la presidencia brasileña del G-20, cuyos ministros de Finanzas se reúnen este jueves y viernes en Río.

«El hambre es un atentado a la vida»
«Ningún asunto es más actual y desafiante para la humanidad. El hambre es la más degradante de las privaciones humanas, un atentado a la vida y una agresión a la libertad», afirmó Lula en una reunión de ministros de Desarrollo del G20, en Río de Janeiro. Los documentos constitutivos de la Alianza contra el Hambre fueron aprobados por unanimidad en la reunión ministerial del foro que agrupa a las mayores economías del mundo, por lo que desde ahora cualquier país interesado en participar puede unirse.

La alianza empezará a operar oficialmente, ya con sus miembros fundadores y sus diferentes proyectos, en la cumbre que el G20 tendrá en noviembre próximo en Río, cuando concluye la presidencia temporal del foro actualmente ejercida por Brasil. La idea es que cada país diseñe su propio plan y defina sus metas de combate al hambre y la pobreza, y que la alianza ayude a cumplirlas tanto con aportes financieros como de experiencias y tecnologías.

Lula dijo que esta alianza funcionará hasta 2030, plazo que tienen los países para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODS) de erradicar el hambre, y que tendrá una estructura pequeña y eficiente con la mitad de sus gastos costeados por Brasil. El líder progresista destacó la importancia de volver a colocar el hambre en el centro de la agenda internacional y lamentó que se trate de un problema persistente, que atribuyó a la falta de voluntad política.

«Los gobernantes tienen que tener en cuenta a los excluidos porque no es posible que casi en la mitad del siglo XXI, cuando estamos discutiendo la inteligencia artificial, aún estemos obligados a promover una discusión para decirles a los dirigentes que cuiden de los pobres», afirmó Lula, quien insistió: «El hambre no es resultado tan solo de factores externos. Es consecuencia, sobre todo, de decisiones políticas. Hoy el mundo produce alimentos más que suficientes para erradicarla. Lo que falta es crear las condiciones para ofrecer acceso a los alimentos».

Según el presidente brasileño, visiblemente emocionado durante su discurso, los gobernantes y las personas con poder de decisión tienen que comprender que el hambre «no es algo natural» y que su combate exige decisión política. «Mucho dinero en la mano de pocos simboliza miseria, prostitución y hambre. Por el contrario, poco dinero en la mano de muchos significa prosperidad, decencia y dignidad para todos», afirmó.

733 millones de personas con hambre
Lula dijo que participar en una reunión internacional para lanzar una iniciativa brasileña para erradicar el hambre es uno de los momentos más importantes en los 18 meses de su tercer mandato. El líder de izquierda calificó como «aterradores» los datos divulgados este miércoles por la ONU en Río de Janeiro y según los cuales los niveles de hambre se mantuvieron preocupantemente altos en 2023 por tercer año consecutivo, con unas 733 millones de personas subalimentadas de forma crónica en todo el mundo.

Se trata de más de un nueve por ciento de la población mundial, debido a la persistencia de las guerras y de las dificultades económicas y el cambio climático. En ese sentido Lula destacó los resultados de las políticas sociales de su gobierno, que permitieron reducir en un 85 por ciento el número de brasileños en situación de inseguridad alimentaria, y afirmó que Brasil volverá a ser excluido del llamado Mapa del Hambre antes del final de su tercer mandato, en diciembre de 2026.

En un mensaje de video exhibido en Río durante la presentación del informe, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacó: «El hambre no tiene lugar en el siglo XXI. Un mundo con hambre cero no sólo es necesario: con acciones financieras es alcanzable. Podemos resolver esta crisis». Erradicar la pobreza extrema y el hambre de aquí a 2030 es parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por los Estados miembros de la ONU en 2015.

Impuesto a los súper ricos
Después de una primera reunión en San Pablo en febrero, los ministros de Finanzas del G20 también deben intentar avanzar en la idea de crear un impuesto a las grandes fortunas, otra prioridad del gobierno brasileño. «Los súper ricos pagan proporcionalmente mucho menos impuestos que la clase trabajadora», advirtió Lula en su discurso este miércoles, y pidió «corregir esa anomalía».

«Brasil viene insistiendo en el tema de la cooperación internacional para desarrollar estándares mínimos de tributación global, fortaleciendo las iniciativas existentes e incluyendo a los multimillonarios», dijo el mandatario progresista. Apoyada por Francia, España, Sudáfrica, Colombia y la Unión Africana, la iniciativa pretende gravar los patrimonios más altos tomando como base el trabajo del experto en desigualdad francés Gabriel Zucman, quien en junio realizó un informe a pedido de Brasil.

Zucman concluyó que si los billonarios pagaran el equivalente a un dos por ciento de sus riquezas en impuestos sería posible recaudar anualmente entre 200 mil y 250 mil millones de dólares. Según el ministro brasileño de Hacienda, Fernando Haddad, ese monto es casi cinco veces superior al que los 10 mayores bancos multilaterales destinaron en 2022 a proyectos de combate contra el hambre y la pobreza.

Haddad dijo que es necesario aumentar significativamente los recursos para erradicar el hambre hasta 2030, así como buscar fuentes innovadoras para financiar esos proyectos, como «asociaciones con el sector privado y la reforma de los bancos multilaterales». En su intervención en la reunión ministerial del G20 en la que fue lanzada la Alianza contra el Hambre, el ministro planteó que otra forma de movilizar recursos contra el hambre es obligando a «los ultra ricos a pagar su justa contribución en impuestos».

«Las negociaciones están yendo bastante bien», aseguró Tatiana Rosito, secretaria de Asuntos Internacionales del ministerio de Hacienda. Pero «tal como están las cosas, no hay consenso», estimó un funcionario del ministerio alemán de Finanzas. Estados Unidos se opone a las negociaciones internacionales sobre el tema, como recordó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, durante una reunión del G7 de Finanzas en Italia en mayo.

Debido a las divisiones entre los países occidentales y Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania, a fines de febrero de 2022, la cuestión de una declaración conjunta en las reuniones del G20 se torna espinosa. De acuerdo con Brasilia, las cuestiones geopolíticas no entrarán en el comunicado final previsto para el viernes por la noche, sino que serán mencionadas en un comunicado separado emitido por la presidencia brasileña.

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ONU: la inseguridad alimentaria alcanza niveles globales alarmantes y exige financiamiento

En 2023, una de cada 11 personas en el mundo y una de cada cinco en África se encontraban en situación de hambre. Según la información recogida en el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas, en dicho año, entre 713 y 757 millones de personas estuvieron en situación de inseguridad alimentaria. Los datos revelan que la prevalencia global de la malnutrición se mantuvo prácticamente sin cambios durante tres años consecutivos, después de un fuerte aumento durante la pandemia de la COVID-19.

El informe, publicado el miércoles, 24 de julio, durante un evento en el que los países del G20 ratificaron la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, titulado Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Mundo (The State of Food Security and Nutrition in the World, en inglés) revela que el mundo está lejos de alcanzar el ODS 2 (Objetivo de Desarrollo Sostenible) para el 2030. El objetivo pretende reducir a cero los índices globales de hambre e inseguridad alimentaria y está amenazado por la falta de mejoras en la seguridad alimentaria y el avance desigual en el acceso económico a la alimentación saludable.

El estudio estima que, en 2023, el 28,9% de la población mundial, aproximadamente 2,33 mil millones de personas, estaban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave. La elaboración del estudio estuvo a cargo de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura); UNICEF (Fondo); el FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola); el PMA (Programa Mundial de Alimentos) y la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Los desafíos son más profundos para los países del Sur Global. Los datos revelan que, en 2023, los países de América Latina y del Caribe presentaron un avance significativo en la mejora de las condiciones de alimentación y seguridad alimentaria de las poblaciones. Por otro lado, el hambre sigue creciendo en África y permanece sin cambios en Asia.

El informe también registra que, con respecto al cumplimiento del ODS 2, hubo un avance en la erradicación de todas las formas de desnutrición como, por ejemplo, en la reducción de los índices de enanismo y enfermedad consuntiva (wasting, en inglés) entre niños menores de cinco años (pérdida excesiva de peso y masa muscular derivada de la situación de inseguridad alimentaria), y en la mejora de la lactancia exclusiva entre bebés menores de seis meses en el mundo. Sin embargo, el objetivo de garantizar el acceso regular a alimentos adecuados para todos se estancó.

Los recursos exclusivos son insuficientes
El informe también mapeó que menos de un cuarto de los flujos de financiamiento público para respaldar medidas para el desarrollo se destinaron a la seguridad alimentaria y la nutrición.

Entre 2017 y 2021, esos montos sumaron USD 76 mil millones al año, de los cuales solo un 34% ayudaron a hacer frente a los principales motivos de inseguridad alimentaria y de desnutrición. Esos recursos fueron, predominantemente, hacia África y países de ingresos medios y bajos. “Los gobiernos de los países de bajos ingresos parecen tener escasa capacidad de gasto para abordar los principales factores de inseguridad alimentaria y desnutrición”, señala el informe de la ONU.

Por otra parte, el financiamiento privado, incluidas acciones de filantropía e inversiones internacionales en sistemas agroalimentarios, alcanzó los 95 mil millones de dólares al año entre 2017 y 2022. Los financiamientos mixtos (públicos y privados) representan cifras modestas, mientras que los préstamos bancarios para la agricultura, la silvicultura y la pesca muestran una disminución en los años analizados.

El financiamiento contra el hambre es urgente
Como advertencia, el informe indica que para alcanzar las metas del ODS 2 de poner fin al hambre, a la seguridad alimentaria y a la desnutrición, se debe aumentar y mejorar el financiamiento de medidas y políticas públicas para tal fin. “En la actualidad, no existe una imagen clara del financiamiento para la seguridad alimentaria y nutricional – ni lo que hay disponible ni lo que todavía se necesita – para alcanzar estas metas. Se necesita con urgencia una definición común y un mapeo del financiamiento para la seguridad alimentaria y nutricional, dado que los esfuerzos actuales carecen de la atención y la claridad adecuadas”, subraya el documento.

Por último, el informe define que el financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición como los recursos financieros públicos y privados, nacionales y extranjeros, debe asignarse de inmediato a la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas desnutrición. “Para garantizar la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad de alimentos nutritivos y seguros y prácticas que favorezcan una alimentación saludable, así como la salud, la educación y la asistencia social, y que incluyan los recursos financieros para reforzar la resiliencia del sector agroalimentario”, concluye el estudio.

G 20


Lula anuncia Aliança Global contra a Fome no G20: ‘Um imperativo moral e de justiça social’

O governo Lula (PT) anunciou nesta quarta-feira 24, durante um encontro do G20 no Rio de Janeiro, a Aliança Global contra a Fome e a Pobreza.

A proposta não se destina apenas aos países integrantes do grupo, mas a todos os interessados. A aliança será lançada oficialmente na reunião do G20 em novembro, também no Rio.

O anúncio ocorre no dia em que a Organização das Nações Unidas para Alimentação e Agricultura divulgou o relatório O Estado da Segurança Alimentar e Nutrição no Mundo.

Os dados mostram que, em uma perspectiva internacional, a fome permaneceu praticamente no mesmo nível nos últimos três anos, depois de um pico na pandemia. Entre 713 milhões e 757 milhões de pessoas podem ter passado fome em 2023, o que equivale a uma entre 11 pessoas no mundo.

No Brasil, a população em situação de insegurança alimentar diminuiu de 32,8%, no período entre 2020 e 2022, para 18,4%, entre 2021 e 2023.

De 2020 a 2022, 70,3 milhões de brasileiros estavam em insegurança alimentar moderada ou grave; entre 2021 e 2023, 39,7 milhões permaneciam nessa condição.

Considerando apenas a insegurança alimentar grave – quando as pessoas passam fome, de fato -, os dados mostram que, de 2020 a 2022, essa situação atingia 9,9% dos brasileiros (21,1 milhões); já de 2021 a 2023, eram 6,6% (14,3 milhões).

Durante a sua participação na reunião do G20, Lula destacou que a agenda é um dos momentos mais relevantes dos 18 meses de seu terceiro mandato.

“Ao longo dos séculos, fome e pobreza estiveram cercadas de preconceitos e interesses. Muitos viam os pobres como um ‘mal necessário’ e mão-de-obra barata para produzir as riquezas das oligarquias”, disse o presidente.

“Nas últimas décadas, a globalização neoliberal agravou esse quadro. Nunca tantos tiveram tão pouco e tão poucos concentraram tanta riqueza. Em pleno século 21, nada é tão absurdo e inaceitável quanto a persistência da fome e da pobreza, quando temos à disposição tanta abundância, tantos recursos científicos e tecnológicos e a revolução da inteligência artificial. Nenhum tema é mais atual e mais desafiador para a humanidade.”

O petista enfatizou a desigualdade de gênero e mencionou agravantes como a discriminação étnica, racial e geográfica, que amplifica a fome e a pobreza entre populações afrodescendentes, indígenas e comunidades tradicionais.

“Mas a fome não resulta apenas de fatores externos. Ela decorre, sobretudo, de escolhas políticas”, prosseguiu. “Enquanto isso, os gastos com armamentos subiram 7% no último ano, chegando a 2,4 trilhões de dólares. Inverter essa lógica é um imperativo moral, de justiça social, mas também essencial para o desenvolvimento sustentável.”

Ainda de acordo com Lula, a Aliança Global contra a Fome e a Pobreza será um dos principais resultados da presidência brasileira no G20. “Vamos sistematizar e oferecer um conjunto de projetos que possam ser adaptados às realidades específicas de cada região. Toda adaptação e implementação deverá ser liderada pelos países receptores, porque cada um conhece seus problemas. Eles devem ser os protagonistas de seu sucesso.”

O Brasil arcará com metade dos custos administrativos da Aliança Global, algo em torno de 9 milhões a 10 milhões de dólares até 2030. O restante dos recursos virá de países como a Noruega e de demais governos dispostos a colaborar.

O Banco Mundial manifestou apoio à iniciativa, a partir de uma declaração de seu presidente, o indiano Ajay Banga. Ele elogiou os conceitos da Aliança Global e os resultados do programa Bolsa Família.

CARTA CAPITAL

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