El lado oscuro de la minería en América Latina
El lado oscuro de la minería en América Latina
Gabriel González Zorrilla*
Un polémico contrato de minería ha desencadenado en Panamá las protestas y huelgas más importantes en décadas. En el centro de este malestar social se encuentra la mina Cobre Panamá, una de las mayores minas de cobre del mundo. Es operada por Minera Panamá, una filial local de la empresa canadiense First Quantum Minerals. Este martes, la Corte Suprema de Panamá declaró inconstitucional la ley 406, que establece el contrato entre el Estado y la sucursal de First Quantum Minerals.
Para la empresa minera canadiense, esta sentencia supone un duro golpe. Las acciones de First Quantum cayeron un 5 por ciento. Desde que comenzaron las protestas y la mina se vio obligada a suspender la producción, las acciones de la empresa han perdido más de 10.000 millones de dólares canadienses (7.400 millones de dólares estadounidenses) de su valor de mercado.
Sin embargo, a pesar de este revés, las empresas mineras extranjeras suelen poder dictar sus condiciones a los gobiernos de América Latina, afirma Michael Reckordt, responsable de política de materias primas de la ONG alemana Powershift: «Estamos hablando de inversiones de miles de millones. Se puede llegar rápidamente a entre 1.000 y 5.000 millones para un nuevo proyecto greenfield, es decir, para un nuevo proyecto que se construye de la nada». Según Reckordt, la cantidad de dinero da a las empresas extranjeras mucho margen de maniobra para la corrupción u otros medios para conseguir sus objetivos.
Si un país, como Panamá en la actualidad, quiere deshacerse de una empresa minera y retirarle las licencias, la empresa sigue disponiendo de medios jurídicos sólidos para demandar a un Estado por varios millones o incluso varios miles de millones de euros mediante el arbitraje de diferencias estado-inversor (conocido como ISDS, del inglés Investor-state dispute settlement).
Fuerte presencia de empresas canadienses
Las empresas mineras canadienses como First Quantum tienen presencia en varios países de América Latina. Varias empresas canadienses tienen operaciones mineras en México, que es conocido por su producción de metales como oro, plata, zinc y plomo. Perú es un importante destino para la inversión minera canadiense, con empresas involucradas en la extracción de metales como cobre, oro y zinc. Chile es otro país importante para la minería, y empresas canadienses participan en la extracción de cobre y otros minerales. Algunas empresas canadienses también tienen presencia en Argentina, donde se extraen minerales como oro, plata, litio y cobre.
La minería en Canadá tiene una larga tradición. Toronto, en el sur de Ontario, está reconocido desde hace tiempo como un centro mundial para las empresas mineras. Con la Bolsa de Toronto (TSX) como una de las más importantes para la industria minera, y la mayor cuota de gasto mundial en exploración, Canadá es un importante pilar de la minería mundial.
Aumento de los conflictos en la región
Sin embargo, las protestas contra la extracción de materias primas van en aumento en América Latina. El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) contabiliza actualmente 289 conflictos por los impactos de la minería en la región
«La minería es, por supuesto, una inversión insostenible», recalca el experto alemán. «Se saca algo de la tierra que luego desaparece. Sobre todo, el cobre. Se sabe que la minería consume mucha agua, además de liberar metales pesados. Esto significa que existe un riesgo muy alto de que la población local se quede sin agua para beber o para el ganado y sufra problemas de salud debido a los metales pesados», explica Reckordt.
La falta de regulación efectiva o la implementación inconsistente de regulaciones puede contribuir a problemas ambientales y sociales asociados con la minería. «Muchos países de la región tienen buenas leyes en algunos casos, pero no una buena aplicación, ni una buena supervisión, donde las autoridades especializadas, tal como las conocemos en Alemania y Europa, o no existen o están tan mal equipadas que no tienen forma de supervisar adecuadamente estas inversiones de miles de millones de euros», subraya Reckordt.
Perspectivas mixtas para el futuro
Los efectos de la minería pueden variar según el tipo de mineral extraído, las prácticas de operación de la empresa, la regulación gubernamental y la participación de la comunidad local en el proceso decisional. Sin embargo, la tendencia general apunta hacia un aumento de conflictos relacionados con la minería.
«La demanda de materias primas aumenta actualmente hasta tal punto, sobre todo de productos de lujo, que la explotación minera se amplía masivamente. En el caso del cobre, en particular, se observa una tendencia a la disminución de las leyes minerales de los yacimientos. Esto significa que se necesita aún más agua y más energía para excavar pozos aún más profundos y grandes», según el experto en materias primas.
* Periodista, Gerente de proyectos de la Deutsche Welle