No queremos un santuario de golpistas – Por Gabriel Fuks

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Gabriel Fuks*, especial para NODAL

En las últimas semanas ha escalado a nivel mediático y diplomático el escándalo que conlleva la presencia de un número indeterminado de procesados y condenados por la justicia de Brasil por el intento de golpe de Estado ocurrido en enero de 2023. La semana pasada, en nuestro rol de parlamentarios argentinos en el Parlasur enviamos una nota a la ministra de seguridad de la Argentina, Patricia Bullrich, donde le solicitamos que aporte información precisa sobre esta grave situación. Además, como parlamentario llevé esta discusión al pleno del Parlasur para poner en alerta al resto de los países miembros y, fundamentalmente, solidarizarnos con el pueblo de Brasil.

De ningún modo buscamos discutir los asilos ni las convenciones que los ratifican como la convención de Caracas de 1954. Somos, ante todo, respetuosos de los compromisos internacionales asumidos por nuestro país. Pero estamos frente a un escenario regional complejo, esta figura está siendo atacada y minimizada políticamente en los últimos años. Ocurrió recientemente en dos oportunidades en Ecuador.

La primera, la viví siendo embajador argentino en Ecuador en 2023 mientras se impedía el asilo a una ex funcionaria y la segunda ocurrió este año cuando las fuerzas de seguridad de Ecuador ingresaron a la embajada de México para detener a Jorge Glas. También ocurrió en Perú con el asilo de la familia del ex presidente Castillo también en México. Dicho esto, es importante entender que lo que aquí está en discusión es si la Argentina se está convirtiendo en un santuario para los golpistas y este presunto ingreso masivo de prófugos y condenados contó con la complicidad de autoridades de nuestro país.

De otro modo estaríamos también ante una situación de extrema gravedad: más de 100 personas ingresan por las fronteras argentinas sin que las fuerzas de seguridad o la inteligencia emitan una señal de alerta. De una forma u otra aquí estamos ante un problema grave que necesita de la mayor responsabilidad del estado argentino y de un compromiso regional con la democracia y de condena a los intentos de golpe de estado.

* Gabriel Fuks, Jefe de la Delegación Argentina en el Parlasur. Unión por la Patria

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