Leopoldo López, Coordinador de Voluntad Popular (Venezuela): “No calculé los tiempos. Hice lo correcto, lo que me dictaba mi conciencia, mi convicción y mi espíritu de lucha por Venezuela»

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Por Roberto Giusti

De trazos firmes, nítidos, resueltos y muy pocas tachaduras, la letra de Leopoldo López habla, más allá de los contenidos, de alguien que mantiene su firmeza de convicciones. Limitado para su comunicación con el exterior (al menos de adentro hacia afuera) al viejo recurso del lápiz y el papel, se vale de estas herramientas que, en la Venezuela de hoy, ya no resultan un anacronismo que creíamos superado hace ya bastante rato. Privado de los medios habituales, de los cuales disponen otros presos, Leopoldo recurre a la tinta y a la página en blanco (todavía se consiguen) para responder un cuestionario de 13 preguntas, a casi un mes de cautiverio, desde una estrecha celda, aislada, de la prisión militar de Ramo Verde, en Los Teques.

Pero no es lo mismo responder preguntas en la simultaneidad de una entrevista verbal, cara a cara, en libertad, que hacerlo desde la condición de prisionero, sometido al castigo y la incertidumbre, aun cuando se disponga del tiempo (algo que falta en la libertad y sobra en la cárcel) para sopesar sus respuestas. Por eso los papeles que recibimos, vienen de un Leopoldo más reflexivo y conciso, aunque tan vehemente y determinado como cuando andaba por las calles.

-¿Cómo matas tu tiempo tomando en cuenta que estás sometido a un aislamiento relativo?

-En la cárcel no mato el tiempo. Lo aprovecho. Decidí hacer de mi encarcelamiento una oportunidad. He desarrollado una rutina que comienza, todos los días, a las 6:00 de la mañana, leyendo La Palabra del Día. Luego, de 6:30 a 8:00 de la mañana, hago ejercicio, entreno, desayuno y cumplo con un primer bloque de lectura de historia. En la tarde escribo y dedico un segundo bloque a la economía, con énfasis en temas petroleros, así como a la literatura. Antes de cenar vuelvo a entrenar y reviso los periódicos que me llegan. Trato de ser muy disciplinado porque estoy consciente de que el principal terreno de mi lucha, en la cárcel, son mi mente y mi espíritu.

-¿Has sacado algo positivo de tu condición de preso?

-en los primeros días (de prisión) recibí una nota de Iván Simonovis, a quien, por el aislamiento al cual estoy sometido, no he podido ver, a pesar de que nuestras celdas están separadas por apenas nueve metros.

En esa nota Iván me decía: «Los días son largos, los minutos horas y ahí es cuando debes hacer gala de tu autodisciplina. Mantener siempre la cabeza en alto. En prisión el coraje los construyes todos los días». He tomado esas palabras como inspiración y me he fortalecido en mi autodisciplina.

-¿Tienes acceso a la información? ¿Sabes, a cabalidad qué está pasando en la calle? ¿Lees los periódicos, ves la televisión, escuchas la radio, tienes acceso a Internet?

-Puedo leer los periódicos, cada día con menos páginas y recientemente tuve acceso a un televisor, aunque lo que sale en pantalla, sobre Venezuela, es propaganda y ficción gubernamental. Son las limitaciones impuestas por la agonía de la libertad de expresión.

-¿Qué es lo que más extrañas del mundo exterior?

-Estar con Lilian y mis hijos, Leopoldo y Manuela, en mi casa. También extraño a mis compañeros de lucha, con quienes no he podido hablar por las limitaciones que han impuesto a las visitas.

-¿Ha cambiado la cárcel tu percepción de la realidad?

-Más bien ahora conozco otra dimensión de la realidad. La del preso.

-¿No te equivocaste al suponer que tu prisión sería breve porque la protesta que impulsaste te permitiría salir en libertad rápidamente?

-No calculé los tiempos. Hice lo correcto, lo que me dictaba mi conciencia , mi convicción y mi espíritu de lucha por Venezuela. Yo estoy preso porque así lo decidí. A pesar de que me buscaban todos los cuerpos de seguridad, no me capturaron y no me iban a capturar. Yo me presenté voluntariamente y le di la cara al país a pesar de ser acusado por delitos que no cometí. Las otras opciones que tenía, el exilio o la clandestinidad, hubieran representado una verdadera prisión para mí.

-¿No temes que tu prisión sea mucho más larga de lo que imaginaste?

-Estoy preparado, física, mental, espiritual y familiarmente para asumir el tiempo, que Dios disponga que esté en la cárcel. Mi mejor compañera, en la soledad de la celda, es mi inocencia.

-Tu convocatoria a la protesta, a la calle, ¿no fue un error de cálculo?

-Todo lo contrario. Quizás debimos hacerlo antes. La respuesta masiva y pacífica de cientos de miles de venezolanos en las calles, durante un mes, (y estoy seguro de que continuarán), nos han dado la razón. Hay un pueblo indignado al cual no le quedó otra. El régimen cerró todas las otras puertas. Quienes pensaban y piensan que el régimen se cae (o caía) solo y claudica (o claudicaba), por la situación económica, se equivocan. Veámonos en el espejo de Cuba . ¿Cuánto más íbamos a esperar? ¿Cincuenta años? Ya van quince.

-Maduro te acusa de ser la cabeza visible de un golpe de estado que fracasó. ¿Qué le respondes?

-El golpe a la democracia, al bienestar y a la seguridad de los venezolanos lo dio y lo sigue dando Maduro. Ese es el verdadero golpe continuado que estamos viviendo. Yo asumo mis responsabilidad de haber convocado a la salida a la calle y a la protesta no violenta. Si tuviera que hacerlo de nuevo, lo volvería a hacer.

-Al considerar las consecuencias de este largo mes de protestas, ¿valió la pena la cifra de muertos, heridos, detenidos y torturados?

-Los muertos, heridos, torturados y presos jamás se justifican. Me duele mucho el sacrificio de nuestro pueblo, de todos los que han sufrido, los descamisados y los uniformados. Pero no podemos olvidar que la principal responsabilidad es de Maduro. Así lo demuestran las evidencias: las fotos los videos y los testimonios.

-¿No era necesario, como sostiene Henrique Capriles, construir primero una mayoría y concentrar la estrategia en los problemas reales antes que en «Maduro vete ya»?

-Los que queremos cambio somos mayoría. Así quedó demostrado el 14 de abril y fue el propio Henrique quien denunció el fraude electoral cometido ese día, cuando dijo (y nosotros lo apoyamos) que le habían robado las elecciones. Pero está claro que sigue vigente nuestra propuesta de La Salida, que no es otra cosa sino abrirnos a una solución constitucional, popular y democrática ante el desastre al cual no ha conducido Maduro. Hoy, incluso, más que ayer, estamos obligados a construir una vía que nos saque de esto, como ya lo han reconocido todos lo sectores democráticos, incluyendo a Henrique, a quien le envío un abrazo de lucha por Venezuela.

-El Gobierno ha convocado a una diálogo al cual han acudido algunos sectores, sobre todo los empresarios.

-Creo en un diálogo que nos permita avanzar hacia una salida. No creo en un diálogo teatral, que sólo sirva de fachada para darle estabilidad al régimen corrupto, ineficiente y antidemocrático de Maduro

-¿Cómo siente que ha sido el respaldo ofrecido por la Mesa de la Unidad en estas circunstancias?

-El respaldo ha sido firme para todos los que somos presos políticos. Así se anunció esta semana por la Mesa (de la Unidad Democrática) y los alcaldes, como primera condición para un diálogo con el régimen.

-¿Hasta que punto son modelos a seguir los ejemplos que dieron Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba y tantos otros, quienes pasaron por encima de sus diferencias políticas circunstanciales para lograr una unidad de propósito en el establecimiento de un sistema democrático?

-Sin duda son ejemplos a seguir. Soy un estudioso de nuestra historia y creo que el período que más se parece al actual es el vivido entre 1952 y 1958. Desde el fraude electoral del 52, que le quitó la careta a la dictadura de Pérez Jiménez, hasta el derrocamiento de la dictadura. En esa historia hay muchos héroes que, como hoy, sufrieron persecución, tortura, encarcelamiento y exilio, aun cuando con su perseverancia y firmeza conquistaron el sueño de una Venezuela libre y democrática. En ese espíritu, aprovecho la oportunidad para enviar un saludo a los héroes que no cejan en su lucha, a los familiares de las víctimas y a mis hermanos, Carlos Vecchio y Antonio Rivero, quienes permanecen en la clandestinidad perseguidos por el régimen.
http://m.eluniversal.com/nacional-y-politica/140316/en-la-soledad-de-la-celda-mi-mejor-compania-es-la-inocencia

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