Lo más difícil no termina, está por comenzar – Por Ricardo Barrientos

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Lo más difícil no termina, está por comenzar

Por Ricardo Barrientos

El presidente Arévalo, la vicepresidenta Herrera y el nuevo gabinete de gobierno deben intensificar sus esfuerzos por moderar y aterrizar a la realidad las expectativas sobre su gestión. Esto porque se percibe y siente una dosis colectiva de alivio y esperanza por la salida de Giammattei, y como el propio gobierno electo lo anuncia, el inicio de una nueva primavera para Guatemala.

Sin embargo, una mejora inmediata, solo porque Giammattei se va, sería más un milagro que una expectativa realista y sensata. Por supuesto, Arévalo y su gabinete no son magos. Lo más probable es que el inicio del nuevo gobierno será accidentado, con dificultades para poder poner un poco de orden, y garantizar que el aparato gubernamental funcione, por lo menos logrando mantener la entrega de servicios y bienes públicos.

Esto porque cambiarán las autoridades superiores del Ejecutivo, pero no la gran mayoría de servidores y funcionarios públicos. Reflexiónese que, si el presidente Arévalo enfrentó dificultades para asegurar los ministros y viceministros de los 13 ministerios actuales, es poco probable que haya logrado asegurar personas de su confianza y con las cualidades y capacidades requeridas para los más de 500 puestos que algunos estiman que se requiere para tomar verdadero control del gobierno.

Así que el que muchos de los odiosos corruptos del gobierno actual y anteriores puedan permanecer en sus puestos, no solo es un riesgo real, sino que posiblemente sea enorme. Y, con el profundo deterioro y corrupción que plaga algunas de las organizaciones sindicales, es muy probable que algunos de esos corruptos vayan a recibir protección sindical, y que jueces de trabajo, también corruptos, los protejan y obliguen al gobierno a mantenerlos en sus puestos, para que sigan robando.

No les exijamos ser perfectos, pero sí que cumplan la honestidad que prometieron.

Existe gran cantidad de normas emitidas durante los gobiernos de Pérez, Morales y Giammattei, las cuales no es viable revisar, corregir y aplicar en un plazo corto. ¿Qué reglamentos y normas suprimir? ¿Cuáles modificar parcialmente? ¿Cuáles deben permanecer intactas? ¿El nuevo gobierno tiene el conocimiento y la experiencia para responder estas preguntas? Posiblemente no, pero con tiempo lo tendrá y lo hará, si es que la intención de ser honestos y probos se mantiene y es auténtica.

Luego está la realidad –muchas veces no suficientemente reconocida– que se trata de seres humanos y, por lo tanto, pueden cometer errores. Con la emoción de la victoria electoral, pero, además, con la victoria en la batalla legal con el ataque del pacto de corruptos, especialmente el judicial desde el Ministerio Público, no deben descartarse casos de arrogancia e inmadurez. Los cuales, se sumarían a casos de desconocimiento o inexperiencia.

La transición desde el 20 de agosto de 2023 ha sido tortuosa y difícil. Pero se debe tomar conciencia de que las verdaderas dificultades para el gobierno de Arévalo empezarán el lunes 15 de enero de 2024. Entonces comenzará la verdadera prueba.

La ciudadanía debe tomar muy en cuenta esta realidad. No para alcahuetear a Arévalo y su equipo, sino para exigirle resultados con base y fundamento. Por supuesto que, como humanos, tendrán derecho a cometer algunos errores iniciales y necesitan tiempo para corregir el desconocimiento, la inexperiencia, la arrogancia o la inmadurez, cuando ocurran. Lo importante será que demuestren sabiduría al corregir, humildad para reconocer y rectificar y, sobre todo, que cumplan su promesa de ser honestos y probos, y que hagan todo lo posible por erradicar la corrupción.

No les exijamos ser perfectos, pero sí que cumplan la honestidad que prometieron.

Plaza Pública

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