Colombia: candidato presidencial de Alianza Verde define a su compañero de fórmula
El candidato presidencial de la Alianza Verde Enrique Peñalosa designó hoy como su fórmula a la vicepresidencia a Isabel Segovia, la gerente de la fundación privada Compartir. Con esa movida, Peñalosa ratifica que su perfil es más de técnico que de político, se aleja más de las directivas progresistas de su partido y no suma ni un voto. Pero envía el mensaje de que la educación será un tema central de su campaña.
Isabel Segovia es una total desconocida en el mundo político pero en el mundo de la educación es admirada. Es historiadora de la Universidad de Pensilvania, con maestría en estudios latinoamericanos de Vanderbilt y, aunque sus padres tienen residencia en Cartagena, ha hecho su vida laboral en Bogotá.
De 40 años de edad, ha sido docente y consultora en educación y fue viceministra de Educación cuando esa cartera era manejada por Cecilia María Vélez, quien conoció a Segovia cuando ésta dirigía el premio Compartir al mejor maestro. Con Vélez, Segovia trabajó sobre todo en temas de educación rural, primero como gerente de un proyecto en educación rural, luego como directora de poblaciones y finalmente como vice de educación preescolar, básica y media durante la era Uribe.
Desde que salió del Ministerio en 2010, dirige la Fundación Compartir, una ONG creada por el constructor Pedro Gómez para mejorar la gerencia en la educación y para capacitar maestros. En ese cargo codirigió el estudio ‘Tras la excelencia docente’ -que plantea que para revolucionar la educación en Colombia hay que poner el énfasis a la calidad de la docencia- y que el presidente Juan Manuel Santos prometió adoptar en febrero de este año.
Fue tras leer ese estudio, que Peñalosa se convenció de que era la persona para el cargo que estaba buscando.
Peñalosa ya la había conocido por recomendación de Vélez, quien fue su Secretaria de Educación en Bogotá y es cercana a él, y desde entonces la consultaba de vez en cuando en temas de educación para sus consultorías.
Finalmente la escogió, según nos contó una fuente cercana al candidato, por su perfil técnico y de gestión y porque, si bien no le suma votos, sí fortalece el perfil que él le quiere dar a su campaña en la que dos de los temas más importantes serán lo urbano y la educación. Además, refuerza la imagen que quiere proyectar de no ser un político tradicional.
Pero la suya no es ni de lejos una cara conocida, lo cual evidencia que su escogencia no hace parte de un cálculo político de Peñalosa.
El proceso de selección
Aunque el ex alcalde se asesoró de algunos copartidarios del ala verde, como el copresidente Antonio Sanguino, quienes le ayudaron a definirse, la selección de Segovia fue una decisión más peñalosista que de la Alianza Verde.
Entre los criterios para elegir la fórmula vicepresidencial de Peñalosa estuvieron que no fuera alguien de la oligarquía ni de la élite bogotana, como una forma de hacerle contrapeso a la fórmula Santos-Vargas Lleras; que no proviniera del mundo de la política ni representara otro movimiento político, que fuera de una región y que fuera mujer.
En la baraja alcanzaron a estar -según dos fuentes de la campaña de Peñalosa- la ex ministra Cecilia María Vélez (descartada porque identificaba a Peñalosa con el ex presidente Uribe), la columnista Natalia Springer, las también ex ministras Cecilia López Montaño y Paula Marcela Moreno, Íngrid Betancourt y hasta un hombre: el padre jesuita Francisco de Roux, líder del prestigioso Programa de Paz del Magdalena Medio con Miriam Villegas.
Segovia nació en el seno de una importante familia de la élite de Cartagena. Su papá es el ex congresista y ex ministro Rodolfo Segovia Salas, quien nació en Barranquilla, se crió en Cartagena y es un reconocido patriarca conservador (alvarista, era muy amigo de Álvaro Gómez), que tiene más prestigio en círculos empresariales y sociales que votos. De hecho, ya no tiene ningún músculo electoral.
Industrial retirado del mundo de los hidrocarburos y ex presidente de Ecopetrol, el papá de la candidata en el pasado apoyó la candidatura al Senado de William Montes, quien luego fue condenado por parapolítica y perdió el apoyo de los Segovia. Hoy el respaldo de los Segovia lo tiene el actual representante conservador Pedrito Pereira.
Una fuente de Cartagena que los conoce bien nos dijo que los Segovia no son “ni santistas ni uribistas”, y que aunque Isabel fue funcionaria de Uribe hoy su padre es muy amigo de Santos y de hecho es el representante del Presidente en la Universidad de Cartagena. Ella, por su parte, a pesar de haber trabajado en el Gobierno Uribe es “cero uribista”, como se lo dijeron a La Silla tres fuentes distintas que la conocen.
Sin embargo, con su elección a la vicepresidencia, Peñalosa podría terminar más alejado de los sectores progresistas de su partido que trataron hasta el último momento de impedir que fuera su candidato presidencial: ven en su jugada un acercamiento con el uribismo (por el pasado en el Mineducación de Segovia) y esperaban que Peñalosa nombrara vice a Camilo Romero a pesar de que los progresistas decidieron no participar de la consulta verde.
La representante verde Ángela María Robledo (quien ha sido cercana al progresismo y apoya al alcalde Gustavo Petro) nos dijo que le parecía que la designación de Segovia “es señal clara de que (Peñalosa) no rompe relación con Uribe” y que, si bien se trata de una mujer “formada y buena”, ratifica el modelo uribista educativo “con presencia fuerte de lo privado”. “Es una tecnócrata modelo Banco Mundial”, dijo. Y agregó que Segovia había diseñado la política de educación rural en el gobierno Uribe que “es un fracaso”.
Segovia era la gerente de Compartir cuando terminó uno de los tres convenios que tenía la Fundación para que un colegio privado prestara la educación pública, entonces llamada Compartir Bochica, en la administración de Clara López. Aunque mantiene otras dos escuelas en convenio (Compartir Tintal y Compartir Suba), ha estado en la orilla opuesta de la política de la administración Petro de reducir la prestación de la educación pública por entidades privadas.
Pero Darío Maldonado, un docente de la Universidad del Rosario que también es coautor del estudio de Compartir y bloguero de La Silla, dijo que la visión que le quedó de Isabel luego de dos años de trabajo juntos es que se trata de una mujer “con una preocupación muy grande por la educación rural y por el fortalecimiento de la educación pública”.
En el progresismo, hay excepciones que ven con buenos ojos la movida de Peñalosa. Como el concejal progresista Diego García, quien le dijo a La Silla que el progresismo debía entender que Peñalosa, con su amplia votación al ganar la candidatura, se había convertido “en el jefe natural de la Alianza” y que eso le da el vuelo para elegir al vicepresidente que mejor le parezca.
El sector del Partido Verde (que se fusionó con el progresismo para ser la Alianza Verde) que podría simpatizar con una vice que se la juegue por la educación es el fajardismo, que ya ha demostrado estar cerca de la candidatura de Peñalosa al tener a una de sus representantes, Sara Moreno, como coordinadora del candidato en las regiones.
Habrá que ver qué dicen las próximas encuestas -que han favorecido recientemente a Peñalosa- sobre la jugada en la que no prevalecieron los cálculos electorales.
http://lasillavacia.com/historia/con-su-vice-penalosa-busca-posicionarse-como-el-antipolitico-46896