El miedo a Milei despierta una poderosa campaña ciudadana en Argentina – Por Marco Teruggi

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El miedo a Milei despierta una poderosa campaña ciudadana en Argentina

Por Marco Teruggi

La campaña electoral argentina está en todas partes: redes sociales, canales de televisión, radios, paredes, carteleras, conversaciones en un quiosco o una oficina. Algo más que de costumbre en un país donde la política puede vivirse con tanta intensidad como un Mundial de fútbol, en particular cuando solo faltan pocos días para la votación de segunda vuelta que enfrentará a Sergio Massa y Javier Milei.

El voltaje al rojo vivo tiene un personaje central que es la figura de Milei, el outsider neoliberal de ultraderecha que aspira a ser el nuevo presidente. Se trata de un candidato ante el cual es difícil guardar indiferencia: para algunos representa una esperanza de un cambio en un país con 142.7% de inflación interanual, mientras para otros es una amenaza a los derechos sociales y los consensos democráticos.

Ese miedo a su figura y su programa despertó acciones individuales en los días recientes que comenzaron a multiplicarse. Desde carteles escritos a mano en edificios, cubos de basura o paredes, hasta intervenciones en espacios públicos y redes sociales con historias de vida y razones para no votar a Milei, que se fueron multiplicando hasta dar lugar a una campaña ciudadana que irrumpió en medio de las campañas oficiales.

“Lo que ocurre en este momento es que las bases militantes reaccionan y activan todos los mecanismos para evitar el triunfo de la ultraderecha”, explica María Fernanda Ruiz, especialista en comunicación política. “Es la fuerza de una ola gigante”, que, recuerda, tiene un antecedente en la campaña del 2015, cuando ganó Mauricio Macri.

En defensa de la educación pública

“Mi mamá me crio sola y trabajó siempre limpiando geriátricos. Las hijas de las obreras sí nos recibimos y sí, la educación nos da la oportunidad de ascenso social. Y es más hermoso si no nos olvidamos de dónde venimos. #MassaPresidente y educación pública”. Patricia Coronel posteó esa frase acompañada de una foto junto a su madre y el título de sociología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en una publicación que rápidamente se viralizó.

Lo hizo al terminar el debate presidencial el domingo en la noche, en el que una de las grandes cuestiones fue el tema de la educación pública. “Yo dije soy hija de un gobierno que brindó oportunidades a la gente, y una de esas oportunidades me tocó a mí, que fue poder estudiar, poder iniciar una carrera universitaria graduarme”, explica.

Patricia Coronel cuenta que en la crisis del 2002, cuando tenía diez años, “no había muchas veces para comer, a veces nos acostábamos con té y un pedazo de pan”. A partir del 2004, con el gobierno de Néstor Kirchner, su madre, soltera a cargo de tres hijos y sin estudios primarios completos, pudo tener su primer trabajo y ella “la oportunidad de ir a la escuela con zapatillas nuevas y volver a cenar”. Hasta que pasó “algo impensado en el barrio de donde yo vengo, algo negado”: ir a la universidad.

“Pude estudiar y terminar la universidad gracias a un gobierno que me dio la oportunidad”, cuenta. “En estas elecciones no se juega solo quién va a ser el presidente, nos jugamos los 40 años de democracia y todos los derechos que fuimos conquistando, con aciertos, errores, un montón de cosas que la democracia todavía nos debe, que debo seguir consolidándolas, no retroceder”, dice.

Las víctimas de la dictadura

“Mi mamá tenía 16 años cuando la secuestraron. Embarazada de mí, fue a un campo de concentración, donde la despojaron de todo, incluso de su nombre, pasó a tener una letra y un número. Fue brutalmente torturada, cumplió 17 años en ese campo de concentración: mi abuela salió a buscarla, se encontró con otras madres, que hoy se conocen como Madres de Plaza de Mayo. Mi abuela, junto a otras madres y dos monjas francesas, también fue secuestrada. La llevaron a la ESMA y la arrojaron con vida al mar”.

Este relato forma parte del video de Ana Careaga en un vagón del metro de Buenos Aires que se viralizó con millones de reproducciones. “Quiero que todos podamos vivir sin miedo a que nos secuestren, a que nos torturen, a que nos tiren al mar”, afirma en las imágenes que motivaron a más personas a realizaron intervenciones en el metro.

“Decidí hacerlo por iniciativa de una amiga pensando en qué podíamos hacer frente al grave peligro que corre la democracia, tenía la necesidad de llegar a esa gente que necesita un cambio, se siente desencantada por una realidad económicamente adversa, pero que tal vez desconocen a quienes están votando”, explica Careaga, nacida en el exilio en Suecia.

El temor de la autora del video viral se centra no solamente en Milei, sino en su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, señalada por reivindicar la dictadura de la cual Ana Careaga y su familia fueron víctimas, bajo el discurso de pedido de justicia por las “víctimas del terrorismo”.

“Hoy estamos eligiendo democracia o neofascismo, con la paradoja de que estos candidatos usan la democracia y sus herramientas electorales para atentar contra ella misma y el estado de derecho, y eso es algo que me angustia mucho. Por eso necesitaba aportar mi granito de arena, exponiendo qué fue lo que vivimos durante la dictadura. Lo que hice es solamente un minuto de una historia de vida, un resumen que en realidad es mucho más, y hay que pensar que de estas historias hay 30.000, y a 40 años de la democracia tenemos que protegerla”, explica Careaga.

El miedo en la balanza electoral

“Quiero ser presidente entendiendo que hay algunos que ni siquiera me votan convencidos, sino simplemente como vehículo para no elegir un camino que es violencia, que es odio, que es daño. También decirles que voy a trabajar desde el 10 de diciembre para que sientan que no es que tiraron el voto sino que confiaron en alguien”, afirmó Massa en el cierre del debate en el mostró una superioridad sobre Milei reconocida por propio y adversarios.

El mensaje del candidato presidencial por el peronismo apuntó a un sector clave del electorado que aún no definió su voto. Una de las razones principales en esa decisión final podría ser el rechazo a un candidato, y el miedo cumple ahí un papel importante.

Ese miedo percibido por muchos está en la base de la campaña ciudadana que se multiplica. ¿Podrá empujar por ejemplo a que votantes antiperonistas opten por Massa? ¿O prevalecerá el antiperonismo y el castigo a la mala gestión del actual gobierno? Algunos dirigentes políticos de la oposición ya dieron el paso de alejarse de Milei, pero sin certeza aún del efecto que tendrá en su electorado.

El clima electoral que se respira en Argentina muestra una elección al filo cuando se cumplen 40 años de la recuperación de la democracia. El temor a un posible presidente que promete un neoliberalismo con motosierra, reivindica la dictadura y expresa una agresividad verbal atípica, podría ser uno de los elementos que determine hacia dónde se incline la balanza este 19 de noviembre.

Público

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