No a la injerencia – Periódico PanamaAmerica, Panamá
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó la inaceptable injerencia del Gobierno venezolano en los asuntos internos de Panamá, a través de las declaraciones de Nicolás Maduro apoyando el regreso del PRD al poder político. Viendo un alfiler en la paja, Maduro consideró la solicitud de Panamá para tratar la situación de Venezuela en el seno de la OEA como una injerencia inexistente, ahora no ve la viga delante de sus ojos con un pronunciamiento público a favor del partido fundado por el general Omar Torrijos y con ataques de baja calaña contra el presidente Ricardo Martinelli y la soberanía de Panamá.
La Cancillería pone al descubierto la abierta posición de favoritismo político de Maduro hacia el PRD, inmiscuyéndose en el proceso electoral panameño como lo ha hecho en los asuntos de otros países. El descarado intervencionismo chavista pone en primer plano de la opinión pública los vasos comunicantes ideológicos del chavismo y el torrijismo.
Al decir que no tiene dudas de que Panamá retomará las banderas bolivarianas del general Torrijos, sus palabras recalcan que algo se ha hecho o se propone hacer para ayudar al PRD a ganar las elecciones.
En la anterior campaña electoral se comentaron la vinculación de la candidata Balbina Herrera con el gobierno de Hugo Chávez. En esa perspectiva, la reciente reunión en Managua de Juan Carlos Navarro y Daniel Ortega delata la estrecha relación perredista con los regímenes chavistas, en los que son frecuentes las violaciones antidemocráticas. ¿Qué hablaron Navarro y Ortega? ¿Fue tema del diálogo la ayuda de Maduro al PRD?
En la región centroamericana se tiene a Nicaragua como puente de comunicación del chavismo. El hermetismo de Navarro sobre la reunión con uno de los capitostes del chavismo sigue promoviendo especulaciones. Esto explicaría la deliberada vaguedad de Navarro sobre acontecimientos que exigen claridad, como la sangrienta represión contra estudiantes venezolanos.
Si el vaticinio electoral de Maduro fuera realidad, los panameños tendríamos que prepararnos para la implantación del modelo chavista panameño, cuyos rasgos son la violación sistemática de los derechos humanos de los opositores.
Es harto conocido que en Venezuela el gobierno chavista controla la televisión privada y pública. Los medios de la prensa escrita están subordinados al sistema de control de los dólares indispensables para importar papel. Un modelo que no paga deudas, como saben los empresarios de la Zona Libre de Colón.
Diariamente la guardia nacional y los sicarios motorizados disparan contra los opositores; los tanques les cierran el camino a las amas de casa y lanzan gases lacrimógenos contra las mujeres exasperadas por la carencia de alimentos. Se encarcela a los dirigentes de la oposición. ¿Queremos esto en Panamá? ¿Ansiamos el retorno de la dictadura militar torrijista fomentada por Maduro?
Todo lo conquistado por Panamá a partir de 1990 en libertades públicas y privadas se escurriría por las cañerías en un santiamén. Sin embargo, debemos agradecerle a Maduro su sinceridad vociferante. Hemos sido notificados a tiempo de que quiere meternos en la órbita chavista. Nuestro agradecimiento eterno a la advertencia directa y declarada de Nicolás Maduro, el pupilo de Hugo Chávez.
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