Estar en la escuela no es lo mismo que aprender
Estar en la escuela no es lo mismo que aprender
Banco Mundial
“El nombre del perro es Cachorro”. Esta parece una oración simple. Pero ¿sabía que en Kenya, Tanzanía y Uganda, tres de cada cuatro alumnos de tercer grado no la entienden? En las zonas rurales de India, casi tres cuartas partes de los estudiantes de tercer grado no pueden resolver un problema de resta de dos dígitos, como 46 menos 17, y cuando llegan a quinto grado, la mitad aún no puede hacerlo.
El mundo enfrenta una crisis del aprendizaje. Si bien los países aumentaron considerablemente el acceso a la educación, estar en la escuela no es lo mismo que aprender. En todo el mundo, cientos de millones de niños llegan a la edad adulta sin siquiera tener las habilidades más básicas, como calcular el vuelto correcto de una transacción, leer las instrucciones de un médico o comprender el horario de los autobuses, y mucho menos forjarse una carrera satisfactoria o educar a sus hijos.
La educación está en el centro del desarrollo del capital humano. Una nueva investigación del Banco Mundial revela que la productividad del 56 % de los niños del mundo será de menos de la mitad de lo que podría ser si recibieran una educación completa y gozaran de plena salud.
Una buena educación, junto con el capital humano que genera, beneficia a los individuos y a las sociedades. En el caso de las personas, la educación aumenta la autoestima y fomenta las oportunidades de empleo e ingresos. Y en el caso de los países, ayuda a fortalecer las instituciones dentro de las sociedades, impulsa el crecimiento económico a largo plazo, reduce la pobreza y estimula la innovación.
«Nunca es demasiado tarde para que los jóvenes tengan la oportunidad de aprender. Nuestros jóvenes merecen estar equipados con las habilidades que necesitan para prosperar en un mundo laboral cada vez más exigente e incierto. Dado que los estudiantes de hoy serán los ciudadanos y los líderes del mañana, una educación de calidad y relevante es esencial para que las aspiraciones se conviertan en realidad», señala Annette Dixon,Vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial
Una crisis mundial del aprendizaje
Una de las principales razones por las que persiste la crisis del aprendizaje es que muchos sistemas educativos del mundo en desarrollo tienen poca información sobre quién está aprendiendo y quién no. Por consiguiente, es difícil para ellos hacer algo al respecto. Y ante la incertidumbre sobre los tipos de habilidades que requerirán los trabajos del futuro, las escuelas y los maestros deben preparar a los estudiantes con algo más que habilidades básicas de lectura y escritura. Los alumnos deben ser capaces de interpretar la información, formar opiniones, ser creativos, comunicarse bien, colaborar y ser resilientes.
La visión del Banco Mundial es que todos los niños y jóvenes aprendan y adquieran las habilidades que necesitan para ser ciudadanos y trabajadores productivos, satisfechos y participativos. Se centra en ayudar a los maestros de todos los niveles a ser más eficientes en su tarea de facilitar el aprendizaje, mejorar la tecnología para el aprendizaje, fortalecer la gestión de las escuelas y los sistemas, garantizando al mismo tiempo que los alumnos de todas las edades, desde el nivel preescolar hasta la edad adulta, estén equipados para tener éxito.
El cambio comienza con un buen maestro
Cada vez queda más demostrado que la crisis del aprendizaje es, en esencia, una crisis de la enseñanza. Para que los alumnos aprendan, necesitan buenos profesores, pero muchos sistemas educativos prestan poca atención a qué saben los maestros, qué hacen en el aula y, en algunos casos, si incluso están presentes.
Por suerte para muchos estudiantes, en todos los países hay maestros dedicados y entusiastas que, a pesar de todos los desafíos, enriquecen y transforman sus vidas. Son héroes que enfrentan los obstáculos y hacen posible el aprendizaje con pasión, creatividad y determinación.
Una de estas heroínas trabaja en la escuela Ecoles Oued Eddahab en Kenitra, Marruecos. En un aula colorida que ella misma pintó, usa metodologías creativas para asegurarse de que todos los niños aprendan, participen y se diviertan. En su clase, cada letra del alfabeto se asocia con el sonido de un animal y un movimiento de la mano, y cuando dice una palabra, la deletrea en voz alta con los sonidos y el movimiento, y los alumnos la escriben.
Ella identifica fácilmente a los estudiantes que tienen dificultades con el material y ajusta el ritmo de la lección para ayudarlos a avanzar. Los niños participan, prestan atención, y no tienen miedo de cometer errores. Esta es una maestra que quiere asegurarse de que TODOS los niños aprendan.
«Dada la función fundamental que desempeñan los maestros, al abordar la crisis del aprendizaje es necesario darles apoyo a ellos, ya que son el factor más importante de cuánto aprenden los alumnos en la escuela», afirma Jaime Saavedra, Director superior de las Prácticas Mundiales de Educación del Banco Mundial.
Sin embargo, incluso los héroes necesitan ayuda. Es necesario asegurarse de que todos los maestros estén motivados para hacer su trabajo lo mejor posible y equipados con lo que necesitan para enseñar con eficacia.
Para apoyar a los países en sus esfuerzos de reforma de la profesión docente, el Banco Mundial da a conocer una plataforma mundial denominada “Docentes exitosos, alumnos exitosos”. Esta iniciativa dirigida a los maestros aborda los desafíos clave que afectan la eficacia de los maestros, transformando la pedagogía en una profesión respetable y atractiva con políticas de personal efectivas, y garantizando que los maestros cuenten con las habilidades y los conocimientos adecuados antes de ingresar al aula y, posteriormente, brindándoles apoyo a lo largo de sus carreras.
La tecnología ofrece nuevas posibilidades para la enseñanza y el aprendizaje
Los rápidos cambios tecnológicos aumentan los desafíos. La tecnología (i) ya desempeña un papel crucial al servir de apoyo a los maestros, los estudiantes y el proceso de aprendizaje en general. Ayuda a los maestros a administrar mejor el aula y ofrecer diferentes retos a diferentes estudiantes. Y permite a los directores, padres y estudiantes interactuar sin dificultades. El uso eficaz de la tecnología beneficia a millones de alumnos, pero otros millones de estudiantes en el mundo en desarrollo no tienen acceso a ello.
Una de las iniciativas de tecnología educacional más interesantes y de gran escala es impulsada por EkStep, (i) un esfuerzo filantrópico en la India. EkStep creó una infraestructura digital abierta que brinda acceso a oportunidades de aprendizaje para 200 millones de niños, así como oportunidades de desarrollo profesional para 12 millones de maestros y 4,5 millones de directivos escolares. Tanto los profesores como los estudiantes acceden a materiales didácticos, videos explicativos, contenido interactivo, historias, hojas de ejercicios y evaluaciones formativas. Al monitorear el contenido que se usa con mayor frecuencia, y de manera más provechosa, se pueden tomar decisiones fundamentadas en torno a los materiales que usarán en el futuro.
En la República Dominicana, un estudio piloto respaldado por el Banco Mundial muestra cómo las tecnologías adaptativas pueden generar gran interés entre los estudiantes del siglo XXI y representar un potencial para apoyar los procesos de aprendizaje y enseñanza de las futuras generaciones.
Yudeisy, una alumna de sexto grado que participa en el estudio, dice que lo que más le gusta hacer durante el día es ver videos y tutoriales en su computadora y teléfono celular.
Tomando la curiosidad infantil como punto de partida, el estudio tuvo como objetivo canalizarla hacia el aprendizaje de las matemáticas de una manera interesante para Yudeisy y sus compañeros de clase. Se sabe que el aprendizaje se realiza mejor cuando la instrucción se personaliza para satisfacer las necesidades y fortalezas de cada niño, se monitorean los avances individuales y se proporcionan comentarios inmediatamente. La tecnología adaptativa se usó para evaluar el nivel inicial de aprendizaje de los estudiantes para luego trabajar con ellos en ejercicios de matemáticas de una manera dinámica y personalizada, mediante inteligencia artificial y sobre la base de lo que el estudiante está listo para aprender.
Después de tres meses, los alumnos con el desempeño inicial más bajo lograron mejoras sustanciales. Esto muestra el potencial de la tecnología para aumentar los resultados de aprendizaje, especialmente entre los estudiantes que quedan rezagados con respecto a sus compañeros.
En un campo que está evolucionando a una velocidad vertiginosa, en todas partes surgen soluciones innovadoras para los desafíos educativos. El reto es hacer que la tecnología promueva la equidad y la inclusión y no se convierta en una fuente de mayor desigualdad de oportunidades. El Banco Mundial trabaja con sus asociados en todo el mundo para apoyar el uso eficaz y apropiado de las tecnologías educativas y así fortalecer el aprendizaje.
El aprendizaje se produce cuando se gestiona de manera adecuada
Para proporcionar educación de calidad es necesario crear sistemas que proporcionen aprendizaje, día tras día, en miles de escuelas, a millones de estudiantes. Para que las reformas educativas sean exitosas se necesita un buen diseño de políticas, un fuerte compromiso político y una capacidad de implementación eficaz. Por supuesto, esto es sumamente difícil. Muchos países tienen dificultades para usar los recursos de manera eficiente y, con frecuencia, el aumento del gasto en educación no se traduce en un mayor aprendizaje y en un mejor capital humano. Superar tales desafíos implica trabajar en todos los niveles del sistema.
A nivel central, los ministerios de Educación deben atraer a los mejores expertos para diseñar e implementar programas específicos para los países y que se basen en pruebas. Las oficinas regionales o de los distritos necesitan la capacidad y las herramientas para monitorear el aprendizaje y apoyar a las escuelas. A nivel escolar, los directores deben estar capacitados y preparados para administrar y dirigir las escuelas, lo que incluye la planificación del uso de los recursos, y la supervisión y la formación de sus maestros.
No obstante, por difícil que sea, el cambio es posible. Con el apoyo del Banco Mundial, las escuelas públicas de Punjab en Pakistán (i) han realizado reformas importantes en los últimos años para enfrentar estos desafíos. A través de una mejor rendición de cuentas a nivel escolar, supervisando y restringiendo el ausentismo docente y estudiantil, y la introducción de un sistema de contratación de maestros basada en el mérito, en que solo se seleccionaron los docentes más talentosos y motivados, se aumentó la inscripción y la retención escolar y se mejoró considerablemente la calidad de la educación. «Las escuelas gubernamentales se han vuelto muy buenas ahora, incluso son mejores que las privadas», dijo Ahmed, un habitante local.
Pero, ningún cambio es posible si no existen datos. Los Gobiernos deben saber qué falta en sus sistemas educativos, o qué se está haciendo bien, a fin de tomar las medidas adecuadas para mejorar. El Banco Mundial, junto con la Fundación Bill y Melinda Gates, y el Departamento de Desarrollo Internacional del Gobierno del Reino Unido están desarrollando un registro sobre la educación en el mundo. Esta nueva iniciativa proporcionará a los Gobiernos un sistema para monitorear el funcionamiento de sus sistemas educativos, lo que incluye desde los datos sobre aprendizaje hasta los planes de políticas, de modo que estén mejor capacitados para tomar decisiones oportunas y basadas en pruebas.
Beneficios a largo plazo valen la pena
Por naturaleza, los beneficios de la inversión en educación requieren paciencia y persistencia. De hecho, tendrá que pasar una generación para que se hagan realidad plenamente los beneficios de tener maestros altamente cualificados, usar eficazmente la tecnología, gestionar mejor los sistemas educativos y tener alumnos participativos y preparados. Sin embargo, la experiencia mundial indica que los países que se han desarrollado y prosperado rápidamente comparten una característica común: toman en serio la educación e invierten adecuadamente.
Al celebrarse el 24 de enero el primer Día Internacional de la Educación, se debe hacer todo lo posible para dotar a los jóvenes con las habilidades para que sigan aprendiendo, se adapten a las nuevas realidades y prosperen en una economía mundial cada vez más competitiva y en un mundo laboral que cambia rápidamente.
Las escuelas del futuro se están construyendo hoy. Se trata de escuelas en las que todos los maestros poseen las competencias y la motivación adecuadas, donde la tecnología empodera a los docentes para brindar un aprendizaje de calidad, y donde todos los estudiantes aprenden habilidades fundamentales, entre ellas habilidades socioemocionales, y digitales. Estos establecimientos son seguros y asequibles para todos, y son lugares donde los niños y los jóvenes aprenden con gusto, con rigor y con un propósito establecido.
Los Gobiernos, los maestros, los padres y la comunidad internacional deben hacer su tarea para convertir en realidad la promesa de la educación para todos los estudiantes, en todos los pueblos, ciudades y países.